Me invitaron a una fiesta de té

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Con el cambio de estaciones el verano llego y ahora yo kenneth claes tengo 9 años.

Para mí cumpleaños madre me regalo un traje muy elegante y keyla busco algo que me gustara, me pareció adorable cuando tímidamente me regaló una hermosa flor, se que hacer un marcador con ella es cosa de chicas, pero al pensar que era el primer regalo de keyla no quise deshacerme de ella, además ese día vi la pila de libros más grandes que haya visto en mis dos vidas, el problema era que todos eran libros de etiqueta dados por mi padre.

La princesa Jaana me trajo un collar que se veía bastante costoso, aunque el yo de antes lo hubiera aceptado al recuperar mis recuerdos de mi otra vida provocó que este tipo de excentricidades me perecieran demasiado por lo que me negué rotundamente, esto provocó que la princesa comenzara a insistirme en regalarme algo y para que dejara de hacerlo le pedí semillas de sandía, aunque creía que al principio la había ofendido ya que bajo la cabeza mientras sus hombros temblaban cuando se recompuso me sonrió y me dijo que las tendría pronto, al día siguiente llegó su presente e inmediatamente las plante esperando que crecieran grandes y jugosas.

Mi amorosa madre queria celebrar una fiesta que salia de mis estándares pero logré convencerla que no era necesario y que el solo hecho de pasarlo con ellos me bastaba, además que mi propuesta fue apoyada por padre algo que me sorprendió ya que últimamente siempre parecía estar en mi contra, pero supe la razón de su apoyo ya que decía que era mejor no exponerme más de lo necesario para así no avergonzar el apellido Claes.

Sin embargo al parecer la fiesta de 15 años era inevitable debido a que a esa edad se daba el debut social para los hijos de los nobles especialmente para mí al ser hijo del ducado Claes y prometido de una princesa.

-Ya me ocuparé de preparar a Kenneth para cuando ese dia llegue, decía padre con gran convicción espartana, al parecer mis lecciones de etiqueta se intensificarán al acercarse mi debut.

Al fin mi maestro de magia llegó y comenzó a enseñarnos a ambos, keyla como era de esperar era un prodigio en el manejo de su magia, me alegraba por ella ya que su objetivo era el de controlar su magia.

Con las clases de magia en curso mi objetivo de mejorar mi magia fue rápidamente oscurecido debido a lo que ya sabia pero intentaba negar, mi magia era demasiado débil como para ser de utilidad, Además que al parecer mi método de entrenamiento era erróneo y cultivar vegetales no me ayudaría a entrar en contacto con mi elemento mágico pero ya que se había vuelto un hobbie seguiría haciéndolo.

Y de esta manera a pesar de que no todo fuera viento en popa mi vida cotidiana siguió tranquilamente, pero...

-Por qué está pasando esto.

Solté un fuerte suspiro antes de golpear la tierra bajo mis pies en señal de derrota.

De pie a mi lado se encontraba mi linda y perfecta hermanita, que siempre me acompaña a todos lados, y la princesa Jaana que últimamente la veo mucho por aquí.

-¿Ocurre algo Nii sama?.

-¿Ocurre algo Kenneth?.

Me preguntaron ambas por lo que las llevé a una esquina de la mansión para enseñarles lo que sucedía.

Al mostrarles el lugar donde yacen mis vegetales que en estos momentos estaban todos marchitados, al principio pensaba que aún no habían germinado las semillas, pero ahora que ya se acercó la fecha de cosecha no muestran indicios de que den frutos.

-Esto... es algo que he plantado y... cuidado.

Me desanime ya que el único lugar que había tenido estos problemas había sido el cultivo que me hize cargo yo al 100%.

Matchigemu no hametsu no hata o niguri dake no akuyaku musoku ni umarekawarimashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora