Estancado en los recuerdos

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-Al fin te encuentro- escuchó el rubio detrás de él- tranquila, ya le encontré- dijo al teléfono que llevaba en la mano antes de colgar.

-Por los dioses- gruñó  Eldor mirando a su espalda para ver a un chico de pelo negro, largo y ojos azules que parecía preocupado- no vuelvas a aparecer así.

-No vuelvas tú a desaparecer de golpe ¿Qué demonios te ha pasado? Te has ido del trabajo corriendo- Eldor no contestó así que se lo imaginó- ¿Qué te dijeron?

-Nada- mintió el chico metiendo las manos en el bolsillo y mirando hacia el vacío del acantilado dónde se encontraba.

-Eldor….

-Te he dicho que nada- afirmó cortante.

-No me chupo el dedo, sé que ha pasado algo, si no, no harías lo que hiciste.

Eldor negó varias veces hasta que respondió exasperado:

-Está bien ¿Quieres saberlo? Me han dicho que debería estar muerto como nuestra familia, que mejor mi madre hubiera huido sin dejarme compañía, que soy un maldito demonio cuya ayuda solo vale para fomentar el mal en este mundo, que si a tu padre no lo hubieran presionado, tú ahora no tendrías que “servirme” ¿Sigo? porque como esas me han dicho cientos de lindeces, cada una mejor que la siguiente en menos de un cuarto de hora que he tardado en poder salir de la sala sin que me apalearan.

-Ahora entiendo que te largaras, pero ¿Por qué aquí? ¿Y por qué no avisaste.

-Necesitaba huir de allí para relajarme.

-No pareces relajado.

Eldor negó.

-No, no lo estoy. Acabé recordando el día en el que Oronose nos lo contó todo. El mismo día que decidimos que cuando cumpliéramos…- echó cálculos- once años, aprovecharíamos la magia extra para cambiar nuestra apariencia, tú tendrías el pelo negro, yo rubio y ambos los ojos azul marino para deshacernos de todos los prejuicios. Y luego he recordado lo que ha pasado hoy y me he dicho ¿Y de que demonios ha servido? Para empeorarlo. 

-Hermano, aunque te comprendo, te voy a decir algo, y no te enfades. ¿Acaso pensaste  de verdad que algo iba a cambiar?- Eldor hizo un gesto con los hombros indicando que tenía esa esperanza- Deberías acostumbrarte a dejar que te resbale. Como esos van a llegar diez mil, pero pasa. Nosotros sabemos cómos somos, trabajamos sin tener siquiera los cien años, ¡Ni estudios del mundo elemental que ya es decir! Cuidamos del otro, nos esforzamos todos los días por mostrar lo mejor de nosotros. ¿Qué esos croers no quieren verlo? Déjalos. Ya son muchos que se han dado cuenta de nuestra valía, mira Oronose, Pablo u Holmelision. Mira a nuestros compañeros de curro. Ellos saben cómo somos. Eso para nosotros es un gran paso y lo sabes.  Jamás tendremos la aceptación de todo el mundo, pero es que nadie la tiene. Nadie.

Eldor miró al horizonte reflexionando las palabras de su hermano. Iset pareció darse cuenta de que su hermano no solo había descargado ira con esa fuga, así que continuó hablando.

-Sé que haber cambiado de casa y dejar de vivir con Oronose se hace raro y está siendo estresante, yo también lo estoy viviendo, pero solo falta acostumbrarse. Sé que descubrir lo de tu protoespíritu   ha sacado muchas cosas de tu interior y que hoy están a flor de piel porque falta un día para la luna llena, recuerda que tengo un vínculo con esa cabecita tuya-le dio unos golpecitos en la cabeza- y reconozco que la gente se ensaña más con tigo pero deberías de confiar en mí un poco más. Solo un poco, lo suficiente como para no desaparecer de golpe a Diers  sabe dónde.

-Lo sé, pero necesitaba estar solo.

-¿Para pegarle puñetazos a un árbol?

Eldor no pudo evitar reírse.

-Básicamente ese es el resumen-dijo hundiendo más el puño derecho en el bolsillo.

-¿No lo habrás hecho de verdad no?

-No te preocupes, he parado antes de llegar al hueso.

Iset, negando con la cabeza, le pasó un brazo por encima de los hombros.

-¿Qué te parece si juntos hacemos un salto de fe y nos vamos a casa? Holmelision tiene que darte la poción para mañana y no puede quedarse mucho en casa. Y supongo que hay que curarte la mano.

Eldor dio un silbido y le dijo a Iset:

-Te llevo unos segundos de ventaja- a la vez que saltaba haciendo una voltereta hacia atrás acantilado abajo.

Iset riendo corrió y se tiró abajo.

Dos moles, una blanca y una negra, aparecieron de pronto y les cogieron al vuelo en sus lomos. Urol y Lizer acababan de llegar.

-Veamos de que sois capaces pequeños- dijo Iset dándole unas palmaditas en el cuello al dragón blanco (Lizer).

Ambos dragones rugieron y volaron a más velocidad que antes haciendo que a los chicos se les olvidara todo por unos minutos.

-En realidad, aunque es un fastidio en ocasiones, lo de mi licantropía me gusta- gritó Eldor por encima del rugido del viento- Cuando estamos acercándonos a la luna llena mis sentidos se disparan, quizás estoy mas irritable, pero mola. Y sin ella Holmelision y Oronose no hubieran empezado a salir, y mucho menos adoptar a Pablo, nuestro hermano pequemayor.

Iset se rió con fuerza. Su hermano se enfadaba muy difícilmente, pero se le pasaba en poco tiempo y entonces empezaba a ser él mismo y a decir locuras.

-Como te escuche decir eso te mata.

-¿Por qué, si es verdad? Tiene treinta y dos años, pero es elemental. Nosotros tenemos setenta y pico élficos y le vimos crecer, sin embargo si lo traduces a sus años tenemos unos trece o catorce, por lo que somos más pequeños que él. Eso solo deja la opción de que sea nuestro hermano pequemayor.

-Estás como las cabras.

-Puede-sonrió y miró hacia abajo dónde los árboles pasaban a gran velocidad y una casa solitaria aparecía a lo lejos -¿Crees que me puedo tirar dentro de la piscina desde Urol?

- Desde luego que no.

-¿Enserio?, a ver cómo lo ves tú- se subió a Lizer y miró- no, tienes razón, desde Urol puedo caer fuera, mejor lo hacemos desde Lizer- y sin darle tiempo a reaccionar le cogió por la camiseta y ambos cayeron al agua provocando una especie de geiser en su patio.

Después de esto pasaron varias cosas, los dragones rugieron en signo de  despedida, dos personas salieron de la casa para ver que acababa de pasar e Iset empezó a perseguir a Eldor  por toda la parcela jurando vengarse. En el fondo, eso era el pan de cada día y empezaban a adaptarse.

Eldor Aidan e Iset Sccoubous 1 (Origen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora