No Desearas la mujer del Prójimo, es un mandamiento difícil de cumplir para Kim Namjoon. Un hombre exitoso en su vida profesional, como empresario
Está casado con una frívola mujer, la cual no satisface sus deseos y bajas pasiones
Jungkook, un jov...
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Jungkook
Recuerdo cuando tenía diez años, unos chicos me atacaban todos los días en la escuela. Cada vez que me veían me tomaban uno de cada brazo, me llevaban al baño para propinarme una golpiza sin ninguna explicación. simplemente, se creían con el poder de hacer con los más débiles lo que les diera la gana
Antes de salir de clases miraba a todo lados. Es cabrón sentir que alguien tiene poder sobre ti, no puedes hacer nada al tener una amenaza respirándote todo el tiempo en el maldito cuello.
Soy malo dando golpes, aparte, estaba solo contra cuatro matones.
La vida no me dio habilidad de defenderme con los puños, pero me regalo en don de pelear con inteligencia, astucia. Aun así no era suficiente, tenía que hacer algo más para tener el control absoluto de todo y de todos.
Cuento con cuatro armas; Inteligencia, astucia, el don de la palabra, pero sobre todo, dinero
Cansado de los golpes de esos infelices, decidí usar mis armas. Fui al salón de último año, convencí a cuatro tipos. Les dije que les pagaría bien si me quitaban de encima a esos matones, propinándole una golpiza a cada uno.
Estos chicos hacían parte del equipo de Fútbol americano de mi escuela, Aparte de ser fuerte, eran los más populares.
¿Cómo un niño de diez años podía convencer a esos idiotas? Claro que podía. Les hable con seguridad, los maneje con inteligencia, les mostré un paquete con una gran suma de dinero, mis ahorros de dos años.
Aquel día como de costumbre, los matones me llevaron al baño. Cuando se disponían a proporcionarme la golpiza, salieron estos cuatro chicos, tres veces más grandes que mis verdugos.
Esos infelices me soltaron de inmediato, pero mis cuidadores se ensañaron con ellos, les dieron una de las mejores golpizas que iban a recibir en sus vidas.
Me pare en frente de esos infelices, me reía en sus caras, mientras aquellos chicos los acribillan a golpes.
Aquel día experimenté por primera vez lo que se siente tener el control sobre las personas, sobre todo de lo que quieres y tienes.
Ese día me creí Dios, se sentía maravilloso.
Desde que tengo diez años nadie ha podido decir que debo hacer, o como hacerlo.
Desde que tengo diez años he obtenido lo que deseo, manteniendo el control bajo mis pies
El dinero, el don de la palabra, la inteligencia y astucia, jamás me han fallado.
Ese infeliz no será la excepción, no será el matón que crecerá en frente de mis narices, no me va a quitar lo que es mío, no me va a quitar el control de la situación.
