one shot

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Una extraña incomodidad afloraba en su interior a pesar de sentir en sus pulmones el fresco y agradable aire frío del amanecer, reposando tendido como todas las mañanas sobre la espesa vegetación a orillas de una majestuosa cascada de agua cristalina.

Sentía como su palida piel se erizaba justo en ese instante, una descarga repentina de adrenalina recorría todo su ser agitando su respiración, dilatando sus pupilas y acelerando sus latidos bruscamente. Por primera vez en su vida percibía como los finos vellos de sus brazos de erizaban alertandolo de algo a su alrededor, surgiendo el instinto humano por sobrevivir.

Despertaba su curiosidad esa extraña y exagerada reacción de su cuerpo, no podía sentir miedo o temor, era una persona que no recordaba haber sentido alguna emoción en el transcurso de su solitaria vida. Su cuerpo siempre reaccionaba a los estímulos externos pero su mente era inalterable y el pensamiento de finalmente morir le era indiferente.

Observaba a su alrededor sentado sobre el suelo humedo por el rocío del amanecer, sabía que eso ya se encontraba muy cerca, podia oir cada una de sus pisadas sobre la hojas caídas de los árboles. Su caminar era sutil, parecía cuál sueño ver esa silueta femenina dirigirse directamente hacía él.

Fuera de sí con sus grandes y oscuros ojos que se perdían en la nada y su espectacular belleza física que no se veía opacada por nada a su alrededor, ni siquiera por la cruel daga en su puño.

Su largo cabello negro azabache caía suavemente sobre sus hombros, cubriendo levemente la desconcertante sonrisa de sus labios cuando se arrodilla frente a él.

"Era realmente hermosa"

Tenía la capacidad de leer los pensamientos en los demás y era algo que le disgustaba, ella en realidad pretendía asesinarlo... había nacido con esa única finalidad.

¿Es éste el final de todo?

Su vida solitaria no tenía ningún sentido para él... vivía alejado de la civilización y gracias a sus acomodados padres, tenía un cálido lugar en medio de la naturaleza, donde viviría hasta el fin de sus días.

Algo en su interior le decía que no pertenecía a éste espacio.

Nunca desarrolló empatía por nadie ni siquiera lástima y con cada segundo que pasaba, caía en cuenta que ella era la única persona en toda la faz de la tierra, que le causaba malestar físico después de entrar en su mente y no see capaz de dilucidar sus pensamientos, sintiendo la repentina necesidad de complacer los deseos de ésta extraña.

—¿Por qué quieres matarme? —preguntaba viendo su delicado rostro sin oponer resistencia.

Algo indescifrable la motivaba a querer asesinarlo y esa curiosidad ahora lo dominaba.

Pero que podía ser tan irreal como eso... pensaba viendo fijamente sus ojos al sentir la fría hoja afilada deslizarse peligrosamente, casi acariciando una extraña marca de nacimiento en su cuello.

¿Así es como se muere?

Percibía de reojo algunos raros destellos de luz posarse sobre la caída de agua.

Un par de pequeñas gotas de sangre se deslizaban ensuciando esa marca, la cuál parecía diminutas ramificaciones negras, extendiendose sobre el costado y al frente de su cuello; siendo causa del rechazo de la gente y de su vida solitaria. Sin embargo, aún vivían en lo profundo de las montañas algunos sabios ancianos, quienes tenían conocimiento de ésta marca y preferían callar para no hacer enfurecer a las criaturas y seres de la naturaleza.

Designio al aire ~ one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora