Se levantó para su primer día de trabajo y se puso lo primero que encontró. Un jean, una blusa y unos tacones rosados. Se preparó un desayuno rápido, pancakes con miel, y se fue.
Para su sorpresa, cuando la señora le pasó la dirección, era al lado de su casa. ¡Iba a ser la niñera de su vecino!
Abrió la puerta y la señora le abrió.
—Hola.
—Hola —respondió adentrándose a la vivienda llevando sus dos maletas.
—Tu habitación está arriba. La deberás compartir con mi hijo mayor —le contó—. Ya empiezas.
Y le entregó al niño.
Subió con todo al primer piso y comenzó a desempacar. Cuando ya estaba terminando escuchó una voz grave hablarle desde la puerta.
—¿Tu quién eres? —Abbie se giró y se encontró con un chico de pelo negro que solo vestía una toalla de la cintura para abajo—. Yo no te traje a aquí, ¿o sí?
—N-no —respondió observando su abdomen trabajado y sus brazos tatuados—. Soy la nueva niñera.
—Me agrada —le sonrió pícaro—, nos llevaremos bien. Ahora si quieres puedes irte para que yo me cambie o puedes quedarte a ver. Tu decide, princesa.
Entonces se dio cuenta de que hasta hacía unos minutos el niño estaba con ella y ya no.
—¡Niño! —comenzó a gritar.
—¿Ya lo perdiste, preciosa? —preguntó—. ¿Acaso te distraje?
—¡No, claro que no! —respondió y se fue rápidamente.
Luego de diez minutos lo encontró oculto en su armario comiendo galletas.
—¡Aquí estás, pequeño! —soltó sonriente—. ¿Qué quieres que hagamos?
—¡Película con Jeffrey! —exclamó el niño.
Abbie alzó al pequeño Tom y se dirigió a su nueva habitación para preguntarle al mayor si quería ir con ellos al sofá. Abrió la puerta y lo primero que vio fue a Jeffrey en ropa interior. Se quedó embobada unos segundos.
—¿Te gusta lo que ves?
Abbie cerró la puerta de golpe.
—¡Película, sofá, Tom, ahora!
—Como usted mande, princesa —respondió riendo.
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La niñera de mi vecino
HumorAbbie Cray es contratada como niñera de su vecino pequeño. ¿Podrá evitar quedar atrapada en las redes de Jeffrey, su hermano mayor?