La Petición del Señor Oscuro

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Sabía que los Malfoys eran ricos, pero no así. He heredado una casa que tiene a Voldemort como un destructor de sofá permanente. Excepto por la serpiente mortal y los Mortífagos, no puede ser peor que la tía Marge de Harry ...

Llevaba túnicas de mago horriblemente tradicionales y no estaba acostumbrada al peso de la tela. Era de brocado carmesí y dorado; tal vez algo que tenía una generación y tenía un aire claramente renacentista italiano. Narcissa se disculpó al principio, pero sus ojos parecieron sonreír cuando me puse la túnica sobre el chaleco.

-Pareces la realeza muggle.- Dijo, sonrojándose levemente. Me vi en un espejo e hice una mueca. No estaba acostumbrada a usar ropa de hombre, pero era mejor que cualquier otra cosa. Oh, Merlín, ¿era esto de Lucius? El color, sin embargo, me sentaba bien. 

Narcissa parecía saber lo que estaba pensando. -Esto fue lo primero que pude encontrar en la habitación de Draco ... Odiaba los colores ... y el corte ... y creo que trató de prenderles fuego una vez ... - Su voz se convirtió en un murmullo que resultaba extrañamente reconfortante; me recordó a Molly en The Burrow.

-¿Crees que podrías conseguirme algo más moderno o femenino más adelante?- Pregunté, retorciéndome bajo el tacto áspero de la tela.

-Por supuesto, yo ... no sé de ninguna tienda que esté abierta actualmente en Londres. Es posible que tengamos que ir a París.- Narcissa frunció el ceño a modo de disculpa. 

Quedé estupefacta; Podría aparecerme en Francia y hacer algunas compras con los galeones Malfoy...  ¿Qué pasa con las tiendas muggle? ¿Y tus padres? ¿Y Harry y Ron?   Fruncí el ceño al recordar el resto del mundo y dónde me necesitaban.

-No puedo usar ropa muggle enfrente de...- Tragué saliva, encogiéndome al usar su otro nombre, -El Señor Oscuro, ¿puedo? Voy a tener que acostumbrarme a llamarlo así mientras mi mejor amigo está huyendo, tratando de encontrar la manera de derrotarlo. -El rostro de Narcissa brilló de pánico.

-¡Él verá tus pensamientos, esposa! ¡Ni siquiera pienses que te vas a oponer a él!- La conmoción de Narcissa golpeó mi corazón. Había horror descarado en sus ojos; ella realmente estaba preocupada por nosotras.

-Dumbledore quería que Harry aprendiera Oclumancia, así que naturalmente lo leí y pude mantener al Profesor Snape y Albus fuera de mi cabeza. No tenía idea de lo entrometidos que podían ser los Legilimantes ...- Respondí despreocupadamente. -Yo también te enseñaré, si quieres.-

-Realmente planeas detenerlo, ¿no?- Narcissa vio la resolución en mi rostro y asintió con la cabeza. -No hay futuro con este loco en el poder.- Ella nunca tuvo el coraje de un Gryffindor, y ahora entendí lo fácil que era para la gente acobardarse y servirle. Estaba asustada, pero no tuvo más remedio que ponerse de mi lado. 

Necesita apoyo y una demostración de fuerza. Tengo que asegurarle mi propia ambición aquí.

-Necesito un futuro en el que no persigan a mis amigos y familiares, donde nadie sea esclavizado y donde NADIE sea obligado a contraer matrimonios concertados.- Mi voz era seca y contenía las lágrimas, y aparté la mirada de Narcissa. No quería ver su reacción, incluso cuando mi piel estaba demandando su toque.

Salimos de la habitación y subimos a otra área de la casa. Era grande y opulento, pero tenía la sensación de mal estado y deterioro. Podía oler algo podrido y deseaba no pensar en lo que alguna vez fue.

-Buenas noches, señorita Granger.- Arrastró la voz grabe del profesor Snape. Tomando una respiración firme, me acerqué a él como un igual. 

-El Señor Oscuro nos está esperando.- Dije y me acerqué a la puerta. La mano de Severus se aferró al pomo.

One Step Left/Un Paso a la IzquierdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora