2.Historias e historietas

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Melania se desperto pronto,estaba demasiado emocionada por la aventura que se acercaba poco a poco a su aburrida y, para ella, demasiada tranquila vida. Salio de un salto de la cama, se desvistió y vistió en un suspiro y salió como una exhalación por la puerta de su casa a preguntar al primer anciano,su abuelo. Toco a la puerta y enseguida una señora bajita de piel arrugada y pelo cano,salió a recibirla con una amena y calida sonrisa, su abuela a la que no solia ir a ver aunque estaba justo enfrente de su casa la abrazo, y ella la aparto un poco incomoda y pregunto:

-¿Esta el abuelo?

-Se acaba de levantar y ahora esta desayunando-dijo su abuela con calma-pero,¿Por qué quieres saberlo? Nunca le has hecho mucho caso, en general, no nos sueles ahcer mucho caso a ninguno

- Veras tengo curiosidad sobre un tema y me gustaría preguntarle a el

- Oh bueno pasa hija pasa-la anciana señora se echo a un lado para dejar pasar a su joven nieta-

La casa en si era pequeña,otra cabaña de madera mas, y aunque los muebles eran muy antiguos estaban en perfecto estado gracias a que su abuela que era una señora incansable, se dedicaba a limpiarlos al menos dos o tres veces al dia. Encomtro a su abuelo tomandose un tazon de cereales,cosechados por el, en un tazon de leche,obtenida por el, sus abuelos tenían una granja y la verdad todos sus alimentos eran buenos. Se decidió a acercarse a el un poco timida y le pregunto de forma directa lo que venia buscando.

-Abuelo ¿los elfos existen?

El abuelo se quedo un rato pensativo mientras comia sus cereales. Finalmente dijo:

-Si que existen-dijo con absoluta serenidad-

-¿Cómo lo sabes? ¿tienes alguna prueba?

-Yo pelee contra ellos en la gran batalla entre elfos y humanos,esa guerra que perdimos y ahora nos hace permanecer aquí

-Venga abuelo ya no soy pequeña ya no me creo esas historias-dijo con un tono burlon-

-Has venido para escucharme o para llamarme loco-comento su abuelo con seriedad pero sin cambiar su semblante rostro-

-No no,cuéntame mas

-Bueno-prosiguio el anciano-nosotros pensábamos solo en tener mas terreno por esa época,debido a que había mas habitantes que ahora y por lo tanto se necesitaban mas cosechas. Asi que ampliamos el pueblo hasta mas o menos donde esta ahora,cerca del bosque de la purificación después de pasar un poco de vasto desierto. El caso es que corrian rumores de que mas alla del bosque de la purificación habían frutas mágicas que se multiplicaban solas, asi que varios hombres fueron allí en busca de esa fruta encantada-paro un momento- 

-Volvieron al atardecer, palidos como muertos pero no volvieron todos, fueron 7 y volvieron tres, los tres, envenenados. Decian que les habían atacado unas criaturas de piel grisácea y con orejas puntiagudas montados en una especie de fauno. Esto claro que no se lo creyo nadie hasta que paso otras cuatro veces. A partir del cuarto ataque todo el pueblo reunió a los hombres y cargo al bosque a por los elfos-cogio aire bebió un poco de agua y prosiguió-

-Pero los elfos eran muy superiores a nosotros en cuestión de armamento,habilidad y fuerza, dado que también contaban con la ayuda de todos los monstruos que custodiaban ese bosque. Al final la guerra termino interrumpida por un elfo, pero este era distinto a los demás, su piel era como medio verde no grisácea, y su voz era melódica y suave como la de un ruiseñor, no como la de los otros elfos, que era una voz ronca y desagradable. Al caso,que los elfos nos vencieron y aquel elfo distinto nos dijo que no nos acercaramos mas al bosque o destruirían el pueblo entero,y con esto fuimos derrotados y obligados a vivir en este pueblo...

Melania, se había quedado de piedra y con un rostro entre sorprendido y asustado, mirando a su abuelo. El anciano había contado la historia tan seriamente que ella no pudo encontrar ni un apice de mentiras en sus palabras puras. Despues de estar un rato pensando, Melania se despidió de sus abuelos y salió de la casa de sus abuelos a buscar a Yannick.


Yannick tardo en despertarse,se levanto y vistió entre bostezos y desayuno. Salio por la puerta de su casa dejamdo atrás a sus padres que estaban desempaquetando las cosas de la supuesta mudanza que iban a hacer. Fue a casa de un viejo amigo de su padre que decían que estaba loco por decir que los elfos eran buenas criaturas y muy afables. Llamo al timbre y fue el propio anciano el que le abrió la puerta y le invito a pasar. El entro sin decir nada y espero a que el anciano se acomodase en el sofá para preguntarle.

-¿A que has venido chico?-dijo con un tono triste-

-Vengo a preguntarle que sabe sobre los elfos, dicen que esta loco porque usted respalda la teoría de que los elfos son buenos

- Je...-rio con amargura- si es cierto, porque yo vi algo que esos brutos no vieron, y ellos no creen lo que no ven aunque es comprensibles

- ¿Y porque defiende usted a los elfos?

- Porque yo conoci a un elfo bueno-sonrio mirando al techo con nostalgia- si ellos hubiesen oído y visto lo que yo no me llamarían loco-sentencio-

-¿Podria contarme lo que vio?

-Puedo contarte algo pero no todo, dado que le prometi que no diría nada a nadie acerca de lo que me conto

-¿Entnces ignorara lo que le dijo?

-Para nada-rio el anciano- pero te contare lo que yo quiera sobre la historia del valle de los elfos

-Muy bien cuente-invito-

-Bueno supongo que ¿habras oído rumores acerca de una guerra entre elfos y humanos?

-Si-respondio con impaciencia, el anciano parecía estar alargando la historia como si no quisiese recordar aquella época-

- Bien pues mientras los elfos acababan poco a poco con todos los humanos que habían, yo corri por mi vida y me escondi en un árbol lejos de allí-paro un momento y continuo un poco mas animado- entonces vi aparecer ante mi una alta y esbelta figura de piel verduzca y unas puntiagudas orejas. Era un elfo llamado Isilfur, y no parecía querer matarme, mas bien me dedico una sonrisa y me pidió que hiciésemos un trato

-¿Cuál?

-Pues uno para parar la guerra. Aquel elfo me descibrio que el valle de los elfos era un sitio tranquilo y que todos los que esaban en la guerra eran unos inútiles salvajes que no apreciaban la delicada belleza de ese valle. Me explico cosas acerca del bosque y yo a cambio de esa información prometi hacer cumplir a los humanos las condiciones de los elfos.

- Oh, osea que prácticamente usted les salvo la vida

- Asi es, y mira como me lo pagan, llamándome loco

-¿Podria  contarme algo mas?

-Lamentablemente para ti no, joven

-Bueno-suspiro el- muchas gracias por la información

-No hay de que chico-dijo sin levantarse del sofá-

Yannick camino hacia la puerta y antes de salir le dijo al anciano con una amplia sonrisa:

-Yo no creo que usted este loco-y se fue-

El valle de los elfosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora