I'm in love with a dumbass. But I fucking love him.
Jotaro's pov:
El sabor amargo del recuerdo invadía la boca de Jotaro, ¿Desde cuándo se ha vuelto así de sensible? Si su yo de diecisiete años se viera ahora probablemente se diría a si mismo lo patético que es. No, no, no... No debería relacionar una imagen tan hermosa con algo negativo.
A Kakyoin no le gustaría verlo derramar lágrimas por su recuerdo.
Tomó una bocanada de aire, se dio unos golpecitos en el rostro y, guardando su tesoro más preciado fue a buscar a esos cabezas duras.
Se dejó el pantalón recogido hasta quedar por la mitad de su pantorrilla, hundiendo los pies en la arena, de lejos se podía escuchar como ya se estaban gritoneando y riendo... Hah, le recuerdan a esos momentos que tuvo junto a sus amigos, los buenos momentos en Egipto antes de que todo se volviese tan oscuro...
— Oi, ¿Acaso quieren que les de pulmonía?
Dijo Jotaro, con las manos en los bolsillos pero con el aura más intimidante que pudiese existir. Josuke, quien para este momento estaba asfixiando a Okuyasu entre besos, ni siquiera se molestó en soltarlo para cuando tuvo a su sobrino en frente.
Alzó una ceja con una sonrisa de idiota.
— Verás, estoy tan concentrado en mi novio que ni siquiera un usuario de stand haría que me moviese.~
Y ante las palabras, lo único que recibió el joven Josuke fue un golpe a puño cerrado sobre la cabeza y claro, ser levantado cual saco de papas.
— ¿Necesitas que te cargue también, Okuyasu?
Habló el señor Kujo, listo para subirse al otro chico al hombro.
— ¡Woah! La fuerza que tiene es impresionante... ¡Yo también quiero!
Sin tardarse más, se subió al otro joven encima, caminando hasta la casa en la que se estaban quedando.
Y claro, las manos tomadas mientras los dos colgaban por la espalda de Jotaro.
Una vez llegados a la casa:
Parecía que Josuke y Okuyasu no pararían de mirarse, estaban demasiado inmersos el uno en el otro como para darse cuenta siquiera que hasta Star platinum estaba de brazos cruzados mirando.
— Hey, no deben contar dinero frente a los pobres.
Comentó Rohan entrando a la habitación, parecía que lo había chupado el mismísimo diablo de lo cansado que se veía. Literalmente arrastró los pies hasta el refrigerador y sacó una botella de agua fría para llevársela a la boca con las manos temblorosas.
Representación gráfica:
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