Rojo Y Negro Sheith Mafia AU

Cap 3

La mañana en la estación era más ajetreada de lo normal, oficiales de un lado a otro preparándose para esa tarde de acción, la secretarias corriendo de una oficina a otra y un jefe de policía gritando órdenes a todos los presentes.

Keith estaba en su escritorio pensando en cómo sería la redada de esa tarde, la mitad de los oficiales de esa estación estarían presentes en esa redada así que tendría mucho apoyo, pero él sabía que no era suficiente porque estaban lidiando con el cartel más grande de la ciudad, el cartel Atlas y Keith presentía que algo no saldría como le esperaban esa tarde.

Un golpe en su escritorio lo saco de sus pensamientos, levantó la vista algo sobresalto a ver que había pasado, era James quien golpeó  llamado su atención.

— Keith estás bien? Llevo llamándote desde ya 10 minutos y tú no respondiste, que pasa amigo?— noto la preocupación de James en cómo lo miraba en espera de una respuesta.

— Perdón, estaba pensando en la redada— fue no único que respondió, no quería preocupar a James con su mal presentimiento de que algo saldría mal.

— Si sabes que eres muy malo mintiendo— le dije con un tono un poco burlón a lo que keith simplemente lo miro mal — Vamos dime qué te pasa, soy tu amigo y puedes decirme lo que sea— al notar que no podría ganarle a James decidió decirle la verdad.

— Solo siento que algo saldrá mal hoy, no sé porque pero algo no me agrada con todo esto.

— Tranquilo, deben ser los nervios solo tienes que calmarte y verás que todo saldrá bien— trataba de animarlo y pensar en positivo pero ese mal presentimiento no se lo dejaba.

Estaba por responderle a James cuando Iverson se los acercó y los llamo a su oficina, le pareció extraño que los llamara a los dos pero no protesto. Ya en la oficina tomaron asiento y esperaron a que Iverson hablara.

— Se deben estar preguntando por que los llame a los dos— Iverson hablo serio — la razón es porque quiero que los dos líderen la redada de hoy, son mis mejores oficiales y quiero que está redada salga bien así que quiero que se hagan cargo de todo está tarde.

Después de eso James y Keith se miraron y asintieron en respuesta ya que Iverson estaba más serio de lo normal y eso activó su instinto de sobrevivencia para luego salir de la oficina.

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En otro lado de la ciudad.

En un almacén había un hombre alto de cabello negro con un mechón blanco esperando a que empezarán a llegar los demás, en ese momento su teléfono sonó indicando que tenía una llamada, al ver el nombre del contacto decidió contestar.

— James, que sucede?.

—Espero que tengan todo listo para escapar en cuanto lleguemos, si te atrapan no podré salvarte— el joven policía hablo rápido— mira Iverson me puso a mi y a keith a cargo de la operación y keith tiene un mal presentimiento, cuando estamos cerca de los almacenes te alertare para que escapes, solo no dejes que te atrapen.

James no lo dió tiempo de responder porque cortó la llamada, dejando a Shiro algo confundido pero aún así entendió un poco de la que le quiera decir el policía.

No pasó mucho tiempo para que los camiones con la mercancía llegarán y los miembros de su organización llegaran al lugar, los movimientos e intercambios no se hicieron esperar, todo estaba según el plan del cartel y Shiro no sabía si seguir con el movimiento a salir de ese lugar con su gente, en ese momento se fijó en el camión que usaban para el tráfico de personas así que decidió asercarse y ver lo que pasaba, el tráfico de personas era lo que menos le gustaba, no le importaba traficar armas o droga pero no le gustaban traficar personas y animales, eso le parecia muy cruel.

Al llegar al camión pudo ver cómo bajaban las personas para meterlas en otros vehículos, le dió tristeza ver cómo separaban a los niños de sus padres y como separaban a las mujeres y jovencitas de su familia, eso le hize recordar su propia familia, no quería seguir viendo eso pero algo le dices que no se alejara de ese lugar.

De repente algo llamo su atención, era una pequeña niña de descendencia asiática con un peluche de osito en sus brazos, estaba sola así que decidió asercarse y hablar, cuando estuvo frente a ella se agachó a su altura y le sonrió para que no se asustara. 

— Hola cómo estás? Soy Shiro— le hablo suavemente y con una sonrisa para transmitirle confianza y seguridad.

— Hola — la niña hablo algo tímida.

— Como te llamas?

— Soy Mey, dónde estoy ? — la pequeña pregunto algo tímida pero curiosa mirando todo el lugar y luego a Shiro.

— Estás en...— no sabía que decir — en mi ciudad, esto es un almacén— trato de explicar pero la niña la mirada confundida — Mey dónde están tus papás? — fue lo único que se le ocurrió preguntar pero se dió cuenta de lo tonta que era su pregunta ya que era obvia que la habían separado de sus padres.

— No lo sé, supongo que en Japón con mi familia— respondió un poco tristes pero luego sonrió un poco y le pregunto algo que tomo por sorpresa a Shiro— puedo quedarme contigo? No conozco a nadie más.

Al ver los ojos de suplica de la niña no pudo evitar sonreír, la tomo de la mano y se enderezó.

— Claro, pero vamos a caminar un poco— empezó a caminar con la niña para alejarla del camión, no quería que viera esa triste escena.

Camino hasta llegar con sus colegas y amigos, los cuales se sorprendieron un poco al ver a la niña, shiro volvió a agachaarse a la altura de la niña y le hablo.

— ellos son mis amigos— dijo señalando a los chicos y empezó a presentarlos uno por uno — el es Matt y ella es Piged, ellos son Lance y Huck, y ella es Allura— Piged y Allura se asercaron a la niña y la saludaron— Chicas pueden cuidarla un momento?

Las chicas se miraron y sonrieron, tomaron de la mano a la niña y ella muy feliz acepto quedarse con ellas para jugar, luego de eso Shiro volvió a la zona de los camiones para seguir con su trabajo.

Todo estaba bien hasta que recibió la llamada de James diciendo que ya estaba por llegar la policía, rápidamente shiro alertó a sus amigos para se fueran los más pronto posible, luego le hablo a su gente para que terminarán todo y se fueran del almacén.

Shiro no sabía que ese día su vida estaba por cambiar y mucho menos que sería por alguien.