Capitulo 5 - Cruel realidad

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Hace casi una semana que el padre de Diana se marcho, la tarde del mismo día en el que Diana se fue a cazar sola cogió lo necesario y se marcho. Al parecer la guerra estaba empeorando y no sabían cuanto aguantarían sin refuerzos. Casi todos los hombres del pueblo se habían marchado junto a su padre y al padre de Hayden, para consuelo de Diana, Hayden no se había marchado y, aunque no era del todo seguro, Diana confiaba en que no se fuera y en que su padre volviera pronto.

Mientras, en el pueblo, ya se notaban las consecuencias de la guerra, cada vez había menos comida, Diana, las pocas veces que bajaba al pueblo, veía como la gente se acercaba a la gente intentando conseguir comida sin conseguirlo. Veía niños vestidos con ropas sucias que lloraban en las esquinas. 

Diana procuraba no bajar al pueblo, no soportaba la idea de ver toda esa pobreza, ella no tenia modo de ayudar. Desde que su padre se había ido, tenía que ir a cazar sola y cazaba menos, aunque siempre conseguía sacar algo de dinero. Su madre y su hermana solían volver a casa al atardecer para conseguir algo mas de dinero, pero todo eso no era importante para Diana comparado con no saber aun nada de su padre. Se pasaba las noches en vela pensando donde estaba, o que hacia, o en muchos casos, si seguía vivo. Las dudas la carcomían por dentro y muchas veces no podía pegar ojo en toda la noche imaginándose su regreso.

En cuanto a Hayden, seguía viéndolo, pero cada vez menos. El decía que tenía que entrenar por si el ejercito pedía refuerzos, pero a Diana no le gustaba aquella idea. Por una parte, porque eso significaba que Hayden se iría pronto y por otra parte, porque eso significaría que no eran suficientes y que iban perdiendo y no sabia donde dejaba eso a su padre.

Ahora cabalgaba por el pueblo en el regazo del caballo de Hayden, Dylan, que significa leal en celta. Hayden esta muy apegado a el desde que se lo regalaron cuando tenía diez años. Muy pocas veces hacía un viaje sin el y normalmente solía ir con el a recoger a Diana.

Pararon en un prado a unos kilómetros de la ciudad y Hayden le ofreció a Diana la mano para ayudarla a bajar.

-Hacia mucho tiempo que no nos veíamos -le dijo cuando Diana bajo de Dylan- Te echado mucho de menos.

-Si, es verdad -le dijo Diana, ella también lo había echado de menos- ¿Que tal tu entrenamiento?

-Voy mejorando, pero dicen que todavía no estoy preparado -respondió este, y Diana sonrió por dentro, ahora estaba mas segura de que el no se iría, que se quedaría con ella, era un pensamiento egoísta, pero estaba muy preocupada por la escasa información que tenían sobre su padre, y no quería que Hayden desapareciera de su vida sin dejar rastro.

El día paso mas rápido de lo que habían deseado y compartieron caricias y besos que hicieron que lamentasen el ver el sol descendiendo por el horizonte. Pero en el camino a casa de Diana, Diana solo podía pensar en lo feliz que era que Hayden no tuviera que irse y se acerco mas a Hayden, que llevaba las riendas del caballo.

Al llegar a la casa, se despidieron con un beso y Diana entro en casa mirando a Hayden alejarse lentamente a caballo.

Su hermana y su madre estaban en la mesa de la cocina, preparando un guiso que serviría de comida para el siguiente día.

-¿Ha llegado algo sobre padre? -pregunto Diana aun sabiendo la respuesta.

-No -respondió su madre con lagrimas en los ojos, en cuanto se dio cuenta de que no estaba sola se las seco y sonrió lo mejor que pudo- seguro que esta bien, pero en algún lugar incomunicado.

Diana pensó que su madre era muy fuerte, es verdad que algunas veces roces con su padre, pero se seguían queriendo mucho y rezo por recibir pronto noticias sobre el.

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