Samay caminaba rápido por los pasillos. El día había terminado, se suponía que era miércoles y por eso tendría que ser un buen día, pero al parecer ese fue la excepción. No solo tendría que compartir la mayoría de las tardes del ultimo mes de cada trimestre del curso de historia con un chico que le caía realmente mal, tampoco era el echo de que su única amiga se había ido antes por una cita medica y se había quedado sola durante las últimas cinco horas mientras que lo único que hacía era mantenerse callada y pensar, caminar de aula a aula, rápido, sin mirar a nadie, sin prestar atención a nada. Pensar era bueno, a veces. Otras no, esa no había sido una de las positivas. El problema era que se sentía mal, había juzgado al chico cuando él no era tan malo como ella creía.
Justo después del primer recreo que tuvieron, cuando se vió obligada a compartir mas horas junto a Cameron quien le contó que tenía una hermana, le habló de su mejor amigo y de un perro al cual amaba. Dijo que su pasión era la actuación y que su sueño era hacer felices a los demás, y que por suerte y con ayuda de muchos lo estaba cumpliendo. Samay sintió envidia, por qué a él las cosas le salían bien en cambio a ella no. El se veía feliz, nada podría hacerlo sentir triste, hasta que escuchó algo que supo en el instante Cameron dijo apropósito, sabiendo que ella entendería a qué se refería, fueron pocas palabras pero la hicieron reflexionar "Nunca pensé que para ser feliz necesitaba soportar del odio de muchos. No entiendo porque lo hacen, nunca les hice nada malo. No obligo a nadie que me apoye, lo hacen porque les gusta, porque se sienten mejor." Ella se lo quedo mirando, sentía tanta vergüenza. Estúpida era la palabra que usaría para describirse en ese momento. Bajo la mirada y le pregunto si el la había escuchado, su respuesta fue la obvia, lo había hecho. Por unos 30 minutos siguieron haciendo los ejercicios de matemática. Samay decidió romper la tensión, pero seguía escribiendo al hablar.
-Yo creo que no solo nos dividimos en grupos sociales, cada uno se ocupa de algo, tiene una misión en la vida, un rol que cumplir. Se puede cambiar y haces el que mas te gusta. Cameron, quieres hacer felices a los demás y tienes un grupo de personas que sonríen con tu trabajo, ellos se dedican a ayudarte a cumplir tu sueño hasta que saben cual es el suyo. Puede ser que necesiten ayudarte para descubrir lo que quieren.
También están los que se sienten mejor con la infelicidad del otro, seria lo contrario a los que te apoyas. Necesitan verte abajo para ser felices.
Hay otros que solo necesitan dar su opinión sobre todo, sea buena o mala. Los que enseñan, y no me refiero solo a los profesores, hay personas que dan enseñanzas de otras formas.
Seguro hay muchos mas, y podemos cambiar de grupo dependiendo lo que decidamos, lo que queramos. Nadie te obliga a formar parte de un grupo.
Solo tenes que asegurarte de que hagas eso por que lo quieres. Sin escuchar opiniones de terceros.- Cameron levantó su mirada de los ejercicios, nunca se imaginó que palabras como esas pudiesen salir de esa chica, no la imaginó tan reflexiva. No pensaba que era idiota, pero tampoco que fuera inteligente. Sus ojos estaban fijos es ella, que solo seguía resolviendo los ejercicios.
Por su mente pasaban muchas preguntas, estaba teniendo esos pensamientos que tenía a las dos de la mañana, cuando no podía dormir y solo miraba el techo de su habitación.
-¿A que grupo dirías que perteneces?- Una de sus pregustas era esa. Cameron claramente era de esos que quería hacer feliz a los demás, de los que necesitaba ayuda para cumplir sus sueños.
Samay dejo el lápiz en la mesa, se recostó en la silla. Se miraron a los ojos y en eso ella le respondió. -Creo que no pertenezco a ninguno de esos, tampoco es como si halla imaginado otro, puede que de mi opinión, sobre la vida, sobre la sociedad, pero es algo que todos hacemos-.
-No te conozco, pero, yo hago felices a otros, y seguro tu tambien. La diferencia es que eres de esos que dan su opinión y con eso cambian cosas. Puede que cada grupo tenga un sub-grupo. Te encargas de dar tu opinión, de hacer un cambio con eso. Marcar una diferencia-. Sus ojos hablaban, decían cosas que las palabras no. Sabían que algo pasaba. Sintieron que eso estaba escrito. Que él no era tan plástico ni ella tan insensible. Nada había en común entre ellos, ni en el físico ni en su interior. Pero los dos se habían equivocado, y ahora necesitaban descubrir al otro. Lo que no sabían, era que esa investigación los llevaría a mas.
-No creo que sea tan importante, no es posible que algo de lo que diga o piense genere algo en los demás-. Cameron se acerco un poco, intercambiaban un secreto, no querían que el resto escuche. Era una conversación entre ellos.
-No se porque dices eso, cambiaste mi forma de ver las cosas, y solo pasaron 4 horas desde que nos conocimos.- El timbre sonó, interrumpiendo la primera vez en la que ellos hablaban. Samay se levanto rápido, no hacia falta guardar sus cosas todavía quedaban cuatro horas mas de clase sin contar los quince minutos de recreo que tenia en ese momento y después de sus próxima clase, mientras que Cameron prefirió acomodar las cosas. Cuando se levanto para salir de la clase no había rastro de ella.
Se encamino a la puerta miro su teléfono lo saco del modo de silencio y fue cuando vio que tenía muchos mensajes, eran de el grupo de whatsapp donde se encontraban todos los miembros de lo que alguna vez había sido magcon, pero ya no era lo mismo. La relación con ellos no era la misma desde que decidieron separarse. Sin embargo fue mejor para todos, habían crecido en los medios gracias a ese cambio. A veces le gustaba leer lo que ponían, cada uno contaba un poco como iban las cosas en sus vidas. Todos habían decidido empezar de vuelta con sus estudios después de un año de hacerlo por internet.
Cam: "Esto es peor de lo que pensé"
Cam: "Solo me habló una chica, que cree que mi vida es plástico. El resto me mira."
Cam: "Como va todo?"
Nash: "Dentro de todo bien."
Cameron bloqueo el teléfono, escuchó que su celular sonaba, sabía que eran ellos pero quería comer. En algunos momentos quería que las cosas con ellos volvieran a ser como antes. Todo había cambiado tanto y ahora extrañaba a sus mejores amigos. Se dirigió al comedor, estaba vació, ese no era el momento de la comida. Se acerco a la mujer que atendía y le pidió un chocolate mediano. Saco una foto y la subió en instagram con una descripción que decía: "Que empiece el año" se veía su mochila abierta con algunos libros y el chocolate mordido. Los me gusta y comentarios llegaban rápido leyó algunos "Quisiera que me muerdas así de lindo, juro ser tan rica como eso", "Eres un imbecil por qué te aman", "Esta generación es una mierda", "Ten un buen día Cameron", "Desearía estar ahí, al menos verte de lejos", "Espero que tu día este yendo mejor que el mio, todo es una mierda, me quiero ir", "Te odio, solo tienes una cara linda", "Este chico recibe millones de me gusta mientras que los que luchan contra cosas realmente dificieles son en su mayoría ignorados", "Superenlo ni siquiera le importan", "Déjenlo en paz no les hizo nada".
Así era siempre, al principio le hacía mal lo que le decían, pero con el tiempo aprendió que leer lo buenos mensajes era mejor. Pero igual dolía. No entendía porque lo odiaban, no había hecho nada a nadie. El solo hacia lo que amaba, actuar y hacer feliz a los demás, no obligaba a que vean su material.
Se dirigió a las clases.
En lo que quedo el día Samay parecía perdida, no le habló nunca. Decidió darle su espacio, dejarla pensar. Pero el no sabía que en algunos momentos no era bueno que ella haga eso. Su mente iba demasiado rapído y con facilidad la lastimaba.

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Plastic || c.d
FanficMi madre solía decirme todas las noches después de leerme un cuento para dormir que jamas debía juzgar a las personas.