Capítulo 8

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Caminaron hasta un pequeño pueblo que estaba lleno de aldeanos viviendo una vida normal para Aurora si hubiera nacido en el primer imperio francés.

—¿Por qué todos nos miran raro? —pregunta Aurora intimidad por la mirada de los aldeanos

—Es por nuestra ropa, aun llevamos puesto los uniformes de la facultad

Llegan a una pequeña cabaña a unos cuantos metros de distancia del alborotado mercado

Tock tock, toca Adrien la puerta

— ¿Quién es? —Pregunta una vocecita dentro de la cabaña

—Soy yo, Izan

— ¿Izan? —La puerta se abrió de golpe, una niña con un vestido rosa que la cubría hasta los tobillos estaba al frente, sorprendida se lanza a los brazos de Adrien

—Hola pequeña, ¿Cómo estás?

— ¡Volviste!

—Si volví ¿dónde está mamá?

—Está atrás —los ojos de la niña se posaron en la joven al lado de su hermano —Hola, ¿Usted es Aurora?

—Sí, mucho gusto

La niña se inclina ante ella mostrando respeto —Mucho gusto Majestad

Justo después de entrar un extraño agujero apareció en medio de la cabaña, se hacía cada vez más grande, todos estaban tranquilos como si fuera completamente normal, Aurora se resguardaba detrás de Adrien quien se burlaba de ella por su cobardía.

Del misterioso portal salió la señora Russo

— ¿Mamá? —Aurora corrió hacia ella para abrazarla —Lo siento, debí creerte, sácame de aquí —Ruega sollozando

—No tengo suficiente energía para hacer otro portal, pero todo estará bien lo prometo

—Malaika, que fue lo que paso —Pregunta la señora de la casa; Rosetta, una mujer hermosa, vestida como una campesina, su cabello tenia destellos rosados, no parecía una persona común a pesar de su ordinaria vestimenta 

—Eso quisiera saber —dirigiéndose a Adrien esperando una explicación

—Fue la primera esposa de su padre. Ella nos trajo aquí

— ¿Por qué los traería? —se pregunta a sí misma — Rosseta necesito hacer un nuevo contrahechizo podrías ayudarme a encontrar otra espinela

—Es un material complicado de conseguir

—Espera... ¿Rosseta? —Pregunta Aurora —Tú eres una de las hadas ¿no es así?

Rosseta sonríe —Si Aurora, es lindo verte de nuevo, ya eres toda una señorita

—No he preguntado porque no creía pero, si nací aquí como llegue al mundo humano

—Yo te lleve allí —Responde su madre caminando hacia la ventana para ver en dirección al castillo el cual no era visible —Las hadas fueron las únicas personas que creyeron en mi inocencia, Silvermisth intento pelear por mí, por ello fue encarcelada. Las demás callaron por miedo. El rey pidió a Iridessa y Roseta que cuidaran de ti para que estuvieras a salvo y ellas te entregaron a mí.


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