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Doce de la noche, Kazutora observaba la tapa del cuaderno dónde se encontraba el número telefónico.

Uno, dos, tres tono y nadie contestaba.

Estaba en un teléfono público a altas horas de la noche.

─¿Hola?

Contestó una voz masculina, era Mikey que había contestado el teléfono. Se quedó en silencio, sus puños se apretaron de molestia, hasta el punto de que sus nudillos se colocaron blanco.

Finalizó la llamada.

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A nadie le gustaba clases de Matemáticas, menos a Kazutora. Un curso menor y uno mayor compartiendo clase.

Entró al aula que estaba vacío, dejó el cuaderno en el escritorio del profesor, tomó asiento en los últimos pupitres.

A los minutos, los alumnos empezaron a llegar, cada uno tomaba un asiento distinto para no tomar asiento junto a Kazutora.

El profesor entro al aula, al ver el cuaderno en su escritorio lo dejó en el pupitre correspondiente apenas vio el nombre escrito.

Se veía una sombra masculina y una femenina atravez de la puerta.

──Perdón la tardanza, adiós Takemichi-kun! ──se despidió cerrando la puerta.

Un rubor de vergüenza sobresalía por sus mejillas, tomó asiento en su lugar. En la parte de la pared al primer pupitre.

Miró su cuaderno con una mueca de confusión mirando a todo el salón, la mirada de Kazutora estaba sobre la ventana.

"¿Podrías venir a la azotea?"

Se encontraba escrito en la última hoja del cuaderno.

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La campana del receso sonó, guardó sus cosas con rapidez, haciendo que algunas hojas de su cuaderno se doblarán al estar guardadas desordenadas.

Salió casi corriendo del aula, si antes su uniforme estaba desordenado, ahora era peor.

Kazutora esbozó una sonrisa divertida, seguía siendo torpe con sus cosas.

Subía los escalones lo más rápido que podía, la curiosidad le ganaba por saber quién era el chistoso que había escrito eso en su cuaderno, le iba a dar una trompada por llevarse y rayar su cuaderno.

Observó ambos lados, estaba vacío. Sólo se encontraba algunas mesas y sillas que nadie ocupaba amontonadas en un rincón.

Frunció el ceño con molestia.

Entrecerró los ojos soltando un suspiro, al querer darse la vuelta. Unas delgadas manos se colocaron sobre sus hombro.

Su cuerpo se tensó, un chico más alto que ella se encontraba al frente; arreglando la corbata desordenada de la fémina.

──Siempre tan desordenada ──rió con diversión── ¿Aún lloras por tonterías?

Palabras no salían de sus labios, reaccionó frunciendo el ceño con molestia, dándole un empujón alejándolo de él.

──¿Quién eres? ──preguntó sin quitar su mueca de molestia.

El cuerpo de Kazutora se tensó, ¿Acaso no sabía quién era él?. Pasó saliva.

Los nudillos ajenos chocaron contra su mejilla haciendo que cayera al suelo sin darle tiempo de reaccionar. El cuerpo ajeno de la fémina se encontraba encima de él, una de sus manos sujetaba los brazos de Kazutora mientras su mano izquierda apuntaba a su rostro, dándole a entender que lo volvería a golpear.

Una sonrisa se formó en los labios del azabache.

──¿Entonces...?

──Vaya forma de volvernos a ver, ¿No crees _______? ──dijo de forma divertida.

Intercambio las posiciones, la espalda de la fémina chocó contra la acera, la mano derecha de Kazutora sujetaba con algo de fuerza las muñecas de la menor, las piernas del azabache se encontraban en ambos lados de la cadera de la chica.

Pasó su dedo pulgar por su nariz, quitando las gotas de sangre que habían empezado a bajar por su nariz.

──Dios, el golpe dolió ──chistó Kazutora mirando su dedo pulgar que contenía la sangre que bajó de su nariz.

──Déjame ──chillo tratando de soltarse.

──No, y si sigues moviéndote no te dejaré ir.

Un suspiro escapó de los labios de Kazutora, sus orbes dorados observaban con detalle el rostro de la fémina. Su cabello seguía estando hasta los hombros, sus orbes oscuros demostraban incomodidad y confusión.

──¿De verdad no me recuerdas? ──murmuró Kazutora deprimido.

Al ver cómo la menor negaba con su cabeza, se alejó de ella. Se colocó de pie dispuesto a irse, no sin antes darle una última mirada.

Ambas miradas se conectaron un par de segundos.

Kazutora le dió la espalda, caminando en dirección a la salida.

Sus pasos se detuvieron en seco al sentir unas manos rodeándo su torso, estando aún de espalda.

──Okaeri'nasai, Ka-zu-to-ra-kun ──susurro sobre el hombro del mayor.

Era centímetros más baja que él, le llegaba un poco más arriba de la nariz.

El perfume de Kazutora llegó hasta sus fosas nasales, una agradable sonrisa se formó en los labios del azabache, dió la vuelta para mirarla, sus brazos pasaron por los hombros de la más baja.

──Te extrañé ──exclamó ________ entre susurros.

──Yo también te extrañé.

Acarició con suavidad la cabellera pálida de la menor de la familia Sano.

Sentimiento, sentía que aquél sentimiento de dulzura y tranquilidad volvía a él.

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q pasa con la masturbanda, ayer comí torta de chocolate 🤙

la multimedia es mía por eso está bien culera lol, aparte estoy en otro celular y perdí todo mis memes ptm,,

Estoy poniendo toda mi flojera en crear una portada para la Tokyo revengers chilenos.

ѕωeєттy「Hanemiya Kazutora x Reader」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora