Pαsєσ Λ Cαsα [ Traducción ESP ]

Libertad y felicidad al fin

Wei Wuxian estaba sentado en la cama de su nueva habitación y se preguntaba si no estaba soñando con todo esto después de todo. Ya habían pasado dos semanas desde que lo llevaron a la casa de Lan Zhan y nunca había encontrado la vida tan fácil. ¿Cómo podrían Lan Zhan, y toda su familia, ser tan amables con él sin pedirle nada a cambio? Seguramente no se estaban ocupando de él de forma gratuita, pedirían que se les devolviera la totalidad más tarde. Pero no tenía nada que darles para devolverles el ofrecimiento de refugio y ayuda en sus momentos más difíciles.

Pero Lan Zhan le dijo que no pedirían nada a cambio, le aseguró una y otra vez. Wei Wuxian le creyó, siempre lo había hecho; si no lo hubiera hecho, nunca hubiera decidido confiar en él durante sus años de escuela secundaria. Entonces, ¿podría ser realmente cierto? ¿Realmente lo estaban aguantando por el momento solo porque realmente querían ayudarlo? Nunca había tenido a nadie que hiciera eso por él.

No, eso no era correcto, se dio cuenta tan pronto como el pensamiento cruzó por su mente. No es que nunca le hubieran ofrecido ayuda, Jiang Yanli y Jiang Cheng, sus hermanos adoptivos, intentaron ayudarlo más de una vez en el pasado, sino que se había negado a aceptar esa ayuda hasta ahora. Le había preocupado demasiado que también les ocurriera daño a quienes quisieran brindar apoyo.

Tenía que admitir que tenía miedo, lo habían cuidado una vez y le habían pedido que pagara por todo lo que le habían dado. No pudo evitar temer secretamente encontrarse nuevamente en la misma situación. No sería capaz de soportar tal dolor y carga de nuevo, solo lo sabía. Su corazón ya estaba roto y nunca podría repararse. Si incluso su familia le pidiera el reembolso de sus cuidados -no amor, sus padres adoptivos ni una sola vez le dijeron que lo amaban, solo al contrario-, seguramente amigos y extraños pedirían el doble, si no más.

Sin embargo, con Lan Zhan, ya no sabía qué pensar. Su amigo de la infancia le había asegurado una y otra vez que no pediría nada a cambio, y realmente no lo había hecho hasta ahora. Tenía una habitación espaciosa para él solo y le proporcionaban cinco comidas al día. Incluso tenía una televisión y una computadora para su uso personal. Tenía todo lo que podía pedir en este momento y aún así, estaba incómodo. Estaba seguro de que los buenos tiempos no durarían, el sueño nunca lo haría. Había algo horrible esperándolo detrás de la esquina, simplemente lo sabía.

De repente, alguien llamó a su puerta, debe haber sido Lan Zhan. El veredicto del juicio debería salir hoy y Lan Xichen le pidió que asistiera. Había estado tan nervioso desde que accedió a llevar las cosas a juicio. Nunca antes lo había pensado, solo asumió que así funcionaban las cosas y que tenía que pagar todas sus deudas, por muy injustas que las hubiera encontrado. Lan Xichen, sin embargo, no dejó de asegurarle que no tenía que hacerlo.

A pesar de las palabras de los dos hermanos Lan, no estaba dispuesto a creerles tan fácilmente, había aprendido durante mucho tiempo que el mundo no estaba trabajando a su favor y que todas sus esperanzas serían aplastadas tarde o temprano; y cuanto más tardaba, más dolía. Ya había tenido suficiente de eso durante toda su vida. Así que no estaba dispuesto a creer nada que no tuviera en el papel, y tal vez ni siquiera eso, pero eso estaba a punto de ser visto.

Su piel estaba llena de nerviosismo cuando lo llevaron a la sala del tribunal, Lan Zhan a su lado derecho y Lan Xichen a su izquierda. La habitación era más grande de lo que esperaba y también había mucha gente, incluidos sus antiguos padres adoptivos y los cobradores de deudas que ya conocía. Todos lo estaban mirando y él tuvo que hacer todo lo posible para no encorvarse bajo sus miradas llenas de odio.

Al menos Jiang Yanli y Jiang Cheng no estaban allí, simplemente habría salido corriendo del lugar y habría llorado con el corazón si lo miraran de la misma manera que lo hicieron sus padres. Sus antiguos hermanos adoptivos con los que no había tenido contacto durante más de trece años habían sido las únicas personas que habían sido amables con él sin pedir nada a cambio.