One shots NanaGo con música mamona

Bésame mucho

Si hubiera una segunda oportunidad...

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Se encontraba recostado sobre la tibia arena de una costa, con los rayos de sol apoderarse de la piel de sus brazos y rostro. En su interior, aquél dolor que le inundó medio cuerpo hace un momento le parecía un chiste; otra anécdota fantástica de alguno de los libros que leía.

Al igual que aquella frase...

"Satoru Gojo fue sellado"

Cuando escuchó eso no se lo creyó. No se creyó nada de lo que pasó en ese lugar, en ese instante.

En el segundo en el que una maldición de categoría especial posó su mano sobre su pecho diciéndole que recitara sus últimas palabras ahí, en directo, desde su ronco pecho

Era real y ni así se lo creyó.

¿Sellado? ¿El más fuerte? No podía ser en serio.

Pero junto al sonido apacible de las olas del mar en el fondo de aquella playa, se acababa de replantear que en lo absoluto, nada en su vida jamás tuvo sentido.

—¡Kento! ¡Kento! –Tarareaba una voz conocida en el fondo.

Entró en shock de pronto. Una oleada de sentimientos le apretujaba el corazón y le hacía querer arrodillarse para pedir perdón por algo que realmente jamás estuvo bajo su control.

Lo que pasó con Yu, y ahora con Gojo, nada estuvo bajo su control.

Su muerte fue dolorosa. Aquél hombre rubio que explotó en miles de pedazos diminutos que se desparramaban en el suelo no se preocupó por lo que seguía, por todo lo que conllevaba morir y rendirse en ese momento.

"Dejar solo a Itadori" en lo absoluto, no era buena idea, pero al final termino resignándose.

"Resignación" joder, ¡Hasta el día de su muerte esa fue su palabra favorita!

—¿Kento..? ¿Qué pasá?

Un chico de mirada pacífica y cabello azabache lo miraba preocupado desde su posición al suelo, vestido de uniforme escolar negro, jugando nervioso con sus dedos; con ese tono dulce en su voz que pensó que jamás volvería a escuchar.

Escuchar a su amigo.

—¿Yu? —Dijo desde la arena, con miles de alfileres rozando su corazón al verle.