Echó un vistazo a sus cosas ya empacadas, algunas en cajas, otras en las maletas con las que había llegado el primer año.
Todas las anécdotas vividas ahí llegaron a su memoria, algunas como buenos recuerdos, otras no tanto. Aquellos días en los que literalmente se escondía debajo de la cama para tener sus ataques de frustración por culpa de las decenas de páginas sobre literatura que no querían entrar a su cabeza, y además, para que JaeMin no lo viera en ese estado, definitivamente eran los que menos iba a extrañar. También la felicidad de tener la suerte de no ser cambiado de habitación en todos los años que había pasado en el internado seguía ahí, agradeciendo que los últimos años no cambiaron a su compañero, ya que sino, en esos momentos no tendría al lindo chico de perfecta sonrisa que hacía que su corazón se acelerara cada vez que lo miraba, ese que había hecho que su lado blando saliera por fin.
Justo ese mismo que entraba a la habitación con vestimenta formal, y que le dirigía una mirada que le había hecho sonrojar totalmente.
Tonto, tonto RenJun. ¿Cuándo aprenderás a controlar eso?
—Mira, pero si es el egresado más lindo que ha podido tener el internado —se sentó a un lado de RenJun, en la cama perteneciente a este.
El mayor le dio un golpe juguetón en el brazo, arreglando luego su cabello como hacía cuando estaba nervioso. O bueno, cuando JaeMin lo hacía poner nervioso.
—Calla, bobo —tomó una de las manos del menor, jugando con ella mientras pensaba bien en cómo iba a decir lo de a continuación—. Eh, Jae.
JaeMin levantó su vista fijándose en como RenJun jugaba con ambas manos, dirigiendo su mirada hacia el mayor, más este no se la regresaba. Coló su mano envolviendo la cintura de RenJun con su brazo, y jaló de éste, haciendo lo posible para que la toga negra que llevaba puesta encima de la ropa no se arrugara y tuviera que volver a plancharla, para que luego quedara sentado en sus piernas. El mayor reaccionó y por fin conectaron sus miradas.
—¿Sí, bebé?
Rayos, RenJun moría internamente cada vez que JaeMin lo trataba así, era como la perdición para el rubio. Aunque si recordaba bien, eso ocurría casi siempre, y se preguntaba a sí mismo cómo seguía con vida luego de tantos ataques a su corazón.
—¿Seguro de que no quemarás el dormitorio cuando yo no esté? —preguntó con la vaga sombra de una sonrisa asomándose en sus labios.
El contrario lo miró falsamente ofendido—. ¿Dudas de mí, Na JaeMin, la persona más cuidadosa, de poder quemar la habitación? ¿Incluso hay alguna manera de quemarla y no estaba enterado?
RenJun rió—. El año pasado quemaste la tostadora de pan que había comprado mamá para que "se me hicieran más fáciles las comidas" al dejarla encendida una noche entera, ¡y ni siquiera te la había prestado!
—Oye —hizo un puchero mientras fingía enojo—. En mi defensa, te ofrecí pagártela o comprarte otra y me mandaste a la mierda.
—Pasó el día que reprobé sociales por primera vez, aún me arrepiento por haberme descargado contigo.
—Es cosa del pasado ya, no tiene importancia —le sonrió—. En todo caso, ¿tanto te encariñaste con la habitación que no quieres que la queme?
—Idiota —el mayor rodó los ojos y dirigió una de sus manos a la mejilla del menor, haciéndole mimitos en esta—, me preocupo por ti, no por esto que fácilmente podría hacerse pasar por un armario en vez de una habitación.
JaeMin sonrió más aún (si es que era posible) y unió sus labios con los del rubio, besándolo tierna y dulcemente. RenJun procuró dejar sus manos reposar en las mejillas de Na y ni hacer intento de acercarlas a su cabello como siempre que se besaban, mientras que el menor seguía con sus manos en la cintura del otro, como desde un principio. Tan distraídos estaban que no se dieron cuenta del momento en el que ChenLe y JiSung entraron en la habitación, para avisarles que RenJun ya debía irse al auditorio, donde se realizaría la graduación.
—¿Ves? Te dije que RenJun era como una bolita de algodón con JaeMin y no me creíste —dijo ChenLe cerrando la puerta silenciosamente, volteandose a ver a JiSung con su mejor cara de "te lo dije".
El castaño quiso decir algo, pero solo cerraba y abría su boca, cortando sus palabras ya que no tenía con qué atacar al mayor, el aún le era fiel a su creencia de RenJun top.
—Versatilidad —fue lo único que pudo replicar Park.
Volvieron a abrir la puerta, ahora más sonoramente que antes, encontrándose esta vez a sus dos hyungs hablando sobre algo desconocido para los menores, mas sí pudieron escuchar:
—Nada hará que te deje de amar, Na JaeMin, será solo un año que estaremos lejos, ya verás, nada cambiará todo esto que siento por tí.
Y tal vez, tanto ChenLe como JiSung pudieron presenciar como los mayores dijeron adiós a sus recuerdos vividos como compañeros de habitación.
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Razones para odiar a Na JaeMin
FanfictionPorque Huang RenJun tenía sus razones para odiar (tener como compañero de habitación) a Na JaeMin. ✶ Historia terminada. ✶ Versatilidad! ✶ Extensión: 10 capítulos + prólogo y epílogo. ⚠️ Absolutamente todos los créditos de la historia a ©__kurominhe...