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Toc, toc, toc...

Escucho un constante golpeteo en el pasillo, junto a una pausadas pisadas desde alguna parte del departamento.

Nose porque pero tanto Amy y Helen no están, cuando desperté estaba sola en el living y al escuchar un ruido extraño en la puerta principal por alguna razón decidí esconderme en mi cuarto, se que no es muy inteligente pero tenía que ganar tiempo. Al entrar y cerrar con llave empecé a buscar de manera silenciosa en la penumbra de la madruga mi celular el cual había olvidado de agarrarlo en la cocina.

Cada vez escucho más cercas las pisadas y mi corazón avanza de manera irreal, sintiendo como si estuviese por salir de mi cuerpo. Empiezo a contener la respiración cundo siento que se vuelve irregular por el sonido de las pisadas que se acercan más y más, dejándome helada, antes de que sea demasiado tarde, abro con cuidado la puerta del placar que viene pegado a la pared y me meto adentro con el mismo cuidado con el que abrí la puerta.

Las pisadas dejan de sonar justo cuando me hundo en el fondo del placar, detrás de muchos sacos y vestidos que ya estaban aquí. Escucho como alguien intenta abrir la puerta pero al ver que está cerrada se resigna y se aleja, cuando creo que no va a entrar pienso en abrir la puerta y salir de mi escondite, pero toda idea se desvanece cuando veo como la puerta del cuarto empieza a ser aporreada hasta que de alguna manera se escucha un...

¡Tac!

Que demuestra que la cerradura fue rota. Pongo mis manos en mi boca para que no se de cuenta que estoy aquí adentro y siento como mis ojos empiezan a humedecerse por el miedo que siento. Estoy helada, no me muevo, creo que nisiquiera respiro.

¿Que querrán?¿Quién o quiénes serán? ¿Vienen por mi? ¿O por las cosas del departamento?¿Serán ladrones o empleados de mi tío? ¿Me harán algo?.

Preguntas así son las que rondan mi mente, durante todo este breve transcurso, empiezo a contener de nuevo la respiración, cuando escucho a alguien acercarse al armario.

Por alguna razón los pasos empiezan a sonar más lejanos y cuando ya no escucho ninguno más es cuando suelto un bajo suspiro que venía conteniendo.

Pasan unos minutos y no escucho nada, seguramente ya se habrá id....

Y no logro terminar, ya que frente a mí la puerta se abre de manera abrupta y siento mi sangre helarse.

–Hola princesa, ¿me extrañaste?- su sonrisa tan repulsiva aumenta  y avanza hacia el fondo del placar en el cual yo me sigo aferrando como si eso logrará salvarme...

El está a tan solo centímetros de mi y cada vez se acerca más y más con su mirada cada vez más retorcida, haciéndome recordar que tan enfermo está. Cierro los ojos con fuerza cuando está apunto de tocar un mechón de mi largo cabello y.....

¡BIP, BIP, BIP!

Me levanto de manera abrupta de la cama, sintiendo todo mi cuerpo transpirado y con mi corazón bombeando de manera abrupta. Miro hacia todos lados y.... Nada, absolutamente nada, estoy ¿bien? Todo parece que fue producto de otra pesadilla, la cual aún siguen siendo frecuentes, aunque esta vez fue diferente, mayormente sueño con mi familia y luego siendo llevada a aquella horrible casa a la fuerza...

Muevo mi cabeza hacia ambos lados intentando sacarme cualquier pensamiento negativo y me levanto. Al estar cerca de la puerta miro alrededor del cuarto y me doy cuenta de que no está Amy en su respectiva cama, aunque no me preocupo tanto ya que ella siempre fue muy madrugadora o al menos eso siempre me pareció desde mi punto de vista.

Justo cuando abro la puerta me encuentro de cara con Amy que está saliendo de la puerta de enfrente que es la que da al baño, con su pelo rubio mojada y una toalla alrededor de su cuerpo. Al verme lo primero que hace es sonreírme a lo cual yo respondo de la misma manera.

The VigorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora