CAPÍTULO 06

494 50 0
                                    

—MIN YOONGI—

Cierro los ojos por un momento para empaparme de sus dulces palabras. Le di la opción, pero no creo que lo hubiera dejado ir si me lo hubiera pedido. Él no siente que pertenece a ninguna parte. Voy a mostrarle lo equivocado que está. Cómo ha hecho todo este tiempo sin que alguien intente marcarlo, no tengo ni puta idea.

Aunque parece que el señor YoungWoong estaba a punto de hacerlo. Voy a estar manejando eso tan pronto como tenga un momento sin él al alcance del oído.

Mi pequeño cachorrito tiene tanta pasión y dulzura mezcladas. Cuando habló sobre el centro comunitario y los niños, supe que era un sobreviviente. Cuando estaba en el servicio militar, podría haber estado luchando en una guerra, pero él estaba peleando una por su cuenta.

Él no pelearía más. Otra cosa de la que me ocuparé por él. Él desliza su mano alrededor de mi cuello mientras me poso entre sus piernas, haciendo un lugar para mí.

—Tomo lo que quiero,— le advierto.

—Y tú me quieres.

—Como nada que haya deseado en mi vida.— Más que mi próximo aliento. No hay nada que pueda alejarlo de mí en este momento. Él envuelve sus piernas alrededor de mí, dándome más de su cuerpo.

—Nunca he hecho esto antes.

—¿Estar en una relación? Yo tampoco. Nunca tuve el tiempo o el deseo,— lo admito.

—He tenido algunos novios.— Mis manos se tensan en sus caderas. Él suelta una pequeña risa ante mis celos. —No actúes como si fueras virgen.

—Ha pasado mucho tiempo, JiMin.— Más de lo que me gustaría admitir. Ni siquiera puedo recordarlo, si soy sincero. Tampoco me importa pensar en eso. Todo lo que quiero pensar o recordar es estar con él. —Nunca he estado en una relación, pero esto entre nosotros es más que eso.— Se lo hice saber. Esta no es una mierda de novios de la escuela secundaria. Él me pertenece ahora. Por siempre. Él nunca estará libre de mí.

—Me refiero al sexo.— Sus mejillas se ponen rosadas. Lo acerco a mi por sus caderas. Una necesidad primordial regresa a mí como lo había hecho antes cuando se escapó de mí. Él deja escapar un pequeño gemido mientras mueve sus caderas, frotando su dura erección contra la mía que ahora es dolorosa después de su confesión.

—Dime que quieres esto.— Me peleo para no moverme. Necesito sus palabras. Él inclina su cabeza hacia un lado, dándome una pequeña sonrisa. Sus rubios caen hacia sus ojos y me muestra su hermosa clavícula. Me ha estado volviendo loco toda la noche. Quiero mi boca allí. Dejar marcas pequeñas para mostrar que me pertenece.

—Quiero lo que sea que es esto.— Lo recojo.

—Haré de esto todo lo que puedas querer si me lo permites.— Antes de que él pueda responder, tomo su boca en un profundo beso y nos muevo a través de la casa. Estoy bastante seguro que tiré las mierda de la pared y una mesa en el pasillo mientras lo cargaba. Lo ignoro todo. En este momento solo estamos él y yo. El resto del mundo se desvanece. Lo miro mientras está acostado en mi cama, sus rubios alborotados. Él se ve como un ángel, pero sé que tiene fuego dentro de él.

—Eres tan grande.— Él pasa sus manos por mi pecho. El deseo chispea en sus ojos mientras él aprieta sus piernas alrededor de mí. Sus palabras me calman y me recuerdan una vez más cuán pequeño es él y cómo debo manejarlo con cuidado. Lo último que quiero es ahuyentarlo, porque Dios sabe qué pasaría si tuviera que perseguirlo de nuevo. Probablemente me volvería loco ésta vez.

Le acaricio la mejilla.

—Iré lento. Siempre me ocuparé de ti. —Me incliné y le besé el hombro desnudo. Sigo besos y pequeños mordiscos arriba y abajo de su cuello hasta que nuestras bocas se encuentran una vez más para darle un beso profundo, dándole un sabor de lo que está por venir.

ENCANTADO ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora