Cuando Kim Taehyung cumplió diecisiete años creyó poder llevarse el mundo por delante y salir completamente ileso, y bueno, son los delirios de grandeza que tiene la juventud, solo que él se lo tomo muy personal, al tratar de en la ceremonia de graduación de su hermano llevar a alguien que no era de la familia y, hasta cierto punto, tampoco del agrado de esta, pero oh para ese adolescente no había alguien más que de su agrado que su “mejor amigo”. Y bueno, la razón por la que su cariño por el mas bajito era mayor que para el resto de sus pares era la misma que para el desagrado de su familia, especialmente de su madre.
Park Jimin era gay.
A sus diecisiete años era abiertamente gay y estaba más que orgulloso de ello. Y para esa mujer era una plaga que trataba de infectar a su hijo de idea equivocadas de la vida, tales como la libertad, el amor incondicional o el respeto a cualquier clase social. Y a la señora Kim le ardía la sangre ver a su hijo estar más que contento con la presencia ajena.
Pero, oh, lo que le desorbitó la vida y la hizo montar en cólera como para golpear a su hijo menor en frente a tanta gente fue la sonrisa y felicidad con la que el maldito había dicho:
—Mamá, Jimin es mi novio.
Capaz la bofetada que le dio en ese lugar a cielo abierto y rodeados de tantas personas no se equiparo a la tremenda paliza que recibió cuando fue llevado contra su voluntad, y la del chico que fingía ser su amigo, a su casa, si podía seguir llamándole así, pero joder que esa bofetada le hizo tener más vergüenza. Y ni pensar en que al día siguiente tuvo que llevar maquillaje en exceso para presentarse a clase, y aunque el labio partido y la hinchazón en el pómulo derecho y ojo izquierdo habían mermado como para poder abrir ambos ojos, no quitaba que dolía.
Y dolía mucho, no solo su piel abierta en su espalda por los golpes recibidos con el cuero y las hebillas del cinturón que su madre había llevado el día anterior, o por las inflamaciones en su pecho por las patadas, capaz si se llevaba un poco más de crédito su costilla, porque Taehyung jurada que su madre se la había roto cuando lo tiro contra el barandal de concreto de las escaleras de su casa, mientras le gritaba que si se caía por estas y dejaba de vivir ella estaría más orgullosa que tener un maricón como hijo… y a Taehyung le dolía… dolía horriblemente cada golpe y corte no curado, pero Dios… más le ardía el alma lo que tendría que hacer cuando viera a Jimin.
Porque su madre, joder, esa mujer daba miedo, pero… infundía más miedo que respeto en esa casa, y había llegado a hacerlo fuera de ella también.
“¡Terminaras esa relación con ese maricón y no lo volverás a ver!” le grito mientras con el cuero de su cinturón rasgaba la piel de su propio hijo, “¡Buscaras a una chica, saldrás con ella y luego te la coges, ¿entendiste Taehyung?, hasta que no seas un hombre de nuevo no te dejare vivir!” y aunque su fuerza de voluntad para pensar en desobedecer a su madre estaba construyendo un muro alrededor de lo que su propio espíritu era lo derribaron las palabras más frías que escucho salir de su boca.
“¡O te juro que lo mato!”
Y Taehyung tenía miedo.
Así que simplemente obedeció, y lloró, lloró más de que recuerda haberlo hecho jamás en su vida y más de lo que posiblemente lo hiciera en algún futuro. Y capaz rogó a alguien que no sabría jamás identificar, pero cumplió con todo lo que su madre le ordenó.
Y luego de una noche de acotarse con una compañera del salón de frente Taehyung suplicó, a quien sea capaz de oírlo, que le diera una salida y él agradecería toda su vida, que una señal lo ayudara a huir de ese infierno que parecía no terminar jamás solo por el hecho de ser así… de ser él.
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"¿Es pecado?" [+18] [KTH+JJK]
Fanfiction-Entonces, si dudas... ¿Por qué eres cura? -Me han enseñado el infinito amor y bondad de Dios... -pensó un momento si continuar con su respuesta o no, y simplemente lo solto-. Y porque no me gustan las mujeres, así que voy amar a Dios. Jungkook giró...