El día esperado

0 0 0
                                    

Llevaba tres días estudiando a toda hora con Jolenne. El viejito no era un sabio por nada, conocía la raiz de cada error que yo cometía y, tal como ya me veía venir, no era tan buena como creía ser.
Me hizo practicar "Purgatory" en treinta y seis diferentes cuerpos y en todos fallé.
—Tienes la precisión, pero no eres correcta. Purgatory es una técnica delicada de los más antiguos ancestros, de las técnicas usadas en la guerra contra los humanos y contra los alquimistas en la primera guerra— me explicó. Yo estaba enojada, si quería aprender técnicas iría a guerrera, no sabia. Yo quería saber, quería teoría, quería libros y descubrir cosas que otros hayan pasado por alto y ser la sabia más maravillosa de todas (JA, JA ya quisiera, me explayo demasiado).
Maestre, comprendo lo que dice pero eso no tiene nada que ver con lo que yo quería.
—Joven Gyelle, tonta eres si creíste que todo iba a ser lo que quisieras, elegiste lo más complicado. Un sabio no es una enciclopedia que resita la tesis de todo lo que se nombre; el sabio debe dominar las magias druidas negras y blancas mejor que los propios guerreros, deben saber enseñar mejor que los Maestros de estudiantes e incluso, aunque no lo creas, detrás de cada acción de nuestro Gran Rey Druida está el consejo de los Once Eruditos controlando cada decisión que toma, que son todos sabios que demostraron ser ampliamente superiores al resto. Yo fui convocado para formar parte, pero jamás me interesó conocer a ningún rey.
—Deberían advertir que es tan complicado, tal vez debería cambiar. Estoy tan agobiada...— ese tipo parecía conocer todo sobre todo, y tener un pasado interesante que de no haber estado TAN angustiada con mi presente hubiera preguntado mucho.
—Si vas a rendirte antes de intentar seguro que sí. No queremos fracasados aquí. Ve, ve y quédate en Estudiante para siempre. Otro desperdicio de ésta nueva generación— parecía bastante enojado.
—¡Usted no es nada amable!— dije al borde del llanto. Todo esto me sobrepasaba.
—No necesito ser amable, soy objetivo. Sólo tuviste treinta y seis fallos, de eso se aprende. Nadie nace inútil, nadie nace conocedor, de un niño que parece un fracaso puede salir el mejor guerrero. Es cuestión de tenacidad.
—Es una típica frase de aliento...
—Yo no te estoy alentando. No es ese mi trabajo, una aprendiz que no confía en su potencial es lo mismo que enseñar a una piedra. Ésto no es un dibujito, no vas a estar en tu peor momento y de repente todo de va a salir bien y vas a destapar tu poder oculto. Eso no pasa.

Odiaba admitirlo, pero él tenía razón. Yo esperaba mejorar sin esfuezo alguno, no iba a dejar de practicar.
Él creó otros dos cuerpos para que yo culminara mi Purgatory. No podía evitar sentir pena, aunque sabía que no eran más que invensiones momentáneas. Veía sus ojos vacíos y tenues, me causaba escalofríos pensar en usarlo contra alguien real, la manipulación era divertida, ésto era triste.
Palidé mi mente, cerré mis ojos y me hice una con mi poder, que lo sentía fluyendo en cada parte de mí. Me hallé dentro de la mente de uno de los seres inventados, "Dominación de alma" era el primer paso, un paso más allá del control mental, era controlar su voluntad, dominar sin que se diera cuenta. Era fácil. Luego debía aplicar Despierta, darse cuenta de que su alma pertenece ahora a una druida y como tercer paso Purgerie, tanta presión mental termina haciéndolo estallar por dentro.
Era la primera vez que lograba concretarlo. Miré a Jolenne esperanzada, pero él no me dio ninguna muestra de aprobación. Nada. Yo estaba extasiada por haber logrado aquella técnica.
—Estuviste acertada, sólo debes perfeccionarlo— soltó sin emoción alguna.
—Pero... creí que estuvo muy bien...
—¿Qué esperas? ¿Una ovación? Es tu práctica, la concretaste. Ahora debes perfeccionarla. Estuvo acertada, no perfecta.
Ese tipo me hacía notar lo estúpido de la idealización que tenía yo sobre el aprender.
Por suerte esa tarde iría a ver a Nitaro, vencerlo en poder me haría sentir feliz... creo, me gustaba sentirme fuerte.
Nos encontramos en el parque junto a unos arbolitos. Él me sonrió muy dulcemente al saludarme, me dio un abrazo. Después de un día de decepciones constantes su abrazo parecía rearmarme y unirme de nuevo, creo que duró sólo unos tres o cuatro segundos pero se sintió como si reiniciara algo.
—¿Quieres ir a un lugar sin gente?—me dijo muy bajito y en voz gruesa pero que se sentía como una caricia al alma.
—P...p...-balbuceaba tontamente- ¿Por... para qué?
—¿Enserio me preguntas? Creí que
sentías la misma ansiedad que yo, bonita, - aquella declaración me dejó helada- tenemos que probar poderes, ¿Recuerdas? Ver a una druida y un alquimista jugando así no es algo que se tome simpático— hasta que lo remató con eso.
—Claro, tienes toda la razón... ver como te destrozo no va a ser simpático
—Ja, ja, ja. Sueñas mucho, pequeña Gyelle.
—Ya vamos, quiero poner en práctica todo lo que sé.
Caminamos hasta la Zona Muerta, no pertenecía al mandatorio de nuestro Gran Rey, Vixeryon, ni al del Maestro Supremo de los otros, Lelitiuss. Tampoco formaba parte de las Zonas de Convivencia. La tercer guerra entre magos había sido por ese territorio... el acuerdo fue que nadie se quedaría con él. Hace unos pocos años se intentó crear un refugio para la séptima generación de magos de ambas razas, que terminó siendo la más desilusionante de todas, pero no se logró por cosas que tal vez explique más adelante.
El punto es, estaba por completo deshabitada y, como era costumbre Nitaro comenzó con los ataques agarrándome desprevenida.
Fiesta... — ese fue su primer ataque.
—¿Realmente esperas ganarme con un ataque tan infantil?— me sentía subestimada, pero ese sentimiento duró sólo unos segundos. La claridad desaparecía y reaparecía, me mareaba mucho. No podía mantenerme en pie.
—¿Qué decías?- preguntó burlón- Materialización...
Aún estaba torpe por eso pero de a poco manipulé mi propia voluntad para ponerme en sintonía y lograr ver. En su mano estaba formando algo, si no estaba equivocada era una tortita.
Rió malvadamente, pero no con maldad real, sino una maldad infantil.
Fiesta, para— tiró esa tortita a mi cara, recordé cuando no me quiso hacer una pastafrola real y me enojé bastante, además de que me ensució el pelo. Iba a ofenderme, pero no sería justo.
—Ahora me toca atacar- lo miré serio- Nightmare...
Convertirme en su mayor miedo... por desgracia su mayor miedo era una tortuga muy pequeña. Aunque salió corriendo destartalado hasta atrás de un árbol, una tortuga era indefensa.
—Ahhh... ES TRAMPA AAHH— gritaba realmente aterrorizado.
—Ya verás lo que es trampa— estaba por intertar usar manipulación cuando al entrar a su mente... estaba vacía.
Mobile ilussion, tontita.
Iba ganando... no debía permitírselo.
Debilidad fue mi siguiente técnica y cayó rendido al piso, muerto de risa... mi ataque magistral literalmente SÓLO LE HIZO COSQUILLAS. Pero fue suficiente para que me proclamara victoriosa.
Sabía que de todas maneras podía ser algo peligroso, por lo que no era justo, la técnica estaba pseudo-prohibida.
—Ganaste ésta vez, tramposa— dijo enojado, se veía muy adorable así.
—¿Acaso no te dije que era poderosa?
—Eso no importa, porque ésta pelea no cuenta.
—¿Ah no? ¿Y por qué no?
—Es obvio, porque era un ensayo. Contará cuando ganes y no sea un ensayo.
—No fue ningún ensayo, estás enojado porque perdiste.
Hizo un sonido de molestia.
Decidimos encaminarnos al parque de nuevo, seguir compitiendo (en ese momento) no tenía mucho sentido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 11, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Paraíso distópicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora