EXTRA 2.

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-¿Crema de maní suave o mermelada de frambuesas? – pregunto mirando a su pequeño hijo, el menor pensó un poco y señalo la mermelada de frambuesas.

-Sabe lo que es bueno para todos. – dijo Denki tomando el frasco de mermelada y colocándolo en el carrito. – es mejor.

Se alejo con Riku tomándole de la mano y con una bolsa de galletas en la otra. Eijiro sonrió tomando un franco de crema de maní y metiéndola en el carrito también, Kenshin miro a su padre pidiendo que le sacara del carrito. Eijiro no se lo negó y le bajo mirando como empujaba el carrito también. Siguieron con las compras habituales.

Seis años habían pasado con rapidez, y los mellizos habían crecido muy bien. Cada tanto tenía una revisión en el consultorio del pediatra y Denki se mantenía en control con un doctor especializado en omegas recesivos. Eijiro volvió al trabajo apenas los bebes tuvieron los tres meses.

Tuvieron que mudarse, ahora estaban en Estados Unidos. Vivian en la agitada ciudad de New York, tomo un tiempo para acostumbrarse, pero Denki le vio el lado positivo a las cosas. Abrió una pequeña tienda de ropa para bebes y era una de las más visitadas en el centro. Sero les visitaba muy seguido, junto con Mina, que se había mudado con él. Izuku cada que viajaba le llevaba regalos a sus sobrinos y, junto a Katsuki y la pequeña Sumi se quedaban unos días en casa de los Kirishima. Si, de los Kirishima.

La familia más linda de toda la ciudad. Luego de que Eijiro se convirtiera en socio y abogado personal de Izuku. Gano la fama de ser uno de los alfas más codiciados en la ciudad. A nuestro pequeño rubio no le convenció la idea de que su Kiri, estuviera en un país completamente solo y con tanto omega suelto. Así que apenas los mellizos tuvieron los seis meses. Unas campanas de boda se escucharon en Japón.

Denki sonrió mirando a Kenshin y sentarse en la parte trasera junto a su hermano. Cerró la puerta y tomo asiento en la del copiloto, colocando el cinturón de seguridad, y miro a Eijiro.

-Todo listo, vamos a casa. – El pelirrojo asintió encendiendo el auto.

El camino fue tranquilo cuando las alborotadas calles les recibieron, tarareando una canción en la radio, los mellizos en la parte de atrás jugueteaban entre ellos mientras, se escuchaba "mamá" "papá" "¡mamá!" "¡papá!"

Denki se giro y estos le sonrieron queriendo que les pasara algunos de los dulces que el rubio guardo en la guantera, Denki enternecido se estiro para pasárselos pero, Eijiro les detuvo.

-Estoy conduciendo, no es seguro. – informo, Denki tomo asiento de nuevo escuchando como los pequeños le llamaban.

-Solo será un momento. – dijo estirándose de nuevo. No podía negarse al llamado de sus bebes.

-Denki, no. – dijo Eijiro tomándole de la cintura con un brazo. Le acomodo de nuevo en el asiento y les paso unas cosas a los cachorros. – ocurren muchos accidentes por cosas así. No quiero que nosotros seamos unos de esos accidentes.

Dijo mirando el camino, Denki hiso un puchero cruzándose de brazos, prefería mil veces estar en casa jugando con los mellizos y los cachorros en la alfombra de la sala. Miraba al frente haciendo un puchero, Eijiro lo noto, no le gustaba verlo así, pero prefería la seguridad de sus omega y cachorros a que le ocurriera algo conduciendo. Un rápido recorrido a los suburbios y ya habían llegado a su casa, muy estilo europeo. Denki apenas se detuvo el auto, salió abriendo la puerta en los asientos traseros donde estaban sus cachorros y, se adentro con ellos tomándoles de las manos. Eijiro le miro con el ceño fruncido, sabía que estaba molesto, le ignoraría durante todo el día. Suspiro decaído mientras sacaba las bolsas del súper mercado.

Mi Omega Soñado [Kirikami] ( ˘ ³˘)♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora