un final... diferente

capitulo 1: culpa

Luca sube al tren, pero antes de cruzar la puerta, Alberto toma su mano y se despide diciendo

-piacere girolamo trombetta-

-Ya en serio. ¿Qué significa eso?- le pregunta una última vez al mismo tiempo que el tren comienza a avanzar –ni idea. ¿Averígualo por mi quieres?- le responde al borde del llanto. Luca sin palabras observa a Alberto persiguiendo el tren, quien después para y se despide definitivamente de él gritando su nombre antes de entrar al túnel y salir de Portorosso en un tren directo a Génova.

Un lindo final ¿cierto? Pero... ¿qué pasaría si en vez de estar separados?, uno en Portorosso y el otro en Génova, ¿Hubieran cumplido su primer objetivo? obtener la vespa y viajar por el mundo, solo con la compañía del otro...

--------------------------------------------------------------------------------------------

Luego de la revelación de que Alberto era en realidad un monstruo marino, el par de niños regresaban a casa de Massimo. Giulia muy desconcertada por lo ocurrido frunció el ceño todo el camino, Mientras que Luca, arrepentido, apenas era capaz de retener las lágrimas de tristeza que sentía por la pena de traicionar a su mejor amigo. No miro a otro lado además del piso durante el trayecto

Una vez dentro de la casa. Los niños sorprendieron a Massimo, quien comenzaba a servir la cena, pero al notar la ausencia de Alberto, intrigado les pregunto

– ¿y donde esta Alberto?- ambos incapaces de decir lo que vieron, hicieron un gesto de negación con la cabeza en señal de que no vendría. A lo que Massimo reacciono dejando la olla de comida en la mesa y tomando su gorra y a Machiavelli. Les cuestiono

-¿sabes a donde se fue?- Luca recibió esta pregunta como un balde de agua fría, quedando al borde del llanto, incapaz de responder. Guilia fue quien contesto la pregunta con incomodidad -mi dispiace papà no sabemos, además no creo que él quiera ser buscado ahora- ante esto Massimo se puso su gorra y les dijo en un tono de preocupación –tal vez, pero quiero asegurarme- con eso dicho salió de la casa y empezó a buscar por la ciudad.

-nosotros todavía podemos hacer la carrera, ¿verdad?- empezando con esa pregunta, Luca empezó a hablar de cómo podrían hacer la carrera sin la ayuda de Alberto. A lo que Giulia ya agobiada trato inútilmente de calmar a Luca, pero este que siguió hablando y conforme continuaba su tono se comenzaba a quebrar.

–Luca. ¿Luca? ¡Luca!- y con ese último alzamiento en su voz Giulia tiro un vaso de agua a Luca para hacerlo espabilar, aunque no de la manera que ella deseaba, ya que Luca precisamente al intentar alejar el agua de su cara, puso sus manos en el trayecto, mojándolas mostrando la verdadera forma de las mismas, las de un monstro marino

-Aaaaahggg!!!- con un gruñido de frustración, Giulia se quedó mirando las manos de su más reciente amigo y empezó a reclamar – ¡en serio! ¿Por qué me sorprendo? ¡Debí suponer que tú también eras uno! Quiero decir "¿dormir bajo los peses?", su desconocido hogar, que tu vinieras con él. ¡¡Aghhh!!-

-Giulia por favor déjame explicar- fue rápidamente interrumpido por la pelirroja que le sentencio -¿de verdad no has visto el tipo de lugar que es este? ¡¿El tipo de persona que es mi papa?! Ahora mismo él está buscando a Alberto y si descubre lo que en realidad es no dudara en capturarlo ¡o algo peor!- le dijo al más pequeño alterada

-N-no lo entiendes... yo pensé que éramos los relegados- le dijo Luca con tristeza –no Luca. No lo entiendo, arriesgar tu vida por una vespa, ¿de verdad crees que me hace feliz ver partir a mis 2 únicos amigos aquí?- le dijo la niña más alta con un tono triste

-mis padres me mandarían a un lugar horrible, lejos de todo lo que amo... pero creo que ya termino. Gracias por todo Giulia- la reacción Giulia solo fue de soltar unas cuantas lágrimas y decirle –por favor vete, no quiero que mis amigos salgan lastimados-

Luca rompió en llanto y acato la petición de su amiga saliendo de su hogar.

Una vez fuera de la casa Luca solo pudo sollozar en silencio mientras la culpa de traicionar a Alberto se apoderaba de el sobre pensando ese momento en el cual solo pudo gritar "¡monstruo marino!", imaginando multitud de escenarios en los cuales Ercole y sus amigos no fallaban sus arpones, escenarios donde Alberto salía lastimado, era demasiado, solo quería estar solo, estaba a punto de salir corriendo de ahí cuando una voz familiar lo detuvo

-¡alto ahí jovencito!-

----------------------------------------------------------------------------------------------

La mujer ahora castaña por la transformación a humana estaba buscando a su hijo en compañía de su esposo, lo habían estado buscado toda la semana y finalmente la tarde de ese día lo habían visto y se rehusaban a dejar pasar la oportunidad de encontrarlo, pero algo negativo se estaba manifestando en la mente de la madre, eso era culpa, si no hubiera tomado acciones tan drásticas como enviar a su hijo a las profundidades, tal vez luca seguiría con ellos y eso solo la hacía sentir... terrible.

-Lorenzo, te pregunto otra vez, ¿fui demasiado lejos al querer enviar a Luca a las profundidades?, ¿aunque sea por su seguridad?- le pregunto la dama a su esposo –Daniela...- el hombre ligeramente más bajo se detuvo –tu solo te preocupaste por él, como una buena madre haría- le dijo en un tono sereno.

-lo se... pero escapo de nosotros... y ni si quiera sabemos si quiere hablar con nosotros otra vez- la mujer caucásica empezó a sentir el peso de sus acciones. Cuando lo fueron a buscar solo pensaron en recuperar a su hijo, pero jamás pensaron en como lo traerían devuelta, en como lo encontrarían, en como lo convencerían de volver y eso ultimo ya le le estaba empezando a pesar

-Daniela, querida eres la mujer más fuerte que conozco, si estabas dispuesta a buscar nuestro hijo incluso entre no sé cuántos monstruos de tierra, entonces estoy seguro que podrás arreglar las cosas con el- con eso dicho Lorenzo le dio un fuerte abrazo a su esposa en señal de que la apoyaba y de que todo estaría bien.

-gracias querido, de verdad necesitaba eso- le dijo con alivio respondiendo a su abrazo. Pero por parte de Lorenzo al mirar hacia la plaza vio el cómo Luca con una expresión triste dejaba la casa a lado del muelle, y soltándose del abrazo corrió hacia él y hablo en voz alta

-¡alto ahí jovencito!-