Cαρίτυlσ 3: Mαmmα Mια

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Esta es la historia que tenía más tiempo sin actualizar, así que me senté para hacerles este capítulo.

No olviden que también actualicé recientemente Liar y que a finales del mes pasado les subí una mini historia.

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𝗬𝗲𝘀, 𝗜'𝘃𝗲 𝗯𝗲𝗲𝗻 𝗯𝗿𝗼𝗸𝗲𝗻-𝗵𝗲𝗮𝗿𝘁𝗲𝗱,
𝗕𝗹𝘂𝗲 𝘀𝗶𝗻𝗰𝗲 𝘁𝗵𝗲 𝗱𝗮𝘆 𝘄𝗲 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲𝗱.
𝗪𝗵𝘆, 𝘄𝗵𝘆 𝗱𝗶𝗱 𝗜 𝗲𝘃𝗲𝗿 𝗹𝗲𝘁 𝘆𝗼𝘂 𝗴𝗼?
𝗠𝗮𝗺𝗺𝗮 𝗺𝗶𝗮, 𝗻𝗼𝘄 𝗜 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗹𝘆 𝗸𝗻𝗼𝘄,
𝗠𝘆 𝗺𝘆, 𝗜 𝘀𝗵𝗼𝘂𝗹𝗱 𝗻𝗼𝘁 𝗵𝗮𝘃𝗲 𝗹𝗲𝘁 𝘆𝗼𝘂 𝗴𝗼.
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La rubia atornillaba los clavos para volver a colocar el trozo de madera en la ventana.

-Aquí hay ropa como para una gira mundial- gritó Cruella, revisando todo lo que traía la pelinegra- Oh, Maléfica, Maléfica.

La mujer volteó a verla, viendo una tanga de encaje vinotinto en las manos de su amiga.

-Se la pone o es para los dientes- la lanzó como si fuera una resortera.

Su amiga soltó una carcajada.

-Luego te la presto- gritó Regina desde el baño.

-¿Es comestible, Regina?- le preguntó con diversión.

La pelinegra simplemente la arremedó. La madre de Carlos tomó un frasco de una de las maletas.

-El humectante más lujoso del mundo entero. Contiene hojas de oro de veinticuatro quilates y extracto de testículo de burro- leyó la etiqueta.

Regina entró a la habitación con una toalla rodeando su cuerpo y otra en su cabeza. Terminó de colocarse su crema humectante y la guardó.

-Estás celosa.

Maléfica le entregó su copa y sirvió la de Cruella.

-A mil dólares el frasco.

-Es el precio que hay que pagar si quieren beber alcohol antes de las once de la mañana - le dijo.

-¡Y queremos! - exclamó Maléfica.

-Vaya que queremos.

Las tres chocaron sus copas, riéndose.

Mαmmα Mια! [Dεscεηδαητs Vεrsιση]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora