「Capítulo O7.」

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Opciones


Jimin

Me desperté con el sonido de una risa. Una aguda y muy característica, de estas que te empujan a acompañarla de lo graciosas que son. Una risa como la que tenía cierto conejito.

- ¿Jungkook? –Abrí un ojo y me giré hacia el castaño, quien estaba colocado entre mi brazo, dándome la espalda. Solté un bostezo y me pasé la mano por el pelo, intentado espabilarme. Había dormido tan bien que me costaba recordar una noche similar a esta.

- ¡Oh! – Jungkook se incorporó, colocándose de cara a mí, y bloqueó el móvil que hacía unos momentos estaba viendo mientras se carcajeaba. Me sonrió arrugando la nariz y acomodó en la almohada. - ¡Buenos días!

- ¿Qué hacías? –pregunté ignorando su repentino buen humor.

Aún recordaba la noche anterior, los minutos previos a dormirnos. Yo solo quería ver los diferentes usos de la crema y toda la situación se me fue de las manos. Jamás había visto al conejito de esa forma, tan débil e indefenso, tan triste, tan asustado. Me sentí increíblemente impotente al no poder hacer nada, al no saber que le ocurría. No me gustaría volver a pasar por eso nunca, y si tenía que encargarme desde ahora de que Jungkook no decayera de esa forma, lo haría. No por él, claro que no, sino por mí y mi bienestar.

- Estaba viendo un video.

- ¿Me lo enseñas? – pregunté con curiosidad, incorporándome, apoyándome sobre el espaldar de la cama.

- No, porque te enfadarás y me harás borrarlo.

- Jungkook, enséñamelo.

- No.

- Jungkook... –fruncí el ceño y extendí mi mano.

- Que ya te he dicho qu-

- Te dejaré poner en la entrada ese póster de Justin Bieber que tanto te gusta.

- Espera, que desbloqueo el móvil.

Sonreí satisfecho y esperé a que encontrara el video. Cuando lo hizo, me miró con inseguridad varios segundos, tapando la pantalla contra su pecho. Rodé los ojos y agarré el móvil yo mismo, dándole inmediatamente al play.

-...

-...

- Dime que no soy yo.

- Vale. No eres tú.

- ¡Soy yo Jungkook! – avancé el video hasta el final, comprobando que mi imagen saliera todo el tiempo. Efectivamente era mi cara mientras dormía. - ¿Cómo narices se te ocurre grabarme durmiendo? ¡Borra eso ahora mismo!

- ¿Ves? Te dije que te ibas a enfadar.

- ¡Porqué me has grabado durmiendo!

- ¡Porque roncabas y estabas gracioso con la boca abierta! ¡Los peluches no roncan, Jimin!

- ¿Pero qué cojones dices de peluche ahora? –negué varias veces con la cabeza, frotando mi sien, y levanté nuevamente la mirada, ahora un pelín más relajado. Forcé una sonrisa y extendí la mano. –Dame el móvil.

- ¿Vas a borrarlo?

- No. Voy a pasárselo a todos tus contactos, que crees.

- ¡Buena idea!

- ¡Era ironía, por dios!

Y me lancé encima de él con intención de arrebatarle el cachivache antes de que enviara nada a nadie. Estuvimos forcejeando durante casi cinco minutos, revolviéndose debajo de mí, intentando pulsar las teclas desesperadamente.

- ¡Enviado!

- ¡Te mato! –se lo quité de un movimiento rápido y miré la pantalla, adentrándome rápidamente en las últimas conversaciones para ver a quien le había llegado el video. Al parecer solo logró enviárselo a Seokjin y Taehyung. Dejé caer el móvil sobre el colchón y le miré desde arriba, ya que me encontraba subido en él. Ahora que me veía enfadado ya no le hacía tanta gracia como momentos antes, pero seguro que a mí me hacía menos aún.
Intentó salir corriendo pero le agarré antes de que pudiera tan solo levantarse, sujetando sus piernas entre las mías y sus muñecas con ambas manos. Sonreí maliciosamente, pensando en mil y una formas de vengarme. Finalmente agarré de nuevo el celular y abrí la cámara de video.

- ¡Jimin, deja de grabarme ahora mismo! ¡Jimin!

Ignoré sus órdenes, comenzando a hacerle cosquillas, capturando en la pantalla cada sonido y risa que salían de sus labios. Era divertido ver como se revolvía incansablemente, igual que un niño. Sí, eso era. Había momentos con Jungkook en los que me sentía igual de libre y despreocupado que un niño.

- ¿Cómo se pide?

- ¡Porf-porfavor! ¡Jimin p-ara! –pidió si poder dejar de reírse, intentando apartar mi mano.

- Ahora di lo genial que soy.

- ¡E-eres idiota! ¡Par-a ya, mald-maldita sea! – Levanté una ceja, con fingida indignación y comencé a hacerle cosquillas con más ahínco. Justo cuando pensé que se iba a rendir y decir todo lo que yo le ordenase, de su boca salieron unas palabras ciertamente inesperadas. – ¡Jimin no sabe cortar una cebolla!

- ¡Eh, oye!

- ¡Y-y a vec-veces tampoco diferencia el champú del gel, y se ducha con champú de lav-anda!

- ¡Jeon, que esto va a quedar grabado!

Pausé el video inmediatamente, haciendo que se mandara a mí contacto nada más cerrarlo, y lo bloqueé. En ese tiempo el conejito aprovechó que estaba distraído para tomar aire y respirar. Me quitó de encima de un empujón y agarró su móvil antes de ponerse de pie.

- Voy a darme una ducha – me informó al tiempo que se deshacía de sus pantalones de chándal. Eran los mismos que llevaba la noche anterior, cuando sucedió todo. Antes de que se fuera, olvidando la reciente diversión y recordando momentáneamente el rostro que tenía aye empapado en lágrimas, le agarré de la muñeca, impidiendo que se marchara.

- Oye Jungkook –me miró, con curiosidad y las cejas levantadas. No entendía como podía estar tan tranquilo, tan indiferente a lo de anoche. – ¿Estás bien?

- ¿Eh? Claro. Solo han sido cosquillas.

- Por lo de anoche digo –rasqué mi nuca con nerviosismo, evitando su mirada. –No parecías mu-

- ¡Ah, eso! –se soltó de mi agarre y sonrió tranquilizadoramente, esa perfecta faceta de
"absolutamente todo está bien" –No es nada.

- No parecía que fuera nada.

- Te digo que no es nada. Muchas personas tienen repentinos cambios de humor, tampoco hay que exagerarlo.

- Que yo sepa esos cambios de humor son normales en situaciones como embarazos, adolescencia, menstruación o trastornos bipolares.

- Y en las drogas.

- Y en las drogas, exacto.

- ...

- ...

- ...

- Jungkook, ¿tomas drogas?

- ¡Obviamente no!

- ¡¿Entonces qué cojones te pasó ayer?!

- ¡ASH! ¡DÉJAME EN PAZ! ¡Será que haces unos masajes tan horribles que me dieron ganas de llorar, que se yo! –Lanzó el móvil a la cama con frustración y se giró, yéndose hacia la puerta. Antes de cerrarla se giró y me señaló acusativamente con el dedo índice. - ¡Me voy a bañar, y cuando salga quiero que hayas hecho el desayuno!

- ...

- ¡Y más te vale que no se haya gastado la mermelada de arándanos!

Y cerró dando un sonoro portazo, dejándome sentado en la cama con cara de "¿Qué cojones ha pasado?", debatiendo en mi interior las dos opciones que más ciertas me parecían. O Jungkook estaba con la regla, o tenía un grave trastorno bipolar.

¿Y Si Me Tuviera que Marchar? (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora