S E V E N

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Doyoung hacía la limpieza en su casa, sus padres le habían ordenado que lo hiciera porque ellos estarían fuera durante el fin de semana con la excusa de ir a visitar a unos amigos. Él accedió a quedarse solo, porque de todos modos sabía que Renjun vendría a aparecerse a su casa.

Lo malo era que no sabía nada de él hace unos días, lo llamaba y ni siquiera le contestaba, siquiera veía los mensajes, aunque ni le llegaban. Era preocupante, siendo que Renjun no era alguien que lo ignorara así como si nada.

Tampoco era como si pudiese ir a verlo a su casa, tenía miedo de ir y toparse con la madre de Renjun. Prefería ahorrarse tener que verla, pero tenía la seguridad de que Renjun aparecería tarde o temprano.

Con los guantes de cocina, cantaba una de las canciones que Renjun le había pegado, claramente de su grupo preferido, todo a la vez que lavaba los trastes sucios. Volteó hacia atrás cuando escuchó el timbre, soltó un quejido, estaba ocupado, no había tiempo para abrir la puerta.

Se quitó los guantes, cerró el agua del grifo y fue hacia la sala para llegar a la puerta de entrada. Buscó las llaves para poder abrirla, sin preguntar antes como siempre insistía su madre que hiciera, sólo la abrió.

No esperaba verle ahí, hace semanas no tenía ni un solo contacto con él, era extraño que apareciera en su casa; el padre de Renjun se encontraba parado fuera de su puerta, con una expresión tranquila, amable.

—Buenas tardes, señor Huang, ¿En qué puedo ayudarle?— Preguntó Doyoung siendo lo más normal posible, escuchando una risa de fondo. —Es repentino verlo aquí.

Renjun estaba ahí y ni lo había notado, ahí fue cuando su ceño se frunció y estaba sintiéndose necesitado de explicaciones.

—Buenas tardes, Doyoung — Saludó su suegro, él no podía parar de verlos a ambos fuera de su casa, realmente estando confundido. —Lamento no haberte avisado que vendría, pero Renjun insistió con que fuera una sorpresa.

—¿Bien?— Soltó haciéndose hacia un lado, señalando el interior de su casa. —Pueden entrar, aguarde en la sala, no hay nadie— Pidió esperando a que ambos entraran.

El padre de Renjun agradeció yendo directo a la sala, pero Doyoung agarró a su novio del brazo antes de que pudiera seguir a su padre.

—No entiendo— Le dijo Doyoung entre susurros. —¿Qué está sucediendo?— Murmuró señalando con el mentón hacia la sala, donde el padre de Renjun se hallaba.

—Ya vas a saber, por algo estamos aquí, no te asustes, Doyoung — Palmeó su mejilla sonriendo. —No haré spoiler.

—Es extraño que aparezcas como si nada después de estar ignorándome...

—Rompí mi teléfono, no estaba ignorándote— Le interrumpió agarrando su muñeca. —¿Por qué te ignoraría? No hay motivos porque deba hacerlo.

—Entiendo, después me darás mejores explicaciones— Doyoung decretó yendo hacia la sala.

Los tres estaban sentados, silenciosos a la espera de que el tema de conversación iniciara. Doyoung estaba ansioso, no comprendía nada de lo que estaba pasando ahora, incluso podría decirse que estaba asustado.

Miró al padre de Renjun, paseando sus manos por su cuello.

—¿Y bien?— Preguntó Doyoung lamiendo sus labios. —¿Qué es lo que sucede?

—Bueno, Doyoung, estoy aquí para tener la conversación pendiente que tenemos hace unos diez meses atrás— Miró a Doyoung y luego a su hijo, confirmando que estaba correcto el tiempo que había dicho, Renjun asintió.

𝐌𝐎𝐌 𝐈'𝐌 𝐆𝐀𝐘 𝐓𝐎𝐎 Where stories live. Discover now