Me encontraba en aquel viejo despacho, ese horrible escritorio que alguna vez fue lugar de estudio de algún joven que lo único que hacía era escribir, en la mesa. El lugar era un hospital pero mucho más reducido; paredes blancas, algún que otro cuadro, un diploma como profesor y muchos libros ordenados alfabéticamente. Parecían el mayor tesoro que guardaban esos cuatro muros.
Miles de alumnos pasan por esa puerta, cruzan el despacho y terminan sentados en esas sillas incomodas. Esta vez me toco a mí, como tantas otras.
- Esta vez fuiste muy lejos. – Se aclaro la garganta, vio a su alrededor y luego poso sus ojos en aquel viejo teléfono. – Eres una excelente estudiante, pero… Tendré que llamar a tus padres. – Hizo una mueca y comenzó a marcar los números en el aparato.
- ¿Me sancionara, otra vez? – Exprese una sincera sonrisa. Entendía la gravedad del asunto y eso me gustaba más que haber planeado aquel ataque.
- Eso quisiera señorita Roths. Pero eso sería demasiado gratificante para usted. - Tomo una larga bocanada de aire. - Diez días sin asistir al instituto y poder hacer lo que usted quiera, tal vez planear otra de sus exquisitas travesuras. – Poso sus ojos llenos de furia en los míos, he hizo una mueca con su cara.
Mi cerebro se hizo añicos, acaso podría estar haciendo eso.
-Buenas tardes señora, al habla el director de la señorita Clayre Roths. Preciso con urgencia – Enfatizo esa palabra – Que usted y su esposo se presenten en el instituto. –Se escucharon algunas palabras y un leve suspiro. – Muchas gracias por su preocupación. Los estaré esperando. – Colgó y poso su vista a la nada.
Luego de algunos minutos observándolo, tratando de escabullirme en su cabeza para poder así saber lo que me esperaba, me rendí. – ¿Puedo retirarme? – Hice mi mejor cara de niña buena.
-La llamare cuando tenga más información. Espere en la sala de detención. – Exigió aquél hombre canoso y cansado.
Al salir de aquel despacho, comencé a abrirme paso ante la multitud de jóvenes, algunos se quedaban perplejos al verme salir con una enorme sonrisa de aquel infierno. Estaban al tanto que no era de fiar y que siempre salía ganando, pero… Creo que me he pasado.
- ¡Gracias, gracias! – Hice una reverencia y les regale mi mejor sonrisa. – Espero que me extrañen mucho. Nadie podrá suplantarme, lo sé. – Hice una mueca de supremacía y me dirigí hacia la sala de DETENCIÓN.
Al entrar, observe con determinación aquella sala. Libros acumulados por doquier, papeles con mensajes subliminales tirados a montón. El profesor leyendo una de aquellas novelas eróticas del momento. Alumnos durmiendo y otros… Ligando. – Lo de siempre. –di un leve suspiro y pose la vista hacia mi banco. Cabe recalcar que ya poseía banco propio.
- ¿Acaso quieres morir?. – Fulmine al engendro que usurpaba aquel asiento atrás de todo. Justo al lado de los libros de historia, aquellos que poseían mas palabras eróticas que la historia misma.
- Perdón, ¿Qué has dicho? – Se saco aquellas armas mortales de los oídos, eh hizo una media sonrisa.
Lo agarre del brazo, hincando mis largas uñas en él y lo levante. – Si no quieres morir, sal de mi vista Mark Tuan. – El profesor levanto la mirada, y me regalo un giño.
- Señorita Roths, logro escapar. – Dijo con un dejo de sarcasmo. – Me alegro de verla.
- Muchas gracias. – Retorné la vista al idiota que trataba de sentarse en mi lugar, devuelta. – Acaso no le han enseñado que nadie DEBE sentarse en mi butaca. – Medio grite para que me escucharan. – Engendro del demonio. –Lo mire con mi peor cara y logre acomodarme plácidamente en mi silla preferida.
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Stay With Me (BTS, GOT7 FanFic)
Fiksi PenggemarSinopsis. Clayre es la dueña de la escuela, la joven que más travesuras ha cometido y nunca la han pillado, hasta aquella vez. Después de tantas sanciones el director y sus padres deciden enviarla a un internado. Ella tendrá que dejar a su familia...