El lobo no pudo soltar

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Remus se repetía una y otra vez qué era lo correcto, terminar con Sirius, era lo que debía hacer, porque Sirius merecía ser feliz con Severus, que debía dejarlo ir y dejarlo hacer su vida, que debía conformarse con solo ser su amigo, eso era lo correcto. Pero con un confundido Sirius Black delante de él, las palabras no le salían, el Animago frente a él estaba mirándolo con intensidad, quería saber para que lo llamó, quería saber la razón, el motivo, pero no le salían las palabras 

— ¿Estás bien, Rems? — Sirius se acercó a su pareja con la intención de ver algún malestar físico en él.
 
— ¿Me amas? — Remus solo quería saber eso, quería la señal para soltar a Sirius de una buena vez. 

— ¿Por qué lo preguntas? — El pelinegro miró a Remus como si le hubieran salido dos cabezas, claro que lo amaba, tal vez no como el lobo quería, pero lo amaba — Claro que te amo — Sirius vio como Remus abría los ojos.

Antes de que pudiera agregar algo más, Sirius sintió los labios de Remus en los de él, el amor y la pasión con la que Remus lo besaba lo abrumaba, él sabía que estaba mal, sabía que no debía acercarse a Severus porque eso resultaría mal, por que él  Debía amar a Remus, pero cuando se separo del beso, en lugar de ver unos bellos ojos castaños, vio un intenso color negro que lo miraban con anhelo, apartó un poco más su rostro, para ver el rostro de Severus en lugar del de Remus, sin poder o querer evitarlo, volvió a besar a la persona frente a él. Remus abrazó a Sirius realmente feliz, era el primer beso que el Black iniciaba. Una vez el beso volvió a finalizar Sirius vio frente a él, el rostro de Remus, se alejó para mirarlo y definitivamente era Remus. 

— ¿Estás bien ahora? — El pelinegro lo miró fijamente.

— Si… iba a hacer una estupidez, pero ya no lo haré jamás — Remus abrazó a su novio. 

Sirius se dejó guiar hasta la cama, donde Remus y él se acostaron tranquilamente, Remus se acostó sobre el pecho de Sirius, realmente feliz, Sirius lo amaba, se lo había dicho, no iba a dejarlo cuando le dijo que lo amaba. Sirius por su lado, estaba quieto mirando el techo de la habitación, había besado a Remus pensado en Severus, algo en su pecho le gritaba que terminará con Remus, pero no podía lastimarlo, todo se pondría tenso, todo se pondría raro, Remus lo detestaria, James lo odiarla y Peter.. bueno, algo le decía que Peter seguiría junto a él, eso lo aliviaba. Miró a Remus, estaba abrazando fuertemente, mientras él ni siquiera lo tocaba, solo estaba sentado en medio de la cama. 

— Te amo Sirius  — Susurró el castaño.

— Gracias por amarme, Rems —  Él mayor de los Black estaba en un gran conflicto otra vez, entre seguir su corazón o seguir al corazón de Remus. 

Lucius por su parte estaba en la biblioteca esperando a Lupin, ya había pasado una hora, cuando supuso que Lupin no iba a llegar, se fue a su sala común, tal vez estaba triste por su ruptura con Black  tal vez mañana hablaría con él, puede que hoy le sea difícil hablar con alguien cuando tu pareja ama a alguien más. El rubio caminaba por los pasillos cuando se encontró a Severus, estaba sentado en el suelo, con la cabeza hacia abajo, parecía dormido. Él sabía que su amigo no le era indiferente a los sentimientos de Black, aún recuerda cuando se lo dijo, estaba algo ebrio, pero aún así se los había dicho.

Flashback 

— ¿Sev? — le preguntó el rubio al pequeño de 15 años frente a él.

— Hola, Lu — Susurro el pelinegro, abrazando a su amigo.

— ¿Qué tomaste? — preguntó el heredero Malfoy. 

— Lily y Reg me hicieron una fiesta de cumpleaños, me dieron mucho té  — El mayor suspiro mirando hacia arriba, Sev odiaba tomar por culpa de su padre, supuso que él hecho de que bebiera habían sido una trampa por parte de la pelirroja y el de ojos grises. 

Rugido de Leon y Mordedura de serpiente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora