PRÓLOGO ✦ Padre.

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   Verlo sobre la camilla blanca, sin ropa, pálido, le había causado una fuerte impresión: el corte sobre la ceja estaba pálido y aún abierto cuando se lo mostraron, la boca blanca, los pies relajados, las manos en una posición dormida

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   Verlo sobre la camilla blanca, sin ropa, pálido, le había causado una fuerte impresión: el corte sobre la ceja estaba pálido y aún abierto cuando se lo mostraron, la boca blanca, los pies relajados, las manos en una posición dormida. Si no supiera lo que acababa de pasar, pensaría que estaba descansado con agradables sueños, pero no. Su padre estaba muerto. Eso significaba que quedaba solo, a la deriva de la vida.

   ─── ¿Está bien, señor Park? ─── preguntó amablemente el enfermero, pero no obtuvo respuesta. A pesar de la cordialidad del joven era una pregunta bastante estúpida, pensó el nombrado, porque nadie iba a estar bien si es que su padre estaba muerto. De alguna forma, el morbo de ver a su padre sobre la camilla pudo con las ganas de alejarse y volver a llorar a mares. Así era como se encontraba estudiando las facciones cadavéricas de su progenitor.

   No entendía en absoluto la forma en que había muerto; ni siquiera los médicos le hallaban explicación. Lo encontraron tendido en el suelo, con los ojos abiertos y una expresión de terror absoluto. Era como si estuviera vivo aún, de no ser porque su corazón ya no tenía pulso alguno. Y Jimin no podía superarlo, no había forma de hacerlo cuando era su propio padre, muerto en extrañas circunstancias que nadie alcanzaba a entender. Él lo había visto muerto por vez primera, había llamado a la policía, al ambulancia.

   Y sería ideal que se tratase de una pesadilla especialmente cruel, pero era real. Era palpable y lo hacía llorar todas las noches desde que lo vió. Ahora lo miraba en la morgue y no podía evitar llorar ante comprender que sí: nunca más sería capaz de abrazarlo, de intentar decirle que lo quería, de molestarlo y bromear por las mañanas cuando tomaban café. Por un momento pensó en dejarlo todo atrás y sumirse en su pena para siempre, pero luego razonó y se dio una bofetada monumental, puesto que en memoria de su padre no era capaz de quitarse la vida, ni de detener el curso emocional de la misma. Tenía que ser consciente de que todo estaba ocurriendo aunque le costara seguir adelante. Su padre lo hubiera querido así para él.

   Entonces tomó la decisión de regresar a sus orígenes, al sitio donde sus padres fallecidos le criaron. Costosamente dejó atrás el cadáver de su padre para dejar que lo cremaran al día siguiente, y se sentó en la sala de espera con los ojos muertos fijos en la nada. La luz blanca de las ampolletas iluminaban feamente la coronilla de su cabeza tupida de cabellos oscuros, y pensaba en que debía seguir adelante por su padre cuando la secretaria, forzosamente, lo hizo salir de la morgue porque estaban a punto de cerrar el recinto a público. Ella era amable y le ofreció chocolate y agua, pero no era lo mismo.

   Así que ahora se hallaba ordenando las cosas para irse a su pueblo de nacimiento, Campos de Ceniza, lugar donde el sol no llegaba y las leyendas rondaban a la orden del día. Empacaba sus cosas sin pensar en qué haría con el trabajo, con la renta, ni tampoco con la gente que lo rodeaba. No tenía amigos ni tampoco colegas de trabajo a los que avisar de su repentina decisión. Tampoco había comprado una casa aún, pero él se iría del apartamento sí o sí, y eso nadie se lo iba a negar.

   Guardando su ropa en la segunda maleta de viaje, se topó con la bolsa donde las prendas de su padre estaban guardadas. Sacó de la bolsa la chaqueta de viejo cuero negro, los pantalones de mezclilla y la camiseta ajustada blanca. Una cadenilla plateada colgaba de sus dedos cuando la descubrió dentro de la bolsa de papel, brillante a la luz del amanecer, la pequeña gema roja rodeada de plata y cruces dándole una sensación de familiaridad a pesar de que jamás recordaba haberla visto.

   ─── Debo estar loco. ─── susurró sin sentido aparente, dejando la ropa y cadena sobre la cama deshecha. Se acostó ahí a intentar conciliar el sueño.

   Pero no pudo.

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La idea me la regaló
ohsweetbrokendoll 💗💫
durante el 2022
(Fue la primera vez que publiqué esta obra)
Espero que te guste más, chacalita

Ñañaña
❤️‍🩹🪽

EL PUEBLO DE LOS HORRORES 𐙚 病気 . GGUKMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora