Yannick llevaba horas y horas caminando bajo el ardiente sol su azotaba cada día su cabeza en busca de algún sitio en el que poder residir y conseguir provisiones para su difícil misión, la cual se le había hecho mas complicada y pesada desde que su querida compañera Melania, había fallecido a manos de un elfo oscuro. Sin embargo Yannick había desarrollado algún tipo de trastorno por el cual Melania seguía con el, además de haberse vuelto un chico mas agresivo y problemático.
-La gente no entiende nuestra relación , siempre dicen: "Ese chico esta loco", "Esta hablando solo". Lo que no entiendes es la relación entre un ser humano y un etéreo.
Yannick hablaba solo por la explanada que se mostraba amplia y despejada ante el, con un terreno seco y arenoso. Sin Embargo, después de varias horas caminando hablando solo, vio a lo lejos el sitio que supuestamente residiria si sus padres no se hubiesen "rajado" a la hora de salir de ese pueblo mediocre, la ciudad. Una zona donde el progreso tenia un auge continuó y sin desgaste, a las cuales las nuevas mentes aportaban siempre nuevas ideas y conceptos los cuales, dejarían a flor de piel el analfabetismo de Yannick.
Este observo la ciudad y a sus habitantes, todas las tiendas de recursos que habían en ella y la gran cantidad de zonas de ocio que habían. Yannick se sentía abrumado cuanto menos, pero también saturaba su mente.Yannick sin temor a alguno a las nuevas tecnologías y miradas criticas de los habitantes modernos ante su vestimenta pueblerina, decidió ir en busca de recursos, ya que, debía aprovechar el tiempo y el poco dinero que tenían en mejorar su equipamiento para alguna, llegar a vengar a su querida amiga Melania. Entro a una tienda con escaparate muy vistoso, donde parecía que vendían diferentes pociones.
-Supongo que los alquimistas son algo normal en la ciudad-pensó Yannick mientras miraba cada una de las descripciones de los brebajes que llenaban las estanterías de la tienda.
Al fondo, un anciano de pelo cano, y en contra de todo pronostico, sin barba, estaba detrás de un mostrador leyendo un libro de tapa gruesa, la verdad, se veía un libro bastante pesado.
Yannick se acercó pues, a ver lo que aquel anciano podría ofrecerle, a parte de alquimista se le veía una de estas típicas personas que saben mucho de todo, así que fue directo y sin pelos en la lengua le pregunto:
-Disculpe señor, ¿sabe algo acerca de elfos?
-Esa pregunta es muy directa y algo compleja para explicárselo a alguien de tu edad ¿no?-dijo sin separar la mirada del libro-
-Bueno nunca se es joven para aprender algo nuevo-insistió-
-Cierto es que el saber no ocupa lugar pero, ¿porque elfos?. ¿Te han hecho algo? ¿Estas enfadado con ellos?
-Un elfo de piel grisácea ha matado a mi amiga
El anciano levanto la mirada del libro algo impactado por las palabras de nuestro joven Yannick, pero sin cambiar su tranquilo semblante. Cerró el libro, y se puso de pie. Acto seguido rebusco en algunos de los cajones que tenía detrás del mostrador y le puso un bote de cristal con el final abombado, lleno de un líquido violeta.
-Esto es sangre de elfo oscuro-aclaró el anciano y puso otro bote, esta vez, con el liquido verde- Y esto es sangre de Elfo de los bosques, o Elfo a secas, la raza original.
-¿Hay diferentes razas de elfos?-preguntó Yannick intrigado-
-Asi es, respectivamente hay dos razas de elfos que sepamos, los Dökkálfar, o elfos oscuros, que fue el que acabó con la vida de tu amiga según me cuentas, y los Ljósálfar o elfos de la luz, aunque nadie les llama elfos de la luz.
-¿Tienen esos nombres tan raros?
-Sacados respectivamente de la mitología nórdica, ese es el nombre correcto para referirse a ellos, pero tranquilo lo normal es llamarlos elfos oscuros.
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El valle de los elfos
FantasyMelania y Yannick son dos jóvenes que viven en un pueblo aburrido para ellos. Aunque han intentado irse, no les permiten salir del él porque los elfos pueden atacarles. Ellos no creen en elfos pero, para poder partir, han decidido salir en busca de...