Justo cuando tenía pensado salirle a mis jefes con una excusa barata de que: al ser nueva en la ciudad había cogido la ruta equivocada.
Llego un auto negro a la puerta del edificio. Al principio mis instintos me hicieron retroceder.
Un auto negro... con vidrios polarizados... saliendo de la nada... ¿En serio tengo que decirlo?
Al final un señor bajo del auto y se presentó como Marlon, el chofer de la empresa. Me enseño su licencia y solo así pude confiar en lo que decía.
Mi plan de "perderme" entre las distintas calles de la ciudad se había ido a la basura.
Resignada, tome mi libreta y seguí haciendo garabatos, solo que esta vez eran basados en mis palabras clave.
Al llegar al edificio, entre por una gran puerta de cristales negros y el interior de la recepción era... lúgubre, por un instante sentí que iría a comprar un ataúd, tenía esta pinta de local antiguo moderno... bueno, moderno tal vez en su época, pero ahora que lo que esta de moda eran los colores suaves, claros y espacios abiertos esto es... triste.
De recepcionista estaba una señora de la tercera edad que seguramente debía tener la misma edad que la de esta decoración.
La señora fumaba y a decir verdad, parecía una chimenea, una muy arrugada con pocos días de vida // aunque al oírla toser de la manera tan escrupulosa y horrible que lo dije sobre esos días de vida yo lo reduciría a horas//
La señora me miro por encima de sus lentes con una mirada de lo que parecía ser odio, no ce como describirlo, solo digo lo que vi.
Me acerqué a la señora sin importar la nube de humo que reposaba en su cabeza y al hacerlo pude ver como escupía en un balde una flema de color negro con partes grises.
— una parte de su alma seguramente — pensé al ver tal cosa saliendo sé ella, la cual me quede viendo por unos segundo y podría jurar que la vi moverse, fui sacada de mis pensamientos por la voz de la ancian- quiero decir, señora.
_ ¿qué es lo que quieres? _
— sus cuerdas vocales aún le funcionan al parecer — y ante este pensamiento agaché mi cabeza levemente para ocultar mi risa.
_ buenos días, soy Monica vengo por- _
_ Tú eres Monica? _
_ eh, sí, vengo por - _
_ tú hiciste esta cosa? _ dijo ella alzando mi libro, la razón de mi éxito, la única prueba que tenía de que la suerte si existe. Por eso, solo por ese pedazo de cartón y hojas estaba aquí. Asentí repetidas veces para así responder a su pregunta, a lo que esta solo lo tomo y lo tiro sin cuidado alguno hacia la parte trasera de su escritorio por encima de su cabeza _ Es bueno _
Dijo sin más, Por un momento me había regañado internamente por reírme de la Señora, Pero ¿saben que? No me arrepiento de nada.
Es más, la felicito, es reconfortante saber que puede seguir moviéndose con libertad a los... ¿Qué? ¿300 años? ¿209 cuanto poco? Estoy segura de que tomar un libro para ella a esta edad debe ser un logro inigualable.
Volvió a escupir una flema del color de su alma putrefacta para luego toser como el mismísimo diablo para hacerme un ademán con la mano de que me fuera asentar.
— ahora veo porque quitaron de funcionamiento a las máquinas de vapor— dije por lo bajo para mi misma y en español. Solo para estar seguros.
Me metí en mis pensamientos mientras seguía tratando de darle una imagen clara a lo que quería. Pero me vi interrumpida por el sonido del teléfono colgando, seguido de la voz de la señora con pocas horas de vida.
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Solamente Deseo; 𝖑𝖊𝖘𝖇𝖎𝖆𝖓 + 18
Teen FictionNo puedo vajarte la Luna, pero si me das tiempo de cambiarme los zapatos podemos ir hasta ella. Mónica una nueva escritora trata de abrirse las puertas al mudarse con su amiga de internet. Allison con la cual lleva años de conocerse. Pero entre risa...