Maléfica en francia

Capítulo 9

Maleika se quedó con la mirada fija en el horizonte en dirección al castillo

—Iremos al palacio —Dice sin apartar la vista

— ¿Qué? Esta loca —replica Adrien —nos cortaran las cabezas 

—No hay otro lugar donde buscar la espinela roja y no dejaré morir a mi hija

—Aurora no morirá —explica Rosetta —Silvermisth suavizó el hechizo en vez de morir, dormirá hasta que presencie un acto de amor verdadero

—Eso no suena bien —ríe nerviosamente Aurora —Si estaré dormida como presenciaré tal cosa

Después de discutir un rato, decidieron ir al castillo. Adrien y Aurora se quitaron sus ropas, vistieron como pueblerinos, Aurora se sentía extraña no acostumbraba a usar vestidos, además era realmente incomodo caminar con tanto trapos encima por caminos tan irregulares

Iridessa se les unió al viaje, era un hada increíblemente divertida contaba chiste sin parar y no dejaba de entrometerse entre Adrien y Aurora creía que estaban hechos el uno para el otro.

Al pasar los días Aurora absorbía con más fuerza la energía de Ankhlor, lucia más radiante y hermosa. Su apariencia y los comentarios imprudentes de Iridessa hacían que, su fiel guardián Izan, su amigo de la infancia quien conocía como Adrien pensará en ella en otra forma.

Al cabo de cuatro días llegaron al castillo, faltaban solo 24 horas para el cumpleaños mortal, Maleika designo una tarea a cada quien para completar la misión, la idea era:

✓ Entrar al castillo sin ser descubiertos

✓ Buscar en los aposentos de la reina la espinela

✓ Salir con vida

✓ Hacer el contrahechizo. Por último 

✓ Huir de Ankhlor con las cabezas pegadas a sus cuellos

—Suena sencillo, claro si solo matamos a los 20.000 hombres que cuidan el castillo —Comenta Iridessa con negativismo

—No mataremos a nadie —Gruñe Maleika

—Lo sé, era broma

La primera tarea sería ejecutada por Rosetta el Hada más bondadosa de Ankhlor, hizo aparecer un gran banquete justo en la entrada del castillo e invito a todos los guardias a comer para distraerlos, Iridessa y Maleika entraron sin problema, Izan y Aurora se quedaron escondidos en los arbustos

Maleika ordenó a Izan proteger a Aurora a toda costa mientras ella traía la espinela

Llego el turno de actuar para Iridessa, su misión; distraer y sacar a la reina de su habitación

—Majestad, se ve usted muy bonita hoy, el Rey se enamoraría de vuestra meced por segunda vez. Yo puedo ayudarla con eso, venga conmigo para darle unos consejos de belleza

—No necesito consejos

— ¡Ohhh vaya! Creí que los necesitaba al notar esos pequeños surcos oscuros en sus sienes

— ¿Donde? —Se mira al espejo preocupada

—Venga yo le ayudo, sabía usted que el sol es importantísimo...

Y así logro sacarla de la habitación e incluso del castillo

Maleika comenzó a registrar la habitación habían muchas perlas de distintos colores, azabaches, rubíes pero nada de espinelas, después de unos minutos buscando, una voz conocida menciono su nombre

— ¿Maleika?

Sorprendida se levanta y gira en dirección al sonido

El rey estaba apoyado en el umbral de la puerta con los brazos cruzados, sus ojos color miel estaban fijos en ella

—O como debería llamarte ¿Maléfica?... ¿traidora?... ¿bruja?... Ahhh ya sé ¿señora Russo? —Este último le sorprendió