ѕωeєттy「Hanemiya Kazutora x Reader」

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Bad Ending; no me dolió /se acaricia el cuello con un cuter.

El de tez morena golpeó con fuerza la pared que aquél callejón, lanzando el teléfono hacía la muralla, esté no tardo en hacerse trizas, cortando la llamada de Hanma.

Sus puños se apretaron con fuerza, enterrando sus uñas en la piel, su mandíbula se apretaba del enojo.

Soltó una risita burlona llevando sus manos hacía la cabeza, aquella idea cruzaba por su mente.

(...)

Corría en un pasó más adelante que él rubio, volteando su cuerpo para verle con una sonrisa.

En su mano agarraba un peluche de Hello Kitty, peluche que Mikey había ganado para ella y en su mano libre llevaba la paleta que le había comprado Draken.

Draken rió divertido viendo a Takemichi comer tímidamente su paleta.

──¿La has pasado bien? ──preguntó Mikey.

──Muy bien ──contestó sonriendo lamiendo la paleta── Takemichi-kun era divertido verlo gritar cuándo lo asustaban los payasos.

──¡Oye! Eso fue cruel ──fingió dramáticamente el nombrado── Tú también gritaste.

Habían pasado el día jugando en el parque y después a distintos lugares de comidas junto a juegos infantiles.

──¿Podemos repetir esta salida? ──preguntó viendo a Mikey.

──Claro, a la próxima podemos invitar al resto de los chicos ──respondió Mikey── Emma no pudo venir, pero a la próxima vendremos.

──¿Cuándo volvamos puedo comprar ese peluche de Melody? ──farfullo ________.

──Por supuesto.

La fémina esbozó una sonrisa; la paleta de caramelo cayó al suelo, rompiéndose en pedacitos pequeños. La bala del arma de fuego disparó detrás de está, atravesando su hígado.

Su camiseta celeste con líneas blancas, se le formaba una gran mancha de un líquido carmesí. El peluche seguía aferrado a su brazo derecho, manchándose.

Los orbes de Mikey se abrieron sorprendido, agarrando el cuerpo de la fémina.

La risa invadió al chico de lentes que observaba detrás del callejón, otra vez había dejado el trabajo sucio a otra persona.

──__________....──murmuró Draken, rompiendo parte de su camiseta── Presiona en la herida.

──Iremos al hospital, ya verás ──susurró Mikey entre palabras entrecortadas.

──¿Vas a llorar? ──preguntó viendo con diversión a Mikey, que la cargaba en brazos cómo un koala.

──Que dices, yo nunca lloró ──comentó el rubio.

Presionaba en la herida, sus manos estaban llenas de sangre. Llegando a manchar la ropa del rubio.

──En el hospital me darán chocolatada? ──preguntó la fémina.

──La enfermera te dará toda la chocolatada que quieras ──contestó Draken con una sonrisa, mordiendo su lengua para no llorar.

──¿De verdad? ¿Después podré adoptar un gato? ──exclamó, el brillo de sus ojos se iba de a poco. Mikey colocó su toppuku en la espalda de la chica.

──Si, de hecho si quieres trece gatos te los daré.

──Quiero dos, uno que sea amarillo; ese se llamará zanahoria y quiero un gato gris que se llame Mikey ──sonrió.