Mi vista se posaba en el bello paisaje que había más allá de la ventana del auto, mientras que en mi mente tarareaba la canción que se estaba reproduciendo en la radio, Golden de Harry Styles para ser más exactos.
Despegué mi mano la cual reposaba apoyada en la puerta, para correr mi mirada en dirección al asiento del conductor en donde se encontraba Lewis muy concentrado con la mirada fija en el camino.
Observé su perfil, con su semblante serio, sus típicas trenzas que tanto estilo le daban y sus brazos marcados, uno apoyado sobre su regazo mientras que el otro se encontraba relajado llevando el control sobre el volante.
—¿Disfrutando de la vista? — Dijo con una sonrisa y con la mirada fija.
— No te das una idea — Respondí sin dejar de mirarlo.
A pesar de los seis años que llevábamos juntos, nunca me cansaba de observarlo detenidamente, como si ese momento fuera parte de mi rutina diaria.
Nos encontrábamos de camino hacia el Stoke Park, un Country club el cual tenía un gran campo de golf, spa y hotel en el cual poder relajarnos este fin de semana saliendo un poco de la rutina, aunque lo que él no sabía es que yo tenía una gran sorpresa bajo la manga, pero al final del día resultaría ser yo la sorprendida.
Todo iba de maravillas, llegamos a la recepción donde nos recibieron de la mejor manera para luego entregarnos la llave de la habitación, la cual tenía una hermosa vista hacia el campo de golf.
Dejamos el poco equipaje que habiamos traido y nos fuimos a almorzar disfrutando el aire libre y el sol de Noviembre. El almuerzo transcurrió normal, con una charla interesante y un rico vino de por medio.
Luego de haber finalizado el almuerzo nos quedamos un rato más, hasta que Lewis decidió levantarse para ir hasta el baño de la habitación, mientras que yo me quede terminando el resto de vino que aún quedaba en mi copa.
Por un instante se me dio por levantar la vista y enfrente a mi mesa se acababa de sentar una mujer, quien me miraba fijamente para luego romper el contacto y centrar su vista en el niño que se dirigía felizmente corriendo hacia sus brazos.
Di un gran sorbo y me levanté rápidamente de la mesa, para dirigirme hacia la habitación sintiendo en mis espaldas aún la penetrante mirada de esa mujer acompañándome hasta ingresar al lobby.
Ingresé a la habitación y veo como Lewis se estaba cambiando con ropa más cómoda para ir a jugar al golf, mientras que yo me avente a la maleta buscando un bikini para ir un rato a la pileta climatizada.
Mientras que nos cambiamos ninguno de los dos decía nada, hasta que decido romper el silencio.
— Amor, me ocurrió algo extraño
— ¿Cuándo? -Preguntó atando sus zapatos.
— Recién cuando me quedé en la mesa, una mujer no me apartaba la mirada
—Pues, yo tampoco la apartaría si veo a una mujer tan hermosa como tu- Completó para luego acercarse y abrazarme por detrás.
— Gracias por el piropo, sé que es algo tonto, pero fue al mismo tiempo extraño, pensé que me atravesaría con mirada
—Tal vez te reconoció de las noticias o de alguna foto- Continuó sin soltarme - Por cierto, este bikini es mi favorito, ¿alguna vez te lo dije? - Habló sobre mi oído con voz ronca para luego depositar un beso en mi cuello.
—Si, no lo sé... — Dije aún pensativa- y no, si lo hubieras mencionado antes lo usaría más seguido.
Respondí girándome sobre mí misma para depositar un casto beso sobre sus labios. El ritmo del mismo aumentaba cada vez más, al mismo tiempo que nuestra temperatura corporal. El comenzó a jugar con las tiras del corpiño del bikini hasta llegar a desatarlo dejando mi pecho al descubierto, el cual admiraba con deseo.
