—Estoy tan ansiosa por las vacaciones, no puedo creer que estén tan cerca —la pelinegra hablaba con emoción recordando que solo faltaban dos semanas para que las vacaciones de verano comiencen— ¿No es genial, Ness? —la joven volteó y vio a su mejor amiga con la mirada perdida en un grupo de jovenes, más específico, aquel por el cual su dulce amiga moría— Cierra la boca, amiga o todos saldremos en canoas aquí. —bromeó dando un suave golpecito a su mentón y regresando a la joven de ojos miel a la realidad. La menor se sonrojó y comenzó a caminar nuevamente junto a su mejor amiga.
—Te estaba oyendo, es solo que vi a Jason allí y... Ya sabes, me perdí. —confesó avergonzada. Estaba a punto de cumplir 19 años y aún actuaba como una niña al ver al rubio que la tenía encantada.
—Tienes que hablar con él, pídele una cita, arriésgate, Ness. —la alentó su mejor amiga.
—Ojalá fuese tan sencillo como lo planteas, Lily, pero sabes que no puedo, no tengo experiencia cuando se trata de citas y parejas ¿Y si me rechaza? ¿Cómo podría verlo luego de algo así?. —suspiró con frustración.
—Ay amiga, si nunca lo intentas jamás tendrás esa experiencia, tal vez te equivocas y él también desee conocerte. Deberías lanzarte, en especial antes de que acaben las clases. No puedes irte de vacaciones sin haberlo siquiera intentado, puede que luego sea tarde.
—Lo sé. —contestó con calma— Por cierto ¿Iras a ver a tus padres este fin de semana? —la interrogó buscando cambiar el tema.
—No, estarán de viaje de negocios y no quiero pasar mi fin de semana con el idiota de mi hermano como si fuese su niñera. —negó haciendo una mueca de desagrado causando una suave risa a la menor— ¿Qué hay de ti? ¿Iras a ver a tu familia?
—Por supuesto, además estarán mis abuelos, así que será un fin de semana de juegos y películas antiguas. —ambas rieron. La morena abrió la puerta del lugar al cual habían ido y dejó pasar a la menor. Una vez que ambas ingresaron tomaron sus posiciones detrás de la caja registradora para comenzar con su turno en aquel local de comida rápida.
Pedido tras pedido los clientes iban pasando, tanto Vanessa como Lily estaban tan concentradas que no habían notado la presencia de Jason y sus amigos en la cola.
—¡Jason! ¡Que sorpresa! —se sorprendió Lily, viendo a quienes atenderia.
—Hola Lily, hola Nessa. —la ojimiel saludó por lo bajo, sonrojada por su presencia— No sabía que trabajaban aquí.
—Bueno, hay un alquiler y estudios que pagar. —respondió la pelinegra.
—Lo entiendo, no todos tienen suerte de que tus padres te paguen todo. En mi caso tengo la suerte de vivir en el campus gracias a ellos, por eso intento dar lo mejor de mi, ya saben, para valorar el esfuerzo que ellos hacen por mi.
—Que envidia —comentó Lily— bien, ¿Qué van a pedir?
—Danos dos combos del número 3 y uno del número 4. —la pelinegra asintió y anoto su pedido— oh y agranda los combo, por favor.
—Bien, pasen a la caja de Nessa, ella les servirá su pedido. —la joven sonrió con picardía y observó a la menor como se movía con nerviosismo.
—Y bien, Nessa, ¿Irán a la fiesta de esta noche? —preguntó el rubio mientras observaba a la joven preparar las bandejas con sus bebidas.
—No lo sé, mañana iré a ver a mi familia y debo despertar temprano. No creo que asista si debo tomar un bus a las 7:00am.
—Oh, es una pena, ¿y no podrías ir aunque sea un rato? —insistió sorprendiendo a la menor.
—S...Su...Supongo que podría ir un rato. —titubeó la ojimiel bajo su mirada, se sentía tan tonta por no poder controlarse, como una adolescente hablando con su crush.
—Bueno, entonces espero verlas allí, será increíble y seria una lastima que no pudieras ir. Con los muchachos daremos un pequeño concierto.
—¿Ustedes tocan? —interrogó Lily quien dejo a un lado a su cliente para atender la charla de sus compañeros.
—Principalmente covers, pero si, podríamos decir que somos una banda. Ojalá puedan ir y vernos tocar aunque sea alguna canción.
—Por supuesto que estaremos allí ¿A que si, Nessa? —la menor asintió sonrojada mientras su amiga la abrazaba por los hombros.
—Bien, entonces las veremos allí. Hasta la noche chicas. —los muchachos tomaron sus pedidos y se marcharon a sus asientos a comer.
Vanessa observó a su mejor amiga para regañarla por lo sucedido pero su gerente llamó la atención de ambas logrando que Lily regrese a la caja a atender a los clientes, dejando a la ojimiel con las palabras en la boca.
~*~*~
La noche cayó y las jóvenes se hallaban en el departamento que compartían con otras 3 estudiantes más. Nessa se encontraba dándose unos últimos retoques a su maquillaje para la fiesta de aquella noche, a la cual asistiría luego de oír las insistentes súplicas de su mejor amiga.
La menor tomó su celular y marcó el número de su hogar. Luego de unos cuantos pitidos la línea respondió.
—Hola mamá —la joven sonrió con ternura al oír la voz de su madre al otro lado de la línea.
—Mi pequeña, sabía que me llamarías, estuve pendiente del teléfono todo el día y a ti se te ocurre llamar cuando estoy en el baño —la menor río ante aquel pequeño regaño— ¿Cómo estás, mi niña?
—Bien, lamento no haberte llamado antes, es que me estaba preparando, con Lily iremos a una fiesta y...
—¿Una fiesta? Eso suena genial, cielo. Disfruta mucho, pero ten cuidado, no quisiera que algo te pasase.
—Si, lo sé, tranquila, de igual manera solo estaré poco tiempo, debo regresar temprano para mañana ir a casa. —comentó mientras se sentaba sobre la cama.
—Mi niña, sabes que no tienes que limitarte, disfruta de la fiesta, desvelate si lo deseas. No es necesario que vengas si tienes que sacrificar tu diversión. Además, el verano se acerca, debes aprovechar las oportunidades ahora que las tienes.
—Lo sé, pero eso no me detendrá de ir a verte, además estarán los abuelos y tengo muchas ganas de verlos. Ya habrán más fiestas. Ustedes son más importantes que cualquier otra cosa.
—Mi cielo, harás que mamá llore y sabes que podría despertar a todo el vecindario con mis chillidos —ambas rieron— eres mi tesoro, Nessi. Nunca me cansaré de decir que tengo a la mejor hija del mundo.
—Soy así porque tengo a la mejor mamá del mundo. —la menor sonrió con ternura aunque su madre no pudiese verla. La puerta de la habitación se abrió y la menor volteó observando a Lily quien le hacía señas de que era momento de irse— Bueno, tengo que colgar, ya debemos irnos.
—Por supuesto, cielo, no te retengo un segundo más. Disfruta de la fiesta, bebe. Te amo.
—Y yo a ti, nos vemos mañana.
—Adiós señora Linn, yo también la amo —tanto Nessa como su madre rieron y la llamada corto, la joven observó a su mejor amiga negando entre risas y tomó su bolso— ¿Lista?
—Sí, vamos.
Y sin nada más que decir, ambas partieron rumbo a la fiesta. Camino al lugar, Vanessa observaba el paisaje, con su mente perdida en la suave voz de su madre, en la calma que le transmitía y en todo lo que significaba para ella.
