E I G H T

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Para suerte de ellos nadie estaba en casa de Doyoung para esa tarde, no desaprovecharían el tiempo, claro que cada segundo era crucial. Con las ventanas, cortinas cerradas y la puerta por si acaso, no ha de suceder que entren sin tocar al momento de llegar.

No planearon llegar a este punto, todo fue culpa de Renjun por andar de caliente desde que llegó a casa de su novio. No le quitó las manos de encima en ningún segundo, tocándolo y acariciándolo en zonas que ni Doyoung sabía eran sensibles.

Cuando menos lo esperaban, ya se hallaban mordisqueándose los labios sobre la cama. La posición era comprometedora, Renjun se las ingenió para dejar a Doyoung sobre su regazo sin que él reclamara, es más, no mostraba molestia alguna.

Más específicamente; Doyoung tenía sus piernas dobladas, dejando sus rodillas sobre la cama, mientras que Renjun mantenía su espalda contra el respaldo de la cama.

Jadeando por aire, Renjun se alejó de Doyoung, sin soltarlo, continuando con la cercanía.

—¿Recuerdas lo que dijiste hace unos días?— Preguntó colando sus manos dentro de la playera de Doyoung, sosteniéndolo por la cintura. —¿Qué te parece probarlo hoy?

Doyoung, quien se veía más tímido que de costumbre, nervioso, mordió su labio inferior. Estaba tentado a aceptar y pedirle a Renjun que hiciera lo que se le diera la gana, pero era nuevo, nunca lo probó y temía de cómo se sentiría. Era normal para el ser humano ser atacado por el miedo de probar cosas nuevas, no podía evitarlo, por mucho que confiara en Renjun, le asustaba.

—¿Ahora?— Cuestionó Doyoung con una mueca. —Sé lo que dije, me gustaría mucho poder llegar al otro punto de confianza contigo, pero no me siento tan preparado como pensé que estaría.

Renjun masajeó la cintura de Doyoung, llegando hasta su espalda y haciendo pequeños círculos ahí. Comprendía el punto, a él también le sucedió la primera vez que accedió a entregarse a Doyoung, pero no lo pensó mucho, sólo se dejó llevar por lo que sentía.

—Te entiendo, no estás preparado— Levantó el rostro para tantear sus labios contra los de su novio, sonrió. —Si te preocupa que le diga a tu madre, no te preocupes, no se lo diré— Bromeó.

—Te mataría si se lo dijeras a mi madre, en serio, te ahorcaría— Dijo Doyoung suspirando; Renjun continuaba acariciándolo. —¿Estás decidido en hacerlo?

—Tan seguro como que eres el hombre más hermoso del mundo— Asintió moviendo sus cejas, molestándolo, Doyoung rodó sus ojos. —Vamos, Doyoung, ¿Qué te asusta?

—Nada— Titubeó, el coreano era un mentiroso de última calidad, parecía que siquiera se esforzaba en mentir bien. Renjun lo miraba crédulo. —¡Hablo en serio! No me asusta que tú vayas a... a hacer eso. Lo juro, ¿Por qué me asustaría? Sólo no estoy preparado y no sé si dolerá, sabes que soy muy intolerante al dolor, apenas y aguanto una cortada con papel, hasta estornudar es un suplicio— Parloteaba Doyoung, divagando. — Renjun, no me...

Renjun decidió callar a Doyoung de la única forma en que se podía, besándolo. Plantó sus labios en los de Doyoung quitando sus manos que tocaban la piel del coreano para dejarlas en su nuca. Lo besó con lentitud, gloriosamente, gozando del movimiento de sus lenguas juntas dentro de la boca de Doyoung.

El castaño se inclinó hacia delante, separándose unos instantes de la boca ajena, mirándolo con complicidad a la vez que lo empujaba hacia atrás para hacerlo caer contra la cama. Renjun se posicionó entre sus piernas, Doyoung parecía no reaccionar mucho, el color rojo en sus pálidas mejillas decían bastante.

Renjun volvió a juntar su boca con la de Doyoung, torpe y desordenado. Continuó hasta humedecer las mejillas calientes de su novio, paseando su lengua descaradamente por la línea de su mandíbula; Doyoung ladeó el rostro hacia la dirección contraria.

𝐌𝐎𝐌 𝐈'𝐌 𝐆𝐀𝐘 𝐓𝐎𝐎 Where stories live. Discover now