Plastic || c.d

Capítulo 3

Primero quiero avisar que la forma de narrar va a cambiar. Si alguno leía antes, lo cual no creo, tendría que leer de nuevo los capítulos anteriores porque cambie varias cosas.
Me costó mucho escribir este capítulo, y se que se esta haciendo todo un poco largo, pero ya no falta tanto para que esto se ponga más divertido. También , pido perdón por las faltas pero escribí desde el celular. En la semana voy a corregir todo.
Por último, espero poder actualizar más rápido ahora que es verano y no tengo clases.

Me encontraba en la puerta de la casa de Sam, llevaba quince minutos de anticipación en el momento que había llegado. Fue por eso que había esperado sentado dentro del auto escuchando un poco de música a que se hiciesen las 4pm, que era el horario en el que acordamos juntarnos.

Llevamos casi un mes de cocernos y aunque creí que nuestra relación no avanzaría nada las cosas ya no son tan incomodas como en un principio fueron. No voy a mentirme a mí mismo y decir que somos los mejores amigos en el mundo pero si puedo afirmar que ahora intentamos no odiarnos. Sin embargo, Samay es probablemente la persona más cerrada que jamás conocí. Todos los días me pregunto qué es lo que esconde porque no es normal que alguien no pueda confiar siquiera para decirte como se encuentra el día de hoy sabiendo que solo tiene que dar un "bien" como respuesta sin importar lo que sea real. Algo tuvo que haberla herido en el pasado ya sea lejano o no.

Las primeras semanas la veía constantemente con una chica rubia y creo tener un recuerdo de ella diciéndome que el nombre de su amiga era Callie. Pero hace un tiempo ya que no las veía juntas. Es más, pasaron varios días desde la última vez que vi a Callie. Quisiera preguntarle a Sam si algo va mal pero la verdad es que no me atrevo a hacerlo porque no sé cuál será su reacción. No hay mucho que esperar de un chico que lleva esperando diez minutos fuera de su casa en el auto por miedo a tocar.

Entonces estaba yo ya frente la puerta de una casa bastante linda. Había revisado el reloj unas cinco veces para corroborar que sea la hora correcta, deje pasar un minuto y fue ahí cuando toque. Espere unos cinco minutos y entonces fue cuando un niño que no parecía llegar a los 10 años abrió la puerta en medio de una carcajada.

- Chad si mamá o Sammy se enteran de que abriste la puerta nos van a dejar sin videojuegos- Un chico completamente igual al primero habló. Supuse que esos eran los mellizos medios hermanos de Samay ella los había mencionado hace no mucho tiempo. Justo cuando estaba por preguntar por Sam, aun que eso no tuviese mucho sentido, ella se acerco a la puerta.

- Ya saben que no pueden abrir la puerta solos, no se cuando lo van a entender- Ella pretendía estar enojala pero se notaba como estaba por echarse a reír.

- Si no le dices a mamá prometemos que te vamos a dar nuestro...-

- Fifa 17- rápidamente el otro niño lo completo mientras que el primero lo miraba mal para después pegarle y así empezaron una pequeña lucha y se echaron a correr por toda la casa.

-Cameron, puedes pasar si quieres, o pretendes quedarte ahí mirando todo- Sam parecía mucho más relajada que cuando estábamos en la escuela. Eso era bueno, no verla a la defensiva era lindo.

-¿Así que eres de jugar video juegos?-

- En realidad no, pero es realmente divertido cuando ellos intentan que no los delate.- Ella cerró la puerta mientras me decía eso y juntos fuimos a la cocina que se encontraba pasando el comedor mientras sus hermanos Chad y Jake se encontraba riendo de algo. Parecían estar planeando algo.