2.¿Qué esta pasando?

2 1 0
                                    

Después de clases me encontré con Arawn. Estaba esperando en la puerta de entrada al instituto, parecía estar esperando a alguien. Yo pase de largo.

-Freya - me llamó

-¿Si?

-¿Cómo estás?

-Bien, ¿por qué preguntas?

-Tu hermana me ha dicho que te dolían las muñecas y quería saber como estabas.

-Aa bueno, pues estoy bien... Ya me ha salido un nombre.

-Que bien, llevabas esperando eso bastante tiempo.

-Si...Bueno, me tengo que ir.

-¿Quieres que te lleve?

-No hace falta.

-Pero está lloviendo, ¿en serio no quieres que te lleve?

-Un poco de agua no hace daño a nadie.

-Supongo que tienes razón, ya nos veremos.

-Adiós - dije mientras me alejaba.

No me esperaba que se fuera a preocupar por mi, me atrevería a decir que ni siquiera sabe que existo. Si no fuera por lo molesto que es su hermano conmigo nunca me habría hablado.

Hace unos años Démian me estaba molestando como de costumbre, cuando apareció Arawn, él es mayor que Demián por un año. Él interrumpió a Démian y dijo que me soltara. Estuvimos hablando un rato después. Podría decir que gracias a Démian pude empezar a hablar con Arawn. Pero él es tan engreído que nunca le daría las gracias.

Cuando llegué a casa encontré a mi hermana comiendo sin mí. Me molestó ya que cuando nuestros padres murieron en el accidente de coche prometimos estar juntas siempre y comer juntas para no sentirnos nunca solas.

-Freya, ¿qué tal las muñecas? - dijo mientras sujetaba los espaguetis con el tenedor esperando para comérselos.

-Ya están mejor, me ha salido un nombre.

-Uy, en la derecha, ¿y bien quién es tu enemigo?

-¿Qué te hace pensar que te lo voy a decir?

-Somos hermanas, venga dímelo - dijo mientras hacía pucheros con la cara.

-Si tu me enseñas los tuyos primero - estoy segurísima de que no va a aceptar, le aterra que sepan los nombres que tiene.

-Está bien - dijo tranquilamente mientras comía.

-¡Pero si te aterra enseñarlos!

-Ya lo sé, pero eres mi hermana y en algún momento los tendrás que saber.

-Bueno, está bien.

-Este es el de mi mano derecha - dijo mientras se quitaba la pulsera.

-¿Ese quien es?

-Lucas es un compañero de la clase de arte. Supongo que es mi enemigo por que no puede tolerar que mis obras sean mejores que las suyas.

-Wow, no sabía eso.

-El de la mano izquierda si que lo conoces - dijo mientras se desabrochaba el reloj.

-¿Es Démian?¿Cómo es posible?¡Si nunca te hace caso!

-No se como puede ser, lo único que puedo saber es que está ahí. Intento que me haga caso pero no hay manera.

-A lo mejor es al revés y Lucas es tu alma gemela.

-Me niego a creer que eso es así.

-Bueno, yo solo no quiero que pienses cosas que luego quizá no pasen. Y la próxima vez me esperas para comer.

La inmortalidad de nuestras almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora