El Subjefe Robert Gligard arrojó el cigarrillo al suelo con gesto distraído mientras observaba de reojo como el actual Sheriff Adjunto Chris Collins atendía a una chica de pelo castaño. Ésta se había personado en la Comisaría de Vespucci para sacar su BF-400 incautada del depósito policial.
Robert entró en el garaje de la parte baja de la comisaría con intención de meterles prisa. No le gustaba que lo hicieran esperar.
– Madre mía, qué tío. – murmuró para sí, acercándose a Collins, quien estaba ocupado intercambiando su número de teléfono con aquella chica. – Date prisa, Colinas. No tenemos todo el día, hay avisos que atender. ¡Deja de pelicanear que estás de servicio! – le gritó impaciente. Su voz hizo eco en el garaje, chocando contra las paredes.
En realidad, la tarde estaba siendo muy tranquila. No había saltado ningún aviso desde que había entrado de servicio, a excepción del Código 3 de un Fleecka que estaba siendo atendido en ese preciso momento por las unidades que él asignó. Había hueco para uno más, pero Robert prefirió quedarse fuera para poder charlar con Collins ya que hacía mucho tiempo que no lo veía.
– Dame un segundo, Robertiño. No seas pesao'. – le pidió en un golpe de voz, subiéndose a la moto incautada que estaba aparcada en el fondo del garaje. – Esto lo deberías estar haciendo tú que para eso es tu jurisdicción, chupapollas. – puso las llaves en el contacto y arrancó la motocicleta, sacándola al exterior del garaje.
– Lo hago para que no te aburras, cabrón. – le indicó con expresión divertida. – Atender avisos de vacas cruzando la calle debe ser un puto coñazo. Para que luego no digas que no pienso en los sheriffs.
En realidad, había usado el aviso de la moto incautada como excusa para impedir que Collins volviera a la jurisdicción del Norte.
Se habían reencontrado en el hall de la comisaría de Vespucci. En principio, Chris solo estaba de paso para entrar de servicio y tomar prestado un patrulla de la LSPD para irse al Norte. Pero Robert quería exprimir aquel encuentro fugaz al máximo, así que, en cuanto le avisaron desde Centralita sobre el aviso de la chica, se lo delegó a Collins antes de que pudiera protestar.
– Sí, ya. Es que en el Norte no tenemos un depósito policial, ni tampoco hay coches. – bufó el rubio con ironía, bajándose de la moto. – Allí la gente nos pide desincautar sus cerdos y si en un plazo de 7 días no van a por ellos, hacemos jamón curado.
Collins le dio las llaves de la moto a la chica. Acto seguido, la chica se subió a la moto y se marchó del recinto policial.
– O los nombráis sheriffs. – se burló Robert mientras encendía la PDA policial con aire distraído.
"¿De qué me suena esa pava?", se preguntó, ignorando la mirada reprochadora de Collins. Esa chica le resultaba muy familiar, así que decidió echarle un vistazo rápido a los reportes policiales de las últimas horas.
ESTÁS LEYENDO
El verdadero indicado | #Rollins (Robert Gligard x Chris Collins) | ONE-SHOT
Romansa+18 | AVISO: CONTENIDO ADULTO Y LENGUAJE EXPLÍCITO | ONE-SHOT Rollins (Robert Gligard x Chris Collins) | Idioma: Español (España). El verdadero indicado para Chris Collins, siempre estuvo a su lado y era sin lugar a dudas: el Subjefe, Robert Gligard...