[02]

309 33 7
                                    

Suga le había dicho claramente que no pensara.

Que corriera, lo más rápido que su cuerpo se lo permitiera, que enfocara su mente en la meta (la casa de Hinata) y no pusiera atención a nada más si quería llegar antes de que algo realmente malo sucediera.

Y Kageyama lo estaba intentando, pero la respiración agitada de Hinata, el olor que desprendía y el calor agonizante de su cuerpo no ayudaban en nada para conseguirlo.

- Kageyama...

Cállate -gruño, sintiendo un doloroso tirón en el estómago- no digas mi nombre, no hables

- Me duele, Kageyama...

- Hinata, por lo que más quieras solo cállate.

Todo su cuerpo le reclamaba a gritos que tomara a Hinata como suyo y controlarse le estaba costando todo el esfuerzo del que era capaz.

Sabía que no era el único atraído por la esencia de Hinata, sabía que en cualquier momento aparecería otro alpha y querría tomar a su compañero contra su voluntad, eso le daba fuerzas suficientes para seguir corriendo, mas no las necesarias para dejar de tener pensamientos impropios sobre el cuerpo del pelinaranja.

Cuando divisó la casa de su amigo a la distancia, casi pudo saborear el alivio.

- Kageyama...

Ya casi, aguanta un poco más -murmuro, cansado- y deja de decir mi nombre

Desgraciadamente, la llegada a la casa Hinata no fue tan liberadora como había deseado: la familia no estaba, por lo cual el pelinegro se vio obligado a tomar las llaves del bolsillo de su amigo, llevarlo a su cuarto y dejarlo en la cama para que descansara.

Grave error.

- Kageyama....

Hinata sentía como todo su cuerpo temblaba, estaba caliente, demasiado caliente, y el contacto con el cuerpo frio de Kageyama le daba algo de alivio, alivio que le fue arrebatado cuando el pelinegro lo deposito en la cama.

Quería sentir más, más de esa piel fría contra su cuerpo caliente, y paso ambos brazos alrededor del cuello de Kageyama tratando desesperadamente de conseguirlo.

- Kageyama...

- Suelta, imbécil

- Me duele, Kageyama

Hinata, suéltame -dijo el pelinegro en medio de un ataque de pánico- soy un maldito alpha Hinata ¿sabes lo que es eso? Tu eres un puto omega ¡Piensa un poco!

Kageyama... -lloriqueo el chico aferrándose con ganas a su cuello.

Quería mas, la esencia de Kageyama lo estaba volviendo loco y quería mas, quería a Kageyama Tobio sobre él, dentro de él, y quería tenerlo en ese preciso momento - Tobio....

El cuerpo de Kageyama se congelo al instante, consciente de que esa voz suplicante iba a ser la muerte de su cordura.

Tobio... me duele... -susurró el chico, llorando- me duele mucho, Tobio....

Los labios de Hinata rozaron los suyos en un toque tembloroso y todo el esfuerzo de Kageyama se fue directo al infierno.

Unió sus labios con los del pelinaranja en un beso hambriento, profundo, mientras sus manos aprovechaban para acariciar todo el cuerpo de su mejor amigo.

Era excitante, caliente e increíblemente incorrecto, y el recuerdo de Suga diciéndole a Kozume que confiaba en que jamás lastimaría a Hinata le hizo alejarse del muchacho inmediatamente, corriendo hacia la puerta.

Hinata lloriqueo ante la pérdida de contacto, mirándole con necesidad.

- ¡Tobio!

No -susurró temblando, dirigiéndose a la salida- no, no, así no

Tobio...- gimió con suplica, acariciando su miembro notoriamente despierto. Kageyama sintió su boca humedecerse- por favor Tobio...

No, Shouyo -dijo con la voz ronca, pero firme- estas en celo y no voy a tomarte, idiota

Tobio... -Kageyama le dio la espalda, incapaz de resistirse ante su rostro suplicante.

Lo lamento - fue lo último que dijo antes de salir y bloquear la puerta. 

Palabras: 595

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Palabras: 595

[Moon]🌸🍃

A.B.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora