Capítulo 5

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(***)

• Jefferson Gómez •

Al ver a Luisa con ese vestido me quede sin palabras, podrán haber millones de mujeres en este mundo, pero ninguna se podría comparar con ella. Siempre la había visto con ropa holgada, pero hoy se veía más hermosa de lo que ya era, tenía que agradecerle a Clara por no haberme dejado opción de ir a esa fiesta, porque era un privilegio pasar la noche con Luisa Leine. Esta noche haría hasta lo imposible por no despegarme de ella.

Nosotros no estábamos juntos, pero eso no evitaba que el instinto posesivo y protector creciera cada día más, solo la idea de otros ojos la admiraran me hacía hervir de celos, porque sabía que nadie más que yo podía ver esa belleza que tenía, solo yo podía encontrar hermoso verla sonreír inconscientemente cuando leía o ver lo serena que se veía cuando escuchaba música. Ella era perfecta y no lo sabía.

Cuando llegamos a la fiesta veo como se sorprende al admirar la casa de Clara. Creo que la idea de estar entre tantas personas, donde había mucho ruido, no era muy agradable para ella, sabía que estaba incómoda.

Tomo su mano para llamar su atención, cuando la miro a los ojos veo lo que ya sabía —estaba nerviosa—, rozo sus nudillos con mi pulgar en un intento de calmarla

—Tu solo dime cuando quieras irte y nos iremos, ¿sí? —asiente—. Y no te apartes de mí, por favor —le suplico.

—No lo haré.

Me mantengo cerca mientras nos dirigimos a la casa, quería que todos vieran que había llegado conmigo para que así no intentaran acercarse. Las ganas de entrelazar nuestros dedos se hacen más que notorias para mí —era una sensación que nunca había tenido, ella me hacía sentir lo desconocido—, hago esa sensación a un lado y entramos a la casa.

Había personas bailando por todos lados, bebiendo, besándose y tocándose sin importarles que estuvieran a la vista de todos. Estaba acostumbrado a este tipo de fiestas, pero casi siempre terminaban en un desastre y solo por el simple hecho de que las hacía mi hermano.

Para mi sorpresa Luisa es quien me toma de la mano —sonrío para mis adentros al saber que la necesidad de hacerlo era presente en ambos—, se dirige más adentro de la casa hasta llegar a la cocina, no podía describir lo bien que se sentía tener el calor de su mano junto a la mía, está encajaba a la perfección como si hubiéramos sido hechos el uno para el otro... Detengo esos pensamientos cuando siento que llego a aguas muy profundas y poco —por no decir nunca— exploradas.

Busco bebidas para ambos, había más que todo cerveza así que le doy una, duda un poco antes de beberla, creí que nunca había bebido, pero esta la pasa como agua.

—¿Quieres bailar? —pregunto cuando veo que se queda observando a todas las personas que se suponía que bailaban.

—Mmm, bailar no es lo mío —me grita para que pueda escucharla por encima de la música.

—No importa, no es como si ellos estuvieran precisamente bailando —le digo para que se sienta más segura de sí misma.

El alcohol hace efecto rápido en ella, llevábamos como una hora aquí y ya había perdido la cuenta de todas las cervezas que se había tomado, esta noche no podía darme el lujo de beber porque tenía que cuidar de ella.

Se comienza a sentir más cómoda a medida que pasan las horas y se suelta por completo en la pista de baile.

Poco a poco comienza a moverse más cerca de mí, sus caderas seguían el ritmo de la música, por instinto pongo mis manos sobre ellas y la acerco hasta el punto de rozarnos. Luisa Leine era la cosa más sexi que podía existir; se restregaba contra mí en un ritmo sensual que sólo conseguía aumentar mi deseo por ella. Poso mis labios sobre su cuello iniciando un recorrido desde este hasta su lóbulo para tirar de el, logrando que incline su cuello hacia atrás, mientras deposito un beso en la comisura de su boca. La corriente que siempre estaba entre nosotros se sentía más intensa ahora, ver a Luisa con los ojos cerrados, inclinada hacia mí y con los labios entreabiertos simplemente era demasiado. Para suerte de ella y desgracia para mi somos interrumpidos por nada más y nada menos que Clara.

Un amor fuera de los libros © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora