No era una sorpresa nada de lo que Jeongguk le decía, pero... ¿Por qué se sorprendía de todas formas?
Quizás porque en el fondo no quería que fuera real. No quería que las personas escogieran juzgarlo por cosas que en realidad no pesaban en absoluto, al menos dentro de su cabeza el tener el apellido Park no pesaba en nada de su carácter. Pero de nuevo, estaba tan perdido queriendo revivir la esencia de su padre, desesperado por revivir su memoria, que a veces se sorprendía pensando en cosas que no pensaría. Cosas que, tal como temía, eran más acordes a las actitudes de su padre, sus antecesores que portaban el apellido Park. Se trataba de un dolor de cabeza constante que lo acompañaba desde que Jeongguk le dijo de manera clara que el pueblo y su propio hermano gemelo, Jeongjun, lo querían muerto por ser la viva copia de su padre.
De todas formas, ya no recordaba qué le había dicho Jeongguk en específico. Un trozo de su memoria estaba borrado cómodamente.
Jimin se llevó una mano débil al rostro para intentar humedecer sus ojos que se sentían como esferas secas que le ardían. Las luces del baño eran bastante brillantes, y durante esa mañana el interior de la mansión de los Jeon se sentía mucho más oscura que otras veces. Se masajeó los párpados cerrados con las yemas de sus dedos, el sueño perforando su cabeza por las horas de insomnio que últimamente se le acumulaban por los pensamientos que no le pertenecían del todo. Apenas pudo armarse de valor para ir a la cocina y beber agua, salió trotando hacia los pasillos de la mansión.
Adivinaba que era hora de almuerzo, los relojes marcaban la una de la tarde y se escuchaban algunos coches en el exterior de la casa. Caminaba por la larga alfombra del pasillo con una rapidez que ni él mismo entendía y, con las rodillas temblorosas, bajó las escaleras mientras se agarraba del barandal lo más fuerte y firme que pudo.
─── ... no debiste encargarte. ¿Por qué te empeñas en protegerlo? Es un puto traidor. ─── había una voz fuerte que le puso la piel de gallina. Era la voz de alguno de los gemelos, le daba mala espina y por ello es que sus piernas no dejaban de temblar. 'Basta', se golpeteó las mejillas mientras terminaba de bajar los últimos escalones. Siguió a la voz con pasos silenciosos.
─── Él no conoce nada, ni siquiera puedes estar seguro de lo que dices si no te atreves a conocerlo. ─── ese era claramente Jeongguk, con una entonación más recatada y madura que la de su gemelo. Hasta era más suave, quizás porque no se la pasaba gritando. El solo pensamiento hizo acallar una risotada despectiva a Jimin.
─── No le creo una mierda. Los Park son todos una gran basura, siempre se han enorgullecido de lo sabandijas que son. Echando pestes y luego escapando como las serpientes venenosas. Son así, acéptalo. ─── escupió el primero, Jeongjun, con la voz rasposa. El pasillo que daba a la habitación donde ellos discutían estaba casi en penumbra.─── Me tienes hasta los cojones defendiendo al mononeuronal aquel, como si pudieras arreglar las cosas consiguiendo un 'lo siento' de su parte. ¡Felicidades, Jeongguk! ¡Con una disculpa no se resuelve nuestra maldición! ─── hubo una pausa, se escuchó una respiración fuerte. Jimin se detuvo a mitad del pasillo y contuvo la suya con los ojos abiertos de par en par.
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EL PUEBLO DE LOS HORRORES 𐙚 病気 . GGUKMIN.
Fanfiction« Estoy perdido en este pueblo, lleno de sangre, cenizas y dolor. Lo único que me traje fue la muerte de mi padre. Jamás me he sentido tan inhumano como ahora ». Tras la misteriosa muerte de su padre, Jimin se muda a su pueblo de infancia, donde la...