Capítulo 2

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Llegué a casa, dejé la mochila y le pregunté a mi madre que había para almorzar. Todavía no estaba hecha la comida. Mientras, aproveché, ya que no necesitaba ayuda, a subir a mi habitación y dejar las cosas preparadas. Va a venir una amiga para ayudarme a seguir con un trabajo de clase que nos mandaron a hacer de 30 páginas, tengo que entregarlo la semana que viene y no me da tiempo.
Encontré la carta que me dió Chloé cuando abrí el bolsillo del estuche, no me acordaba de que lo había guardado ahí, iba a abrirla cuando mi madre me llamó para que bajara a comer.  Había preparado una crema de verduras, así que,lo solté encima de la mesa para después.
- Mia: ¡Ya estoy aquí!
- Laila: vale hija, siéntate a comer que se enfría rápido
- Laila: ¿qué tal te fue el insti hoy?
- Mia: ¡Muy bien! hoy las clases fueron muy productivas
- Laila: ¡me alegro!
Por cierto, la semana que viene nos vamos a ir de finde a Gold Coast, te puedes quedar aquí si quieres, pero nada de hacer fiestas puedes invitar solamente a un amigo o amiga que prefieras si no te apetece salir porque va a llover y a hacer frío poneros una película o algo
- Mia: ¡qué bien! Muchas gracias mamá.
- Laila: no las des hija, ya eres adulta y sabes que tienes responsabilidades que cumplir
- Mia: ya terminé voy a esperar a mi compañera
- Laila: vale y nada de móviles mientras hacéis el trabajo que os desconcentrais
- Mia: Okay
Me dispuse a leer la carta:
Querida Mia:
Te escribí porque me salió de un pedacito de mi alma declararme atráves de una hoja de papel. Como ves, soy una romántica que aún conserva la tradición ya que  apenas se mandan postales o se escriben cartas, no se suelen tener en cuenta. Cuando te ví, volví a creer en el amor. Nunca me imaginé que me fuera a enamorar de una mujer como tú y que fuera a ser correspondido pero surgió expontaneamente y no quise desaprovechar la oportunidad que me brindaba la vida. Mis padres se van de viaje durante el finde a Perth y podríamos hacer algo juntas, si quieres, estaremos solas. Tengo ganas de verte y no puedo esperar ni un segundo más.
Su carta fue muy emotiva, quedé impactada a la vez que sorprendida, ¡menuda coincidencia!!. Los latidos de mi corazón son gracias a ella, abrazé la carta y el cojín que me regaló con mucho cariño y me tiré al sofá.
Sonó el timbre, debía ser Brenda, bajé a abrir la puerta y nos pusimos manos a la obra. Adelantamos quince páginas y como estabamos cansadas nos tomamos un reposo. Bajamos al jardín un rato a probar un helado, de donuts con kinder bueno. Tomamos el aire y nos  despejamos un poco la mente. Se hizo un poco tarde, por lo que, Brenda se fue a su casa y yo me dispuse a ducharme, había sido un día duro. Me quedé toda la noche pensando en Cloé. Me dirigí hacía la cocina a coger un vaso de agua y al volver me percaté de que se me estaba iluminando el movil, era ella. Por un momento, pensé que alomejor esta nerviosa por saber si leí la carta y quiere saber cual es mi opinión pero a esas horas... . No podía esperar nada bueno.
Paralizada e indecisa en ese preciso instante le cogí la llamada temblando.
- hola, pasó algo?
- Cloé: hola, pues sí por desgracia.
Necesito que vengas a mi casa, ha ocurrido un imprevisto bastante grave y no puedo hablar contigo de ello por teléfono, sería muy arriesgado
- voy no te preocupes.
Me puse el calzado y fui corriendo hasta su casa. A medida que iba llegando me asusté, ví que enfrente de su puerta habían tres coches de policía. Cuando me armé de valor entre a su casa,los policías me impidieron el paso, era más grave de lo que me imaginaba. Me fue inevitable no hecharme las manos a la cabeza, las lágrimas se me derramaban por las mejilla. Estuve esperando durante un cuarto de hora a que acabaran de tomar declaración.

El recuerdo de un beso soñado💋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora