La Sombra de tu Recuerdo [En proceso]

II: Frio y Desolado Lago

CASSIDY

La campanilla suena y me sobresalto.

—Esto es todo por hoy, chi-...— la profesora Mónica, la docente de biología, no termina la oración y ya medio grupo se encuentra fuera del aula para disfrutar del descanso de media hora.

Recojo mis cosas y las coloco dentro de la mochila, me dirijo hacia la puerta cuando...

—Eh, señorita Becket, ¿puede quedarse unos minutos?— me pregunta la docente.

—Claro ¿Necesita algo?— pregunto amablemente.

—La vi un poco distraída el día de hoy— dice en un reclamo.

— ¿A qué se refiere?— pregunto algo nerviosa, pero sé lo que quiere decir, casi me duermo cuando empezó a dar la lección.

—No tenemos una buena relación, señorita, así que le agradezco que no finja demencia— en su voz se puede notar un pequeño enojo.

—Disculpe, no dormí muy bien anoche— me disculpo, no soy altanera, prefiero que este asunto no me traiga problemas.

—Que no vuelva a suceder, Becket, te estaré observando— termina de decir y se va.

Ganas de llorar se hacen presentes ¿qué me pasa?
Las retengo y trato de calmarme, pero mi garganta arde de dolor y siento como mis ojos se cristalizan. Corro rápidamente a los sanitarios femeninos, me encierro en una de las casillas y dejo que las lágrimas salgan libremente, en silencio.

A veces solo me pasa, sin razón o motivo alguno, la mayoría es en mi hogar y sin duda es más cómodo.

Con el tiempo me di cuenta que no sirve de nada aguantar, de igual manera sucede.

Me calmo y espero un momento a que el baño se desocupe, no tarda mucho. Salgo y lavo mi cara, pero la hinchazón de mi rostro persiste.

Me quedare unos minutos más a esperar a que ésta misma baje (la hinchazón).

La puerta suena —Vaya, vaya, miren quien está aquí— Amanda y tres chicas más entran en conjunto.

—Por favor no...— pido, lo cual fue inútil, Amanda se acerca.

La chica sociable con incontables amigos, que un día me notó y desde entonces me atormenta.

—Cállate, fenómeno— ordena y obedezco, ruego que esta vez sean solo insultos. —Hoy te estabas durmiendo, creo que hay que despertarla.

Chasquea los dedos y dos de las chicas más grandes se abalanzan sobre mí, una de ellas me toma por el cabello, mientras la otra llena un recipiente hondo de agua.

—Con esto vas a estar despierta todo el día, Bicho Raro— exclama la chica.

Seguido de sus palabras, la del recipiente se acerca y me escupe la cara, luego la que me sostiene me hunde la cabeza en el ya mencionado, pongo resistencia, me toman con más fuerza y en el intento siento un dolor intenso en mi muñeca izquierda luego de un sonido de ruptura, al pasar casi un minuto bajo el agua, oxígeno me falta, en acto de desesperación trato de respirar y agua entra haciendo que mi nariz, garganta y pulmones ardan y supliquen por aire.

El agua hace que mi audífono genere un ruido insoportable, se averió, de pronto sus voces se escuchan distantes.

Adrenalina, desesperación y rabia... Me sumerjo en el agua helada del lago, plantas acuáticas se aferran a mis tobillos, la luz de la luna me invita a salir, pero no puedo, el lugar de mis pesadillas viene por mi.

Me sacan y meten repetidas veces, agua sale de mi boca y nariz con presión. — ¡¿NO ME ESTAS ESCUCHANDO?!— me da una bofetada.
Cuando acaban me empujan al suelo, Amanda me patea.

—Cuéntale a alguien y te mato— me ve con repudio —Que tengas lindo día, cucaracha.

Las tres se van, suena el timbre, pero no puedo moverme, al ver mi muñeca esta se encuentra doblada de manera anormal, mi opción es esperar a que alguien venga al baño y quizá me ayude.

Negro por doquier y pierdo la conciencia.

***

Notita: Buuuuenas, sé que demoré mucho en actualizar, seré más frecuente jjj

En fin, el capítulo, es intenso, algo rudo para empezar, peeero la realidad de Cassi es... Fuerte (?
Poco a poco las cosas tomarán forma, explicando los extraños impulsos, sueños y recuerdos, éste es el inicio, no se precipiten a nada aún shajja
Gracias por el apoyo, acepto críticas y consejos.

Adiosito, nos leemos
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