Desde que la vi no supe lo que pasaba por su cabeza. Era tan divertida, interesante e inteligente que apenas me atreví a acercarme para hablarla. Siempre la veo con Amón y su hermana, parece pasárselo bien aunque a veces se le nota agobiada. No entiendo porque Démian la molesta tanto sobre todo sabiendo lo especial que es para mi, a veces hasta discutimos para saber por qué hace eso. Me resulta extraño tener los nombres de Freya y Ámon en las muñecas, lógicamente se cual es cual pero aun así me molesta que Ámon pase tanto tiempo con ella.
Por la tarde suelo salir con mi grupo de amigos y entre ellos está Sabrina la hermana melliza de mi mejor amigo Nick, mi segundo hermano Leví y Kaled el gracioso del grupo.
De vez en cuando me cruzo con Démian, no es que me guste pero no tengo más remedio ya que vive conmigo. Mi relación con él no es muy divertida y más si se trata de Freya, pero cuando no es de ella somos nosotros mismos y nos contamos todo. Démian hasta sabe los nombres que tengo pero él no me ha querido decir los suyos, lo mantiene como un secreto.
No se como volver a hablar con Freya después de la situación de las gradas. Me fui porque no quería ver como Ámon se llevaba su protagonismo una vez más. De camino a mi casa paso siempre por la de Freya para ver si me cruzo con ella en algún momento. Hoy mientras hacía eso como todos los días he visto salir su coche y no he podido contenerme las ganas así que la he llamado pero no ha respondido.
Al llegar a casa me he cruzado con Démian que estaba cocinando la comida.
-¿Sabes por qué Freya, su hermana y su tía se han ido con el coche?
-No sé, ¿por qué?
-Ayer me quedé en mitad de una conversación con Freya y
-Mierda me he cortado
-Vamos al médico
-No es para tanto
-He dicho que vamos al médico, voy a llamar a mamá para que nos lleve
En la llamada con mi madre:
-Démian se ha cortado cocinando, cuanto te queda para venir
-En nada estoy ahí, que se ponga un trapo con hielo y esperar fuera
-Vale - dije y colgué
Nuestra madre llegó pronto y nos montamos en el coche. Démian se quejaba del dolor a ratos pero se notaba que intentaba no hacerlo. Cuando llegamos atendieron a Démian rápido y me tuve que quedar en la sala de espera. Mientras estaba ahí sin hacer nada, escuché una voz.
-¿Qué haces aquí? - dijo Freya.
-Mi hermano se ha cortado ¿y tú?
-Pues tengo cuatro nombres en las muñecas así que.
No sabía que responder a eso, era muy raro.
-Cómo es eso..
-Freya te están llamando - dijo su tía.
Se despidió de mí con la mano y se fue a consulta. ¿Ahora resulta que no era el único?
Démian salió y ya estaba mejor. Fuimos a casa y salí con mis amigos un rato.
-¿Por qué nunca invitas a tu hermano? - dijo Sabrina.
-Ya lo sabes
-Pues dímelo otra vez
-Dejalo Sabrina, que pesada - interrumpió Nick
-No puedo tener un hermano más pesado
-Eso es verdad - dijo Kaled.
-Me halagas - dijo Leví intentando imitar la voz de Nick.
Después de un rato volví a casa y no pude no pasar por delante de la casa de Freya. Inconscientemente me acerqué a la puerta y toque el timbre.
Freya
Cuando llamaron al timbre no me pude esperar para abrir la puerta. Me encontré con ese chico de pelo azabache rizado, ojos deslumbrantes color ámbar, alto pero no demasiado, sorprendente y arrogante a veces con un nombre deslumbrante como Arawn, al que le gusta la natación y escuchar música a todas horas. No esperaba verlo ahí parado enfrente de la puerta, parecía sorprendido por las pintas que llevaba, supongo que el pijama de pandas no fue la mejor opción para abrir la puerta hoy.
-¿Qué haces aquí? - dije con un poco de sueño.
-Quería saber como estabas ya que nos hemos visto en el hospital y quería preguntar si estas bien por los nombres.
-Si, estoy bien. Hemos ido por los cuatro nombres y no me han dicho nada del otro mundo, solo que es muy raro y quizá me tengan que hacer pruebas.
-Me podrías avisar cuando sepas algo, por favor.
-Claro, no me cuesta nada. Y solo has venido por eso, me podrías haber preguntado mañana.
-Lo sé pero no he podido aguantar la duda.
-Siento haberme ido tan de repente en el partido.
-No pasa nada, ¿Ámon está bien?
-Qué raro que preguntes, él está bien.
-Vale, pues creo que ya es hora de que me vaya, es muy tarde.
-Si - le dí un abrazo y cerré la puerta de casa.
Arawn
Después de que me diera ese abrazo sorpresa y me cerrara la puerta en la cara me fui a casa. Cuando miré el reloj ya eran las doce, lo que significaba que era su cumpleaños. Tenía que felicitarla así que la llamé por teléfono, pero no contestó. Me tuve que limitar a mandarle un mensaje.
ESTÁS LEYENDO
La inmortalidad de nuestras almas
FantasyFreya es una chica a la que no le gustan las ataduras en un mundo esposado al control al mando del destino.