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Hubo un silencio por un momento hasta que Takafumi habló.

-No... No lo conozco, así que quítate.- lo empujó y recogió los papeles del discurso.- si me disculpa, tengo que hacer unas correcciones, me retiro.- fué lo único que dijo y se fué.

-Que lindo.- pensó Zen.

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-"Reina Hiroko, el rey Isamu la mandó a llamar"- escribió Hiroshi en una libreta.

-Gracias Hiroshi, dile que voy enseguida.- le contesto con una sonrisa.

-"Si."- escribió y se fué.

Caminaba por los pasillos y vió a alguien que no veía hace mucho tiempo.

Le tocó el hombro haciendo que el volteara a verlo.

-"Hola, me da gusto volverte a ver"- escribió en la libreta y se lo mostró.

-Hiroshi verdad?- preguntó y el contrario asintió.- Me alegra verte, gracias por ayudarme hace unos años.-

-"No fué nada, estás esperando al rey?"-

-No, ya me iba, el príncipe Kirishima aún no termina el discurso, así que yo intenté ayudarle un poco.-

-"Que bueno, nos vemos"- se despidió, pero el Takafumi le preguntó algo.

-Hiroshi, yo estuve aquí antes?-

-"por qué pregunta?"-

-Es que... Tengo algunos sueños raros, y se parecen a este castillo.-

-"Bueno, luego del incendio construyeron el castillo igual al anterior, así que es normal que sueñes con imágenes de este castillo."-

-Eso no responde mi pregunta.-

-"Te lo puedo decir, pero cuando terminemos, si nos ven charlando en horario de servicio, seguro nos llevarán a la habitación número dos"-

Takafumi se despidió de Hiroshi y se fué.

-Tal parece que voy a divertirme esta noche.- dijo alguien detrás de un muro.- pero como prometí no voy a lastimar a Hiroshi, así que no te preocupes Hiroko. Con quién no me hiciste prometer nada fue con... Cuál era su nombre? Ah! Ya me acordé, era Takafumi. Hoy nos divertiremos mucho Takafumi-kun.-

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Narra Zen

No dejo de pensar en Takafumi... Es tan lindo y tierno cuando se enoja, sus ojos parecen dos lagos iluminados en medio de la noche, su piel es tan blanca que parece nieve y... No puede ser sigo pensando en el.

-Eso es todo, tiene el resto de la tarde libre príncipe Kirishima.-

-Saldré a cabalgar, me acompañas?- le preguntó con una sonrisa.

-Disculpe, pero no puedo, tengo otras cosas que hacer aparte de ser su mayordomo.- dijo mientras se iba.

Antes de irse, Zen lo agarró del brazo y se lo llevó con el.

-Oiga suélteme!-

-Un poco de distracción no te matará.-

El peliazul siguió protestando hasta que se dió por vencido.

Cuando llegaron, el castaño escogió a un caballo, al principio Takafumi se quejó, porque el príncipe le pidió que subiera al caballo con el, pero obviamente se terminó haciendo lo que el príncipe quería.
Takafumi llegó a una conclusión: Si príncipe Kirishima quiere hacer algo, no parará hasta conseguirlo.

-Si te sostienes así te caerás.- cogió las manos del contrario de manera delicada y las puso en su cintura, pero Takafumi las quitó.

-No lo haré, y no me caeré.-

-Si tu lo dices.- dijo riendo un poco.

Una idea pasó por la mente de Zen, soltó una pequeña risa e hizo que el caballo comenzara a correr.

Haciendo que Takafumi, por el susto, prácticamente abrazara a Zen.

-Creí oír que dijiste que no te caerías.-

-No me caí!-

-Pero estabas a punto de hacerlo.-

Takafumi lo miraba con enojo, pero no se soltó, no era porque no quisiera simplemente su cuerpo no le hacía caso, y algo dentro de él quería que lo abrazara aún más fuerte, pero no lo hizo.

Zen disminuyó la velocidad del caballo, ahora trotaba, no sabía como, pero avían llegado un pequeño bosque de Cerezos.

Los pequeños pétalos rosa caían, y el sonido del piar de los pájaros era como una dulce melodía.
Takafumi se separó un poco de Zen y vio dónde estaban, le encantaba ver los Cerezos, miró a Zen por un momento y vio que su cabeza estaba llena de los pétalos de estos árboles haciendo que soltará una pequeña risa, la cuál fue escuchada por el mayor.

-De que te ríes?- dijo volteando a verlo.

El peliazul no se había dado cuenta de la pequeña risa que soltó, un sonrojo pasó por sus mejillas, Zen lo miraba a los ojos, y ahora los pétalos rosa hacían que se viera tan guapo (no sabía que otra palabra poner :v) su corazón latía con fuerza, tanta fuerza que sentía que se le iba a salir en cualquier momento.

-T-tienes... Pé-... pétalos del árbol en... tu cabello.- había tartamudeado, no era tan típico de el tartamudear por estas cosas, pero se le hizo imposible hablar con normalidad.

-pf jajajaja, estás totalmente rojo, pareces un tomate.-

-C-callate!!-

-Si, si.-

Siguieron en aquel bosque, pero ambos sintieron algo extraño en ellos, sentían el querer de quedarse así para siempre, el no separarse del otro, una extraña sensación en el estómago. El lobo de Zen estaba que saltaba de alegría, por otra parte, Takafumi seguía sintiendo como si alguien se comunicará con el diciendo "no te vuelvas a separar de el" pero solo lo ignoró.

Pasado un rato, no saben cómo pero ambos escucharon una melodía de violín que encajaba con el momento.

No lo sabían, pero estaban completamente conectados. No solo por los sentimientos que aún no saben que los tienen, si no, por sus lobos interiores.

Esa melodía, solo hacía que se enamoraran más de lo que ya estaban hace varios años, aunque aún no lo sabían, porque uno se da cuenta que está enamorado mucho después de que estos sentimientos iniciaran, porque de no ser así, lo que sienten no sería amor, solo un sentimiento pasajero. Afortunadamente, lo que ellos sentían desde que se vieron, hace 16 años.

Y ahora, pasarán por muchas cosas para cumplir la promesa que hicieron, esa promesa de niños.

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Perdón por no actualizar, pero mis clases ya comenzaron, y los proyectos también, así que las actualizaciones serán los fines de semana (sábados o domingos)

Gracias por votar y comentar, si tienen dudas de algo que pasó en la historia y no les a quedado claro me lo hacen saber.

Bye bye~~

Promesa de niño (Kiriyoko omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora