Capítulo 2

43 6 2
                                    

La habitación humildemente decorada con los detalles góticos de alguna época humana pasada estaba pobremente iluminada con algunas velas que rodeaban la mesita de té posicionada junto a uno de los enormes ventanales, la cama con forma circular que estaba incrustrado entre la pared y el centro de la habitación estaba cubierto de estolas plateadas con la única diferencia que una bola peluda anaranjada descansaba entre ellas con un suave ronroneo, la puerta fue tocada suavemente antes de que entrara el dueño de la residencia, Suzuki Taisho, él hijo de Lord Sesshomaru Taisho que actualmente se hallaba en un paradero desconocido con la Quinta señora de la casa.

- Mi amada rosa, te ves furiosa - habló con un tono cariñoso y devoto a medida que se acercaba hasta la mesita de té donde su señora estaba sentada.

- ¿ oh ? - respondió con indiferencia mirando el jardín a través de la ventana.

Suzuki se inclinó sirviendo el casi frío té en las dos tazas que esperaban sobre la mesa, agregó tres cucharadas de azúcar antes de acercarlo a su amada y tomar asiento frente a ella, por su parte preferiría el té amargo como la vida misma antes de conocer su razón de existir.

- aunque usted demuestre ser una persona indiferente, fría y cruel, yo se que en el fondo usted es más sensible que cualquier ser latente sobre, arriba y bajo esta tierra.

Akatsuki desvió su atención para enfocarse de ello al macho que la complementaba, admiro sus castaños ojos que podían volverse de un intenso color oro cuándo estaba enfurecido y aún cuando perdía los estribos él podía verla con tanto amor y devoción que algunas veces la hacían sentir enferma con su propia persona, sonrió con sinceridad, suspiro y bebió un sorbo del líquido.

- La casa de la luna ha sido incendiada hasta sus cimientos, muchas bajas por parte iguales, tus tíos Inuyasha y Kikyo han fallecido, Darrell busca a tus padres hermanos.

Suzuki hizo una mueca incómoda, su mano se apretó con fuerza alrededor de la taza agrietandola antes de dejarla en su lugar y mirar por la ventana en busca de calmarse un poco, a través de esta vislumbro a sus hijos jugando bajo la atenta mirada de su demonio servicial, Dutch.

- perdón - musito débilmente.

- ¿ porqué? - parpadeo confundida -si es sobre tu memoria, sabes que no debes culparte por ello.

- aún así, si no fuera tan débil o confiado tal vez ahora mismo podrías haber evitado tanto dolor en mi familia.

- no es algo con lo que debas cargar, si quieres culpar a alguien que sea a los dioses.

La forma en que lo dijo tan llena de rencor, odio e impotencia lo hicieron sentir aturdidos unos instantes antes de suspirar y coger la mano de su señora acariciando suavemente sus dedos, se fijó en el desnudo dedo anular que le hizo sentir inexplicablemente incómodo, desvió su mirada hacía los oscuros océanos que deseaban sangre, aplacar su ira y por sobre todo anhelo, un profundo deseo que no estaba seguro de cumplir porqué simplemente para él no significaba nada.
Akatsuki suspiro retirando su mano de debajo de él de su marido para enfocarse en la vista que tenía desde su posición hacia su imperio, los árboles rojizos como el césped se alzaban esperanzados de alcanzar el cielo y descansar en paz después de todo si escarba lo suficiente bajo tierra te hallarás con un cementerio de todas las especies, Reino carmín fue construido sobre tierra de guerra, tierra en la que yacían miles de soldados muertos que tiñeron con su sangre el paisaje, cerro sus ojos alejando aquellos recuerdos tan cercanos como lejanos.

- después de todo esto está hecho apropósito por los dioses - finalizo levantándose para irse, la bola de pelos anaranjadas se levantó siguiendo fielmente a su ama a través de los pasillos dejando en la soledad a su esposo.

" Diadema "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora