Colin Creevey

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Habían pasado varios meses desde que Draco y Harry terminaron. Durante todo ese tiempo, ninguno de los dos se volvió a dirigir la palabra a menos que se encontraran en grupo, cosa que pasaba casi nunca, ya que Draco prefirió hacerse a un lado con respecto a las demás casas.

Ese día en la mañana el director Dumbledore anuncio que quería organizar un concurso de talentos en el gran comedor el fin de semana, todos estaban emocionados de que llegara el día ya sea porque iban a concursar o simplemente porque querían disfrutar la función, esto debido, a que el director afirmó que las últimas horas del día iban a ser exclusivamente para los que deseen cantar.

Como pedido especial, Dumbledore le pidió a Harry que hiciera la lista de los que querían participar, pero le aviso que tenga en cuenta que el último número estaba reservado para un número especial y cuando quiso preguntar quién iba a hacer el número, Dumbledore lo saco del despacho con excusas absurdas. Por ese motivo Harry se encontraba camino a Ron y Ginny que estaban conversando en uno de los pasadizos.

- Nunca voy a superar cuando los gemelos hicieron explotar la tarta que estabas comiendo – decía Ginny entre risas.

- Ginny ... no es gracioso – comentó él refunfuñando.

- ¿Cómo qué no? ¡Claro que lo fue!

Mientras Ron miraba exasperado a su hermana, Harry llegó hasta ellos y paso un brazo por los hombros de Ginny.

- Hola, chicos ¿Qué hacen?

- Oh ... solo recordábamos lo que paso la semana pasada ... - y volvió a reírse.

- ¿Lo de la tarta ...? – pregunto con una sonrisa.

- Oh no ... ¿comenzamos con la sección burlémonos de Ron o qué?

- Bien, bien, nada de tartas explosivas ... mejor a lo que vine ¿Alguno de ustedes se anota para el concurso de talentos?

- No lo creo compañero, yo quiero disfrutar del espectáculo.

- A mí me gustaría cantar, pero no puedo, me duele la garganta ...

Ginny iba a agregar algo más cuando de pronto se quedó mirando a una persona a lo lejos, causando así, que todos giraran la vista hacia ahí.

Lo que pasaba era que un pequeño Hufflepuff se estaba acercando temeroso a un Draco Malfoy muy enojado.

- Ho- hola ... Draco ...

- Malfoy – declaro serio.

- ¿Qué ...? – susurró.

- Que no te di permiso de utilizar mi nombre.

- Oh ... si, si lo siento ... bien, Malfoy ...

- Habla rápido ...

- Si, si ... eh ... el director te está buscando, dice que por favor te acerques a su oficina ...

- ¿Eso es todo?

- Si ...

- Bien, entonces vete.

No necesitó decirle más para que el pobre niño se vaya corriendo y Draco comenzara a caminar con un paso elegante hacia la oficina del director.

Después de ver dicha escena los tres chicos se volvieron a mirar, cuando de pronto llego Blaise hasta ellos.

- Hola ¿les molesta si me llevo a Ron un momento? – sin esperar respuesta tomó su brazo y siguió hablando - ¿no? Bien, perfecto, nos vemos.

Harry y Ginny se quedaron viendo como un muy sonrojado Ron era arrastrados por los pasillos del brazo de un muy feliz Blaise Zabini. Mientras estaban analizando lo que acababa de pasar, en eso llegó Colin Creevey con su cámara en la mano.

SerenDracoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora