Los Choi

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-Choi Soobin baja esa silla ahora- regaño -La vas a romper y no quiero volver a comprar otra-

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-Choi Soobin baja esa silla ahora- regaño -La vas a romper y no quiero volver a comprar otra-

El castaño hizo lo que su caliente esposo le decía. Dejó la silla en el piso mirando a su hijo de cinco años hacer un puchero por no haber visto el truco de la silla voladora.

La familia Choi pasaba otra tarde de domingo repletos de juegos para entretener a su pequeño hijo, ellos trataban de pasar todo el tiempo posible a su lado, ambos trabajaban mucho y el pequeño se quedaba en casa de su abuela hasta tarde, ella lo recogía en la escuela y le alimentaba.

A Yeonjun aquella situación le molestaba, quería pasar tiempo con su hijo y cuidar de él. Tanto era su pesar que había planeado reducir sus horas en la oficina, pero eso también recortará sus gastos casi a la mitad y tampoco deseaba dejarle toda la responsabilidad a Soobin.

-El desayuno esta listo-

Soobin cargo al pequeño Daniel y lo puso en la silla.

-¿Hoy iremos a paque?-

-Parque-corrigió Yeonjun mientras le servía-Si cariño ¿Verdad papá?-

Lo vio sonreír y asentir, algo que su hijo y esposo tenían en común era su amor por los paseos al aire libre. Comieron en silencio, ya que estaban hambrientos.
Al terminar Soobin decidió sacar la basura antes de que Yeonjun se diera cuenta que no lo había hecho la noche anterior. Bajo por el elevador y se encaminó una vez afuera a los grandes contenedores que permanecían detrás del edificio.

-Hola Soo-Saludo Beomgyu con una sonrisa.

-Hola Beom ¿cómo estás?-devolvió el gesto amable.

-Deprimido- suspiro- He perdido a alguien importante-

-Oh, lo siento mucho Beomgyu-

El pelinegro asintió- Amaba ese peluche, pero bueno, nos vemos-

Aquello último no lo entendió del todo así que simplemente negó y procedió a tirar la basura.
El edificio en donde estaba viviendo junto a su familia era habitado por personas muy interesantes, como el hijo de los Kang que siempre estaba escapando de su padre. Soobin lo miro comiendo papitas cerca de la banqueta y no dudo en acercarse había algo que deseaba pedirle.

-Hola Riki-

-Hola señor Choi- hizo una reverencia.

-Hay algo de lo que quiero hablarte-rasco su nuca.

-Verás, el próximo viernes es mi aniversario con Yeonjun y quería llevarlo a pasear por la noche ¿Podrías cuidar a Daniel esa noche?-

-Claro -sonrió -Será un placer-

-Muy bien, gracias-se iba a ir cuando le miro la mano izquierda -¿Qué tienes ahí? ¿Estás lastimado?-

El pálido pelinegro se miró la mano vendada -Ammm, me caí de la bicicleta- sonrió nervioso- No es nada-

-Oh bueno, ten mas cuidado la próxima-

-¡Claro señor Choi-




Jugaban en el parque, los tres se pasaban la pelota y corrían alrededor de los árboles. Yeonjun estaba emocionado de ver a su hijo reír, a veces se sentía culpable de perderse tanto.

Daniel dio un traspié en el césped y cayó de boca, al instante Soobin quien estaba más cerca corrió a levantarlo, el llanto del pequeño no se hizo esperar, Yeonjun le reviso y no encontró algún golpe fuerte o sangre, así que se dedicaron a tranquilizarlo.

-luele -chilló el niño contra el pecho de su padre.

Después de un rato y dos caramelos él pequeño olvido su caída por completo, regresando a su habitual hiperactividad, mientras Yeonjun veía a Soobin jugar con él sonrió, no se imaginó que se casaría con un brabucon adicto a las motocicletas y a la leche con chocolate, fue muy extraña la manera en que una noche llegó a su lado y le dijo "Tú serás mi esposo" creyó que estaba loco pero dos años después se encontró firmando aquellos papeles que lo unirían. Soobin había cambiado al igual que él, su amor floreció y se volvió maduro tras la llegada de Daniel.

-¿Deberíamos hacerle cosquillas a papi?-

-Ni se les ocurra...-pero ya era tarde porque ambos "mocosos" se le habían lanzado encima.















Eran las tres de la mañana cuando Soobin se despertó exaltado luego de escuchar ruidos extraños provenientes de la sala, se quedó quiero para ayudarse a escuchar con mayor claridad, al oír nuevamente el ruido optó por levantarse con mucha cautela, poniendo especial cuidado en sus movimientos.

Si alguien se había metido en el departamento tenía que buscar alguna arma, pero por más que vio a su alrededor no encontró nada que le ayudará realmente, para no salir de la habitación con las manos vacías tomó el secador de cabello. La puerta se mantenía semi abierta por si escuchaban a Daniel quejarse al tener una pesadilla.
Salió y lo primero que vio fue la oscuridad del pasillo, agradece estar descalzo, sus pisadas eran más ligeras y casi retiene por completo la respiración, miró a lo lejos la sala, la cual estaba completamente oscura, pero los ruidos provenían de ahí.

Trago saliva y se pegó a la pared, asomó un poco la cabeza pero no pudo ver nada, la fría brisa entraba por la ventana, así que supuso que por ahí había entrado el ladrón. Tomó con fuerza el secador, tenía planeado darle al intruso en la cara con eso. Por más que quiso acostumbrar la vista no pudo ver nada, no había siluetas pero los ruidos seguían.

¡¿Un fantasma?!

Estaba sudando frío, suspiro con cuidado y se movió más ocasionando que el cable del secador arañara el piso, se maldijo porque de inmediato los ruidos pararon, era su oportunidad.
Sin tener la menor idea de lo que estaba haciendo salió y encaró a los ladrones, escuchó ruidos a su alrededor pero no dio con nada en concreto, hasta que mirando de soslayo vio con horror como alguien saltaba por la ventana.

¡¡Estaban en el quinto piso!!

Corrió hacia ella tropezando en el camino y tirando la mesa de centro que contenía el teléfono y un jarrón, el ruido de estos al caer en la madera fue tan grande que posiblemente despertaron a los vecinos de abajo.
Se asomó por la ventana tras haberse recuperado pero no vio nada, nadie estaba embarrado en el piso. Tiró el secador y se tomó la cabeza entre las manos ¿Qué estaba pasando? ¿Lo había imaginado?
La luz fue prendida, pero él no pudo mirar a su esposo que posiblemente estaba horrorizado por el desastre de la sala.

-¿Soobin que ocurre? -dijo Yeonjun preocupado.

-¡¡Acabo de ver a un hombre saltar por la ventana!!-
Yeon se acercó rápidamente a la ventana pero no vio nada, lentamente miro a su esposo quien estaba sorprendido y asustado.

-Tal vez viste mal amor-

-No, estaba robando y yo....lo vi....yo...salto...carajo-
Yeonjun se dedicó a calmarlo esa noche.




A la mañana siguiente limpiando el desastre, Yeonjun se dio cuenta que en la cocina todos los cajones estaban abiertos, recordó lo que Soobin le había dicho. Pero ¿Quién carajo salto?

Departamento #32 //taegyu/sungsun/soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora