-Hola, Rider-mi voz sale con un deje algo ácido y seco-
Siento la mirada penetrante de Amy en el costado de mi perfil, pero no me giro a verla ya que sigo mirando fijamente a unos ojos avellanas que me devuelven la mirada con un toque de malicia.
- Así que no era falso eso que me dijo mi querido primo, solo que cuando me contó hace unos días que te vio, tenías el cabello igual que siempre.
Intento acercarse para enredar un mechón de mi cabello ahora teñido de azul entre sus dedos, pero me aleje de manera automática. El río por lo bajo ante mi reflejó. Pero eso solo lo instigó a que quisiera a dar otro paso.
¡Ringgggg! Sin duda, el simple dicho de salvada por la campana, me estaba ayudando de sobremanera en este momento, sin dudarlo un segundo agarre la muñeca de mi amiga y nos saqué rápido de esa situación.
Rider, sin duda siempre me pareció peligroso, sus Aires de chico malo le daban el título de lo que en verdad era. Aún recuerdo hace unos años, cuando había empezado a salir con primo Nicolás, en esa época el estaba metido en cosas turbias, tal y como una vez lo escuché decir; cosas del bajo mundo .
Sin duda cualquiera que tuvo la oportunidad de conocer a Rider sabe que es alguien prepotente, peligroso y mezquino, que si pudiera venderte en bandeja de plata por su propio interés lo estaría haciendo desde el primer minuto .
Durante toda la clase lo único que hice fue anotar lo que escribía el profesor de historia en la pizarra y anotaba una que otra divagación que iba diciéndonos el susodicho. Amy no dejo de tirarme miradas fugaces desde la otra punta del salón, intentando descubrir que me sucedía. Sin duda en ningún momento pudo darse cuenta, así que decidió darse por vencida. Mejor así, ya que no tenía la cabeza para explicarle nada, ene se momento estaba maquinando cientos de finales horripilantes por lo que conllevaba que Rider supiera que estoy aquí, ya que si Marcus descubre que estoy aquí, sin duda alguna vendrá y hará pagar a varias personas inocentes por mi atrevimiento y llevarme de nuevo a esa pesadilla viviente.
«Inhala, Exala, Inhala, Exala... eso es sigue así y no olvidemos lo que nos enseñó mamá, cuando no podíamos respirar bien, después de una pesadilla»
Después de calmarme, gracias a escuchar a mi conciencia, me siento un poco mejor, aunque la opresión de mi pecho no cambia y sigo sintiéndome algo perdida en mi asiento al fondo de salón.
Pasaron unos minutos y logré sentirme menos presionada que antes y ya no sentía la necesidad de agarrar mis cosas para irme del salón, el cual no hacía que me sintiese para nada cómoda, debido a la cantidad de miradas pocas disimuladas hacia mí y mi amiga. Es bastante común que suceda esto ya que seguramente sean un grupo donde todos se conocen desde que empezaron su primer año y que llegase alguien nuevo a mitad del nuevo curso y último año, era una extraña coincidencia de la cual a varios curiosos les habría dado justo en el clavo para sacar hipótesis o conclusiones retorcidas del porque estábamos aquí o cosas así, con anteriormente me pasó.
El final de la hora llego y con eso ya teníamos pase libre para regresar a casa con Amy, sin dudas no todo salió como quería.
Amy, se había adelantado porque tenía que ir a buscar algo a su casillero y como yo estaba retrasada en guardar mis pocos útiles en mi mochila negra decidimos encontrarnos en la entrada, pero como dije anteriormente, todo lo que quería salía mal, ya que apenas cruce el umbral de la puerta, una mano grande y fuerte me sujeto de manera brusca y volvió a meterme adentro y sin siquiera darme el tiempo de gritar nos encerró adentro del aula y me apresó con su cuerpo contra la pared y apresando mi brazos arriba de la cabeza.
-¡Suéltame Rider, déjame en paz!- Grite, mientras me movía como una lombriz intentando sacarme al energúmeno de encima -
Sonrió con cinismo ante mi arrebato.
ESTÁS LEYENDO
The Vigor
Random¿Que me dirían si de un momento para otro pierden todo lo que tenían por un accidente automovilístico?¿Les dolería tanto como sentir porque ustedes sobrevivieron y ellos no? Mi vida era muy simple antes de esa noche, solo me preocupaba por las cosas...