Lágrimas corrían por mis ojos, desenfrenadas, no sé cómo pude ser tan ciega, Jhonny estaba abusando de mi hijita! ¿Cómo es que no lo noté? ¡Es mi culpa!
- ¡FRANK!! - Grité implorosa desde la habitación de Sally, no sabiendo que más hacer.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? - Llegó en cuestión de segundos, asustado.
Yo me derrumbé entre sus brazos, llorando y gritando al mismo tiempo, ¡Sally!
- ¡Fué mi culpa! ¡Mi culpa!
- ¿Qué tienes?
- ¡Soy una horrible madre! ¡Es mi culpa! ¡Soy una idiota!
- ¿Qué? No lo eres... - Intentó calmarme, en vano.
- Lo soy, lo soy, lo soy, soy horrible y... - Grité dándome cuenta de algo - ¡La va a matar! ¡Le dijo que si me lo contaba la iba a matar!
- ¿A quién? - Lo miré con una expresión de dolor y preocupación.
- ¡A SALLY! - Me solté de sus brazos y corrí hacia la puerta de salida. Frank fué tras mío intentando alcanzarme y detenerme, el no entendía!
Corrí y corrí con todas mis fuerzas, pero el supermercado era demasiado lejos. Me dolían los pies y me sentía horrible. Sentí que me desvanecía, era la peor persona del mundo porque había sido mi culpa. Tan solo era la habitación de al lado.
Estaba lo bastante lejos de casa, era de noche desde hacía ya mucho rato cuando empezé a buscarla, tenía esperanzas de que la salvaría, pero cinco horas después, continúaba sin hallar ni un rastro de ellos.
Me tiré de rodillas sobre el asfaltó y me jalé el cabello con impotencia. Este era el peor sufrimiento de una madre. Luego unos brazos me acurrucaron, era definitivamente Frank, su rostro y el mío ahora se hallaba bañado en haces fuertes de luces rojas y azules que una patrulla despedía. Me subió casi a rastras al auto de policías.
- No, no, no ¡Yo la voy a encontrar! ¡La voy a salvar! - Pero en ese momento estaba sentada en la oficina dentro de una comisaría sin poder hacer absolutamente NADA.
- ¡Señores Wiliams! - La voz de un joven de aproximadamente 18 años irrumpió en la habitación. Agitaba en su mano un papel - Encontramos a la niña pero...
Me levanté del asiento, arranqué el papel de la mano del chico y noté que era una fotografía.
- Oh Dios... - Me llevé la otra mano a la boca mientras veía totalmente horrorizada la imagen.
- ¿Sally? - Sollozó Frank, que estaba detrás mío, luego como yo, rompió en llanto.
En la foto, (la cual dejé caer al suelo segundos después) estaba mi Sally, mi angelito, mi angelito de las alas rotas. Estaba... estaba...Muerta.
Toda su ropa cubierta de sangre, heridas por todo el cuerpo, lodo en sus pies, rodillas, manos, codos y barbilla. Perdió un zapato. Tirada en medio de lo que parecía un bosque, una herida enorme en su cabeza y al lado una roca cubierta de la misma sangre. Sus ojos, sus hermosos ojos verdes que reflejaban su alma pura, estaban abiertos y perdieron su mirada en el abismo. Parecía como si estuviese despierta, pero el color de su piel había desaparecido y sus labios unidos ahora estaban morados.
- ¡No! - Jalé la camiseta de el policía encargado, apretando con fuerza - ¡Traigan a mi hija! ¡Quiero a mi bebé! ¡Devuélvanme a mi bebé! ¡Devuélvemela Jhonny, maldita sea!
Muchos brazos me separaron de mi ataque contra el policía, diciendo que me calmara.
- ¿Cómo mierdas quieren que me calme? ¡Jhonny la mató! ¡Está muerta y no va a volver! ¡E-está muerta-a-a!!!
- Señor - Volvió a hablar el chico joven - Una pareja fué quien la encontró, estaba en un parque, ellos están en la sala de interrogatorios... Una cosa más... Jhonnathan Williams, el posible culpable, está detentido en la sala de interrogatorio, hallado en una estación de gasolina no muy lejos de aquí.
Cuando escuché eso, algo se desató en mi interior, el maldito que la torturó estaba en el mismo edificio que yo y lo único que quería hacer ahora era matarlo.
Por esa razón evadí atléticamente a todos esos policías hasta que llegué a la sala "culpables" de los interrogatorios.
- ¡Tú! - Me heché sobre él, quien estaba esposado - Idiota, fracasado ¡Te odio! ¡Muérete!
Jaloneé su camisa, su mirada solo me hizo enfurecer aún más, me miró con seriedad y de repente...
Sonrió.
- ¡Malnacido! - le dí una cachetada con todas mis fuerzas - Muérete
Pero eso no me fué suficiente, así que luego le dí un puñetazo, lo escuché quejarse, así que le proporcioné otro.
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y 3 más.
- ¡Para! - Me sostuvo un policía apartándome de Jhonny.
Su naríz y su boca, sangraban, tenía lágrimas de dolor en sus mejillas, toda la camisa bañada en sudor. El labio partido y un diente extraviado que se desplomó sobre la mesa gris al lado de las manchas de sangre fresca.
Al día siguiente lo sentenciaron a 97 años para terminar con la silla eléctrica. Justo antes de que se lo llevaran le dije al oído.
- Te pudrirás eternamente.
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Ella Es SALLY
FanfictionLa historia de Sally, narrada por su madre, relata el sufrimiento de perder a un angelito que había alumbrado su vida y alimentado su felicidad.